Un buen amigo me contó muy recientemente que cuando estudió química tuvo durante unos 8 meses que aprender a identificar sustancias químicas. Les daban a los estudiantes un polvo y tenian que ser capaces de identificarlo, primero por características organolépticas, despues observando su reacción a diferentes reacciones químicas con otras sustancias. A veces les daban una pista (por ejemplo, es o no es un sulfato) para reducir el listado de posibles sustancias. Poco después de que superaran el curso, la Universidad compró una máquina que alimentaban con una sustancia y la identificaba en poco tiempo. Muchos estudiantes pensaron que habían perdido 8 meses, algo con lo que no estoy de acuerdo, dado que adquirieron un conocimiento de por vida para usar o enseñar a otros a usar. Probablemente la Universidad eliminó esa asignatura y la sustituyó por un curso de dos horas a dos dias de como usar la máquina.
Se me ocurren otras, como la regla de cálculo, mi favorita. La regla de cálculo se usó desde el siglo XVII hasta que HP lanzó su calculadora científica HP 35 en 1974 aproximadamente (un avance colosal). K&E, probablemente el principal fabricante, hizo su ultima regla de cálculo en 1976. Colecciono reglas de cálculo y decidimos regalar una a la profesora de matematicas de mi hijo, por su juventud no había oido hablar de ellas y estaba realmente sorprendida.
Es increible que tengamos acceso a calculadoras científicas y máquinas muy eficientes que permiten a muchas mas personas hacer un trabajo. Tenemos suerte de vivir estos tiempos. El lado negativo es que lo que solia ser conocimiento general parece ahora que ha quedado reducido a quienes construyen las máquinas, y los usuarios nos limitamos a leer el manual de instrucciones, si acaso.
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