Es un caso clínico sencillo. Una paciente con esquizofrenia comienza a recibir tratamiento con haloperidol (un antipsicótico clásico) y al cabo de unas semanas desarrolla una llamativa inquietud sin que persistan los síntomas psicóticos que motivaron el ingreso. Tiene toda la pinta de que está sufriendo un síntoma extrapiramidal secundario al antipsicótico llamado ACATISIA. Las demás opciones se descartan con facilidad.