¿Sería atentar contra la libertad de expresión si se regularan los discursos de algunos políticos que se exceden con la propaganda?

Atentar no es la palabra, limitar seguro. Cualquier regulación de un derecho irrestricto o poco restringido será una limitación, según su naturaleza se podrá discutir si es conveniente o no.

De todas maneras me llama la atención de que en España y Cataluña, la libertad de expresión se invoca sobre todo para hacer bromas, usar palabras altisonantes, descalificar o lanzar palabras incendiarias. Recientemente, dos raperos fueron condenados por injuriar a la corona y otras instituciones (personalmente sus canciones me parecen de mal gusto, pero si mi dependiera decir lo que ellos dicen NO sería delito). El asunto es que ellos reclaman libertad de expresión pero no para decir algo valioso o una verdad censurada, sino para referirse a los mequetrefes de la corona con palabras gruesas (personalmente no tengo ningún aprecio por la corona española, pero se podría ser muy crítico con ella sin necesidad de usar bromas donde se amenaza de muerte o se usan palabras malsonantes).

Igualmente, un actor Willy Toledo reivindicó su derecho a la libertad de expresión para “cagarse” en seres mitológicos que para mucha gente son su religión. Si bien me parece ridículo que el Estado NO proteja el discurso científico ciencia, o las creencias e ideas políticas pero sí los sentimientos religiosos (sí señores, en España, “ofender sentimientos religiosos” algo así de subjetivo puede ser objeto de delito y reproche penal o multa, en pleno siglo XXI, cuando otras ideas más valiosas que las religiosas no tienen el privilegio de ser defendidas por ley).

Creo que el derecho a la libertad de expresión debería hacerse servir menos para ofender, para criticar ideas de otros, y más para señalar hechos de interés general, expresar críticas sobre las acciones reales y concretas de los poderosos más que para bromear sobre ellos, “cagarse en ellos” o decir en una canción que te alegrarías si murieran o les pasara algo malo a gente que no te cae bien.