Sí, se les ha ocurrido. Os daré una pista, cuando pregunten si ha habido casos de tal o cual escenario hipotético, la apuesta más segura es que algún animal lo haya hecho.
Así que vemos esto:
Una leona defendiendo de la muerte a sus cachorros de una manada de búfalos[1].
Una cebra ataca a un guepardo. Esto no acabó nada bien para el guepardo[2].
Se puede ir mucho más allá de ataques esporádicos a las crías de predadores. Hay especies en las que ocurren verdaderas inversiones de papeles entre predador y presa.
Este es un aspio (Leuciscus aspius)
Un pez de río, común en Europa, que puede alcanzar los 80 centímetros (está en manos de un pescador para mostrar su tamaño).
Este es un Alburnus arborella (otro pez de río, los pescadores lo ven tan poca cosa que no se han molestado ni en ponerle un nombre vulgar)
Sabemos todos que el pez grande se come al chico, así que sí, los aspios son voraces predadores de los Alburnus. Excepto que…los alburnus son a su vez voraces predadores de los huevos de los aspios.
Tras el apareamiento, la feliz mamá aspio pone millares de huevos que se adherirán a las rocas mediante un compuesto químico que tarda unos pocos minutos en hacer efecto. Y eso los alburnus lo saben, espectadores voraces del acontecimiento se lanzan a predar los huevos aspio antes de que se peguen, con una eficiencia asesina.
El análisis del contenido intestinal demostró que los huevos se consumieron en grandes cantidades, especialmente en el pico de desove de la temporada reproductiva del aspio. Además, mediante el uso de video subacuático, registramos la sombría eficiencia de alimentación de los huevos aspio. En el tramo de 40 cm de río capturado por nuestras cámaras, las bajas de los huevos ascendieron al 21.2 ± 2.2% en promedio.
Early life-history predator-prey reversal in two cyprinid fishes
Un 21% de bajas convierten al Alburnus en un feroz depredador del aspio.
Otro caso:
Predator-prey role reversal as bug eats turtle
Este es un gigantesco escarabajo japonés, el Kirkaldyia deyrolli, que ciertamente tiene un aspecto aterrador, que puede alcanzar los 15 centímetros.
Pero el asunto puede llegar incluso más lejos. En algunas especies de animales los papeles de predador y presa dependen de la edad.
Esto es lo que vemos como normal, la rana que se come la libélula (derechos de la foto: Green frog eating a dragonfly - Stock Image - Z700/0454). Pero solo es la mitad de la historia, ambas especies tienen un pasado.
En las fases más avanzadas de las libélulas como juveniles, esta especie es un animal acuático con unas terribles mandíbulas. Y una de sus presas habituales son, sí, los renacuajos.
La parte de la historia no tan conocida, libélula come rana.
La vida es dura.
A los animales no les gustan nuestras reglas. Cabezotas ellos.
Notas al pie
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Clínica de Pequenos Animais
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