¿Desde cuándo los humanos desarrollamos el deseo por lo dulce?

Los humanos no hemos desarrollado el deseo por lo dulce, nos viene de fábrica desde muchísimo antes de ser humanos. El dulce (es decir, la glucosa) existe en modo precario en la naturaleza, y se acumula en el cuerpo en forma de grasa, lo cual es extremadamente favorable en ambientes de penuria, que son los que han acompañdo a todos los seres vivos desde el inicio de los tiempos, y solo se ha convertido en un problema en el ambiente de opulencia del Primer Mundo actual.

Así pues, el gusto por lo dulce es pura supervivencia para humanos y no humanos. Tanto es así que precisamente el perder el gusto por lo dulce, debido a una mutación que inutiliza una de las dos proteinas implicadas en la percepción del sabor dulce, sirvió paradójicamente para que un grupo animal cambiara de hábitos alimentarios y desarrollara un gusto específico por la carne. De ahí provienen los felinos. Un buen ejemplo de cómo una mutación en principio perjudicial puede servir para crear toda una estirpe nueva de animales. todos los felinos carecen de 248 pares de bases de los aminoácidos que componen el ADN del gen Tas 1r2, el cual permite saborear el dulce.

Pero los humanos, junto con el resto de mamíferos salvo felinos, tenemos esa capacidad de desear lo dulce desde muchísimo antes de ser humanos.