Feynman adquirió la costumbre, aun adolescente, de demostrar identidades trigonométricas por su cuenta. Llevaba una libreta con sus demostraciones, labor de la que se sentía muy orgulloso. Ya a los 18 años compartía ideas originales, y cálculos, sobre relatividad general, con amigos que estaban a su altura.
Así que hacer las cosas a su manera fue una reputación que lo acompañó a lo largo de su carrera. Si alguien le explicaba, a rasgos generales, el contenido de un nuevo ensayo, con escasa información, se iba a un rincón y reproducía, usando sus técnicas particulares, el resultado de ese trabajo. Y a eso se refería cuando decía que lo que él no podía crear, no lo entendía. Yo modificaría eso un poco y diría que lo que él no podía re-crear, no podía entenderlo.
Alguna vez dijo que un físico que se respete debe conocer seis formas distintas, mínimo, para resolver un problema. Típico Feynman.
No es de extrañar que una de sus populares biografías tenga por título The Beat of a Different Drum: Life and Science of Richard P. Feynman. Ciertamente, andaba al ritmo de su propia tambora.
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Física Teórica e Experimental II
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