Si el ateo no cree es porque no ha visto pero si el creyente lo juzga por decir la verdad, ¿quién comete el pecado en caso de que exista?

Aquí hay un error. No es verdad que el ateo no crea porque no ha visto. Un ateo no ha visto un átomo, ni un electrón, ni un Quasar, ni un agujero negro, ni un virus (probablemente), y cree en su existencia. Esa es una simplificación inaceptable. La cuestión es que existen buenas y malas razones para creer. Ni podemos fiarnos demasiado de nuestros sentidos (ahí está la pareidolia y los espejismos) ni toda la realidad nos debe entrar por los ojos: tenemos además raciocinio. Tengo evidencia de que hace mil años vivió un antepasado mío, y no tengo modo de conocerlo, verlo ni encontrar ningún documento referente a él.

Un ateo simplemente no encuentra buenos motivos ni evidencias suficientes para creer.