¿Sin dios, de dónde sacas tus valores?

Y qué son valores cuando un ser supremo te está vigilando con la promesa de una recompensa eterna o con la amenaza de una tortura infinita?

Sin embargo, cuando dejas de creer en lo ridículo y sabes que la vida es aquí y ahora, comprendes que el sentido de empatía, humanismo, caridad, compasión, amistad , honradez y lealtad provienen de ti, de lo que te enseñaron tus padres, tus maestros, gente que admiras. De tu intelecto y don de gente. No necesitas recompensa ni amenazas para ejercerlos.

No digo que no fallamos. Pero no lo hacemos en mayor proporción que los que piensan que los vigilan y aún así escogen echar al lado sus llamados valores, utilizando todo tipo de excusas y creyendo hipócritamente que luego pueden pedir perdón a su divinidad favorita, la cual es la primera que se presta para transgredir sus propias reglas y los principios morales más elementales.