¿Qué opináis del intento de asesinato contra CFK?

No suelo manifestar opiniones de índole política a través de este medio, pero esto fue un hecho gravísimo que el día de hoy paralizó a todo el país, y no pronunciarme al respecto me vuelve cómplice del silencio mediático que presencié en numerosos espacios.

En esta jornada de reflexión, el único debate que no pienso evitar no se centra en la cobardía del acto en sí ni en la trayectoria política de la Vicepresidenta. Lo que señalo fervientemente es la radicalización de los discursos de odio (fascistas, xenófobos, racistas, etc.) que provocan este tipo de expresiones violentas y atentados a la libertad de expresión mientras los exponentes que los promueven se desdicen manifestando su rechazo. Casos como estos tienen lugar en el mundo entero, especialmente donde se le otorga al discurso de los movimientos reaccionarios el mismo peso argumentativo que el discurso académico, secundados por un algoritmo invasivo y radicalizado.

Son siempre los mismos, y apuntan con el dedo a un enemigo generalizado que ellos crearon y encasillaron en esferas sociopolíticas: "peronchos", "zurdos", "negros", "planeros".

Son ellos o nosotros.

Algunos sujetos, percatándose o no de estar promoviendo estos discursos de odio en las redes sin ningún tapujo, tomaron una postura desmesuradamente predecible: minimizando el hecho, victimizándose o haciendo mofa excesiva. Y ya lo naturalizamos, que es lo más paradójico.

Los que minimizan el hecho, afirman que "lo único que se dejó en evidencia fue la pésima seguridad de la Vicepresidenta" y que "fue un acto unilateral de un desequilibrado mental". Ninguno se detuvo a analizar el trasfondo mediático que nos afecta individualmente hasta conformar un caldo de cultivo ideal para la aparición de odiadores en potencia, y armados.

Este fue el primer meme que apareció en mis redes sociales.

No aprendimos nada. Nos encontramos llevando a cabo una regresión política ni bien le cedemos la palabra a portavoces del odio irracional, permitiendo que proliferen en el ámbito social como gusanos sobre un cadáver. Hablamos de un grupo que ya cruzó todos los límites en cuestiones de violencia mediática, política y material. Todo aquello desencadenó en este hecho histórico lamentable, el cual me indigna y repugna.

Sus discursos se les fueron de las manos y no se van a hacer cargo, esa es tarea nuestra: denunciarlos. La violencia desmesurada en todos los ámbitos sociales no es casual, es una consecuencia. Es una pirámide que comienza con la estereotipificación de un determinado grupo y ya sabemos dónde termina.

Mientras escribo esto, miles de personas ya se congregaron en Plaza de Mayo. Desde mi lado, adjunto una foto desde Av. de Mayo:

BASTA de discursos de odio.

BASTA de criminalizar minorías.

BASTA de violencia política.

No sumemos a este ciclo; denunciémoslo.