¿Si en su país no lo pudieran tratar ni diagnosticar de una enfermedad X, se dejaría morir o buscaría en otro país ayuda? ¿Qué haría?

Para desgracia del común de los mortales, esa decisión no existe… si no esta avalada por dinero.

Vivo en España, que puede denominarse como una de las mejores Sanidades que existen en el mundo, posiblemente con la Australiana, pero a diferencia de esta, la entrada en el circulo sanitario español es, relativamente, sencilla.

Ejemplos y formas hay muchos y expondré uno que hace una década estuvo en los periodicos como casi una metología de acción. Una persona extranjera con cancer, compra un apartamento, y por tanto, es residente de facto en este país, por ejemplo, en la costa mediterranea y entra por la puerta de urgencias de un Hospital del servicio público. Desde ese momento, todo gasto generado para la curación de dicha persona, será a costa del resto de ciudadanos de España, mientras el enfermo no expone dinero alguno, ni ha contribuido al mantenimiento de las estructuras que intentan salvarle la vida.

Puede parecer superficial condicionar la vida al dinero, pero la realidad muestra que la sanidad depende exclusivamente de dos factores: los profesionales que ejercen dicha actividad y los recursos económicos que permiten formar y ofrecer a estos las instalaciones donde ejercer su actividad.

El sistema de protección sanitario es muy alto, basicamente ninguna patología grave o muy grave esta excluida, hasta donde conozco. Eso lo hace muy, pero que muy caro.

En este gráfico podemos ver como a aumentado el gasto sanitario, es decir, el pastón que nos dejamos los españoles para que cualquiera que entre por una puerta de urgencias de un hospital español sea atendido sin la demostración de su solvencia económica que amortice el gasto generado.

Mientras las ovejas estaban gordas, todo el mundo pensaba en las bondades del mismo y lo bien que nos iba a todo. Con la crisis llego el momento de vaciar el océano con cubos… y resulta que cada cubo dolía y si que se notaba en el océano sanitario.

En la España de hace unas décadas, de la Aspirina para arriba, era costeada en un 70% por la Sanidad Pública. Las recetas médicas eran de tres colores: el formulario azul, pagaba como máximo el 30% del medicamento y era el usado por las personas en edad laboral y su familia, que obtenían ingresos o rendimientos de su trabajo; el formulario rojo, no pagaba en la farmacia medicamento alguno y estaba dedicado a las personas con pensiones; y el formulario verde, que tampoco pagaba y era usado por personas que no estaban dentro del sistema sanitario (inmigrantes no regularizados o personas con exclusión economico-social).

El presupuesto sanitario es de casi un tercio del total del dinero disponible en cada comunidad autónoma (nota mental: con la división del Sistema Sanitario Nacional en las pequeñas tonterias… perdón, comunidades autónomas, puede decirse que un español es mejor o peor atendido, dependiendo de donde vive).

A día de hoy, salvo las familias de antibioticos y otros medicamentos especializados, todos los demás deben ser pagados integramente por el grupo azul, en parte por el grupo rojo y siguen siendo gratuitos para los antiguos del grupo verde.

En resumen y en respuesta a la pregunta. Estoy posiblemente en el único país que tratará mi enfermedad del mejor modo posible, sin tener que empeñarme el resto de mis días o de los de mi familia, si no sobrevivo, porque me cuesta un montón de dinero en impuestos mantener dicha posibilidad.

Y si no fuese de aquí, necesitaría entre 40 y 50 mil euros para comprar una vivienda, además de un ingreso mínimo de manutención, en algún punto de España, solicitar la residencia y entrar por la puerta de un Hospital.