Las ballenas no tienen orejas externas como los humanos. En su lugar, tienen aberturas auditivas pequeñas, llamadas espiráculos, situadas en la parte superior de la cabeza. Los espiráculos son los orificios por los que las ballenas respiran.
Las ballenas tienen un oído interno muy desarrollado, que les permite escuchar sonidos tanto en el aire como en el agua. El oído interno de las ballenas está lleno de líquido, que ayuda a transmitir las ondas sonoras.
Las ballenas utilizan el sonido para comunicarse, encontrar comida y navegar. Las ballenas barbadas, como las ballenas jorobadas, utilizan sus voces para cantar. Las ballenas dentadas, como las orcas, utilizan sus dientes para emitir clics y chasquidos.
Las ballenas son capaces de escuchar sonidos muy bajos, que los humanos no pueden escuchar. Estas ondas sonoras de baja frecuencia pueden viajar largas distancias, lo que permite a las ballenas comunicarse entre sí a través de grandes distancias.
Las ballenas también utilizan el sonido para encontrar comida. Las ballenas barbadas utilizan sus voces para localizar bancos de plancton. Las ballenas dentadas utilizan sus dientes para emitir clics y chasquidos para localizar peces y otras presas.
Las ballenas también utilizan el sonido para navegar. Las ballenas barbadas utilizan sus voces para crear mapas mentales de su entorno. Las ballenas dentadas utilizan sus dientes para emitir clics y chasquidos para detectar objetos y obstáculos en su camino.
En resumen, las orejas de las ballenas son aberturas auditivas pequeñas, llamadas espiráculos, situadas en la parte superior de la cabeza. Los espiráculos son los orificios por los que las ballenas respiran. Las ballenas tienen un oído interno muy desarrollado, que les permite escuchar sonidos tanto en el aire como en el agua. Las ballenas utilizan el sonido para comunicarse, encontrar comida y navegar.
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