¿Por qué en Argentina los presidentes no peronistas no suelen tener éxito?

Nací en 1973 y puedo dar fe de que cada uno de los gobiernos que se sucedieron desde entonces fracasó miserablemente. No hay uno solo que se haya alejado de la Casa Rosada (voluntariamente o por un golpe de estado) con la satisfacción de haber cumplido los objetivos que se había planteado y con una popularidad razonable. Veamos:

1. Alejandro Agustín Lanusse (1971–1973): terminó su mandato habiendo fracasado en su principal objetivo, el de evitar el regreso de Perón.
2. Héctor J. Cámpora (1973): en su brevísimo mandato no logró absolutamente nada, tomó medidas extremadamente controvertidas como la liberación en masa de miembros de organizaciones armadas, no pudo evitar la masacre de Ezeiza y terminó "renunciado" ignominiosamente por Juan D. Perón.
3. Juan D. Perón: (1973–1974): falleció por causas naturales. Su mandato no llegó a un año, pero no pudo contener la actividad de los grupos de izquierda, por ejemplo el ataque al regimiento de blindados de Azul. Armó un programa de congelamiento de precios y salarios con su ministro José Ber Gelbard, que provocó una breve euforia pero que ya estaba comenzando a trastabillar cuando falleció. Organizó, o toleró la organización, de grupos armados de extrema derecha que comenzaron una represión ilegal.
4. María Estela Martínez de Perón (1974–1976): sin ningún lugar a dudas, el peor gobierno constitucional. Su gobierno fue correctamente definido por Eduardo Galeano como "un pudridero".
5. Jorge Rafael Videla (1976–1981): tampoco hay que abundar demasiado. Todo el mundo conoce la historia de la represión ilegal. Su programa económico había fracasado cuando abandonó el poder en 1981, al finalizar el mandato que se había conferido a sí mismo.
6. Roberto Viola (1981): un presidente inerte, que no pudo hacer nada para evitar la crisis económica heredada y que fue derrocado a los pocos meses por sus propios camaradas.
7. Leopoldo Fortunato Galtieri (1981–1982): embarcó al país en la desastrosa aventura de Malvinas y agravó la crisis económica.
8. Reinaldo Benito Antonio Bignone (1982–1983): un presidente de transición, que coronó el fracaso de la dictadura militar.
9. Raúl Ricardo Alfonsín (1983–1989): al margen de los avances enormes en la consolidación de la democracia, su gestión económica fue desastrosa y terminó con la hiperinflación de 1989. Su legado fue sólo reconocido hacia el final de su vida, pero su carrera política nunca repuntó.
10. Carlos Saúl Menem (1989–1995 y 1995–1999): logró algunos avances en la modernización del país, a costa de un aumento exponencial del desempleo y en niveles de corrupción inéditos. Abandonó el poder totalmente desprestigiado e incubando una crisis gravísima que le estallaría a su sucesor.
11. Fernando De la Rúa (1999–2001): hace falta explicar razones?
12. Alberto Rodríguez Saá (2001): en su brevísimo mandato (una semana) se las ingenio para sumergir al país en el default. Terminó escapando del poder en forma literal.
13. Eduardo Duhalde (2001–2003): debió llamar a elecciones y autoexcluirse como consecuencia de la crisis económica y social que no supo administrar.
14. Néstor Kirchner (2003–2007): aprovechó la extraordinaria bonanza de los commodities para generar una breve euforia de consumo. Llevó la corrupción a niveles venezolanos o africanos.
15. Cristina Fernández de Kirchner (2007–2011 y 2011–2015): al poco tiempo de asumir afrontó una grave derrota parlamentaria (crisis del campo en 2008) seguida por una derrota en las elecciones de mediano término de 2009. Aprovechando el sentimiento de compasión por la muerte de su marido, y el resultado a corto plazo de una serie de medidas económicas desquiciadas, logró ser reelegida en 2011. El resto de su segundo mandato fue un largo estancamiento económico, acompañado por medidas destinadas a erosionar la democracia que, afortunadamente, fracasaron. Cuando abandonó el poder, un grupo de fanáticos fue a vitorearla a Plaza de Mayo, lo que hace pensar a algunos que todavía gozaba de cierto apoyo popular. Sin embargo, fue derrotada en las elecciones legislativas siguientes (2017) cuando ni siquiera pudo ganar las elecciones para senadora en la provincia en la que era más fuerte. Y las elecciones de 2019 sólo fueron ganadas por su partido gracias a que ella tomó la decisión de dar un paso al costado. Como algunas bandas de culto, tiene un apoyo reducido pero muy fanatizado.
16. Mauricio Macri (2015–2019): si bien logró restablecer las instituciones y reinsertar al país en el mundo, no tuvo coraje para llevar adelante las reformas que el país necesitaba. Logró corregir en pequeña medida los desequilibrios heredados, pero la mediocridad de su política económica generó otra crisis a partir de abril de 2018.
17. Alberto Fernández (2019- ). Su presidencia todavía está en curso y es pronto para dar una opinión, pero los indicadores económicos abismales, la inminencia del default y la fragilidad de la coalición que lo llevó al poder no hacen presagiar nada bueno.

En síntesis: todos fracasaron, peronistas y no peronistas. La única diferencia es que los peronistas pudieron valerse de una mayor cohesión interna (los peronistas no suelen ser principistas y siguen al que manda sin hacer demasiadas preguntas), así como de redes de clientelismo y de alianzas sectoriales que les sirvieron para amortiguar el descontento.