Lo gracioso es que los defensores de la meritocracia suelen ser quienes desde pequeños han tenido todas las oportunidades. Tienen un concepto equivocado de la superación propia.
Una persona que de verdad se ha enfrentado a la falta de oportunidades y triunfa en la vida, sabe unas cuantas cosas:
Todos sabemos de manera teórica lo que es el hambre, pero sólo el que la ha padecido la entiende.
Yo no se lo que se siente estudiar con hambre. Yo no se lo que se siente trabajar con hambre. Yo no se lo que se siente irme a dormir o despertar con hambre.
¿Por qué demonios habría yo de juzgar a los que sienten hambre?
No suena estúpido aquello de que el pobre es pobre porque quiere?
Antes de juzgarlo pregúntate cuántas carencias has tenido tu de entre todas las que tiene él.
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