Control corporativo en Japón
Una de las principales características dentro de las finanzas corporativas en Japón, es el keiretsu. Un keiretsu se trata de una red de compañías que usualmente se encuentran organizadas alrededor de un banco principal o un gran banco.
Japón tiene un sistema de banco principal en donde existe una relación entre los bancos y las empresas, así como, relación entre las mismas compañías del keiretsu. Esta relación se basa en las acciones, ya que el banco y otras entidades financieras pueden poseer acciones de las compañías del grupo, así mismo las propias empresas pueden poseer acciones del banco o de otras compañías.
En el cuadro se puede mostrar el porcentaje de acciones que poseen entre empresas, un ejemplo sería Sumitomo Metal Industries, 3.4% de las acciones de esta empresa le pertenecen a Sumitomo Bank, por otro lado, 6.8% se encuentra en manos de Sumitomo Trust, así como el 4.3% les pertenece a otros grupos de Sumitomo.
Keiretsu puede ser considerado como un gobierno corporativo, ya que el poder puede dividirse entre el banco principal y las mayores empresas del grupo. Esto puede traer consigo ciertas ventajas financieras, entre ellas se encuentran las siguientes:
- Primera ventaja: puede lograrse un financiamiento interno “adicional”. Si alguna empresa excede sus flujos de efectivo puede recurrir al banco principal u otras compañías del keiretsu para obtener un financiamiento.
- Segunda ventaja: cuando una empresa del keiretsu no tiene suficientes fondos para pagar sus cuentas o financias las necesarias inversiones de capital, puede traer una nueva administración de alguna otra parte del grupo, financiando nuevamente de manera interna.
El resultado del rastreo que se realizó a varias empresas del keiretsu dio como resultado que las inversiones de estas compañías son más estables y se encuentran menos expuestos a los aumentos o disminuciones de sus flujos de efectivo. El apoyo financiero entre bancos y compañías permite que se pueda invertir a largo plazo sin que haya algún retraso temporal.
En Japón es común que existan entre 40 y 50 miembros en los consejos, de los cuales solo una parte puede ser independiente de la administración. Dentro del consejo el director general controla las nominaciones.
Mientras que la corporación japonesa tenga una posición financiera sólida, el director general y la administración superior controlan la corporación, dejando con poca influencia a los accionistas internos.