Según la propuesta de Saforcada (2006), el médico pediatra se posiciona desde un paradigma holístico para abordar el caso del niño. Esto significa que el médico considera al niño como un ser integral, en el que interactúan factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales.
El paradigma holístico se caracteriza por los siguientes aspectos:
El paradigma holístico es el enfoque más adecuado para la atención pediátrica, ya que permite al médico comprender las causas subyacentes de los problemas de salud de los niños y desarrollar estrategias de intervención que sean efectivas y sostenibles a largo plazo.
En concreto, Saforcada (2006) propone que el médico pediatra se posicione desde un paradigma bio-psico-social, que considera los siguientes aspectos:
El paradigma bio-psico-social es una extensión del paradigma holístico, y permite al médico pediatra comprender la complejidad de los problemas de salud de los niños.
Por ejemplo, un niño que presenta problemas de aprendizaje puede estar influenciado por factores biológicos, como una discapacidad intelectual, o por factores psicológicos, como un trastorno del aprendizaje. El médico pediatra debe considerar todos estos factores para desarrollar un plan de intervención eficaz.
En conclusión, el médico pediatra se posiciona desde un paradigma holístico para abordar el caso del niño, ya que este enfoque permite al médico comprender las causas subyacentes de los problemas de salud de los niños y desarrollar estrategias de intervención que sean efectivas y sostenibles a largo plazo.
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