El que una sustancia tenga una fórmula molecular "parecida" a la de otra, en este caso H2O y H2O2, no significa que dichas sustancias esten "químicamente cerca" o sea que tengan propiedades químicas similares. En el caso de la llamada "isomería", las sustancias tienen incluso la misma fórmula molecular, pero sus propiedades químicas pueden ser muy diferentes; por ejemplo, el alcohol etílico y el éter dimetílico tienen la misma fórmula molecular C2H6O, pero:
El alcohol etílico a bajas diluciones está presente en todas las bebidas alcohólicas; su contacto con la piel es inocuo aun en altas concentraciones, y su ingestión en cantidades moderadas no produce efectos tóxicos relevantes a corto plazo.
En cambio, el éter dimetílico en forma líquida puede causar congelación grave en contacto con la piel, sus vapores pueden causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, y la exposición alta puede causar dolor de cabeza, mareo y hasta pérdida del conocimiento.
Esto se debe a que la fórmula molecular no nos dice mucho acerca de la estructura molecular de las sustancias, que es la que está más ligada a las propiedades físicas y químicas de dichas sustancias.
Estructura molecular del agua:
Estructura molecular del peróxido de hidrógeno:
Las diferencias en la estructura molecular de estos dos compuestos se traducen en grandes diferencias en sus propiedades físicas y químicas.
En el caso que nos ocupa, la ingestión de soluciones diluídas de peróxido de hidrógeno puede inducir vómitos, irritación gastrointestinal, distensión gástrica, y en ciertas ocasiones, erosiones gastrointestinales o incluso embolismo y muerte (debido al bloqueo de los vasos sanguíneos por burbujas de gas). Su contacto con la piel a bajas concentraciones no es peligroso, utilizándose incluso como antiséptico en la desinfección de heridas o lesiones de la piel.
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