El aparato bucal de un insecto está formado por una serie de piezas que varían de forma y tamaño de acuerdo con el tipo de alimentación y que desem...
El aparato bucal de un insecto está formado por una serie de piezas que varían de forma y tamaño de acuerdo con el tipo de alimentación y que desempeñan la función de preparación e introducción de los alimentos en la cavidad bucal. En el aparato bucal se pueden distinguir las siguientes piezas fundamentales:
Labro (o labio superior): pieza impar transversal, sirve para tapar la boca o punzar tejidos.
Mandíbulas: se presentan como un par de piezas quitinosas que están adaptadas para romper tejidos, para defensa, para transportar partículas (actuando como pinzas) o para la perforación.
Maxilas: son un par de piezas adaptadas generalmente para la masticación (son las más apropiadas para cumplir con esta función). Pueden estar transformadas en estilete o en estuche para protección de otras piezas bucales.
Labium (o labio inferior): pieza impar, que algunos autores consideran como un segundo par de maxilas. Ayuda en la masticación, en la succión y sirve de estuche para la protección de otras piezas bucales.
Tanto el labro como el labium pueden ser considerados como un par de apéndices suturados por su parte media.
A las cuatro piezas fundamentales del aparato bucal, se debe agregar epifaringe e hipofaringe, que generalmente están asociadas al labro y al labium, respectivamente.
Las modificaciones o adaptaciones que sufren las piezas descriptas, dan origen a los distintos tipos de aparatos bucales. A continuación se presentan los aparatos bucales típicos de organismos que tienen importancia agronómica.
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