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La función de las leyes fundamentales es servir de guía para la construcción de leyes especiales que permitan que estas se apliquen en nuevos secto...

La función de las leyes fundamentales es servir de guía para la construcción de leyes especiales que permitan que estas se apliquen en nuevos sectores del mundo. La ley fundamental y las leyes especiales forman una red, que es llamada por los estructuralistas “red teórica”, que elucida el sentido más habitual de teoría científica (cuando se sostiene que la mecánica de Newton, la teoría de la selección natural o la genética clásica, son teorías). Hay una gran diferencia entre este punto de vista y el enfoque clásico. Recuerden que la idea clásica de cómo se contrastaba una teoría consistía en la deducción a partir de leyes fundamentales puras y mixtas de leyes derivadas hasta la obtención de consecuencias observacionales. Esto, por supuesto, cuando se utilizan hipótesis auxiliares. Los estructuralistas, como anteriormente lo había hecho Kuhn, han notado que esta descripción no es adecuada. Pues las leyes especiales no se deducen de la ley fundamental. En las leyes especiales, se precisan ciertos conceptos que en la ley fundamental no estaban especificados. En el ejemplo que veíamos, en la ley fundamental se dice “existen fuerzas…” y en la especial “existen tales y tales fuerzas…”. Conceptos que aparecen sin detallar en la ley fundamental, aparecen especificados en las leyes especiales. Pero esto no es una deducción, pues la deducción, como veíamos en el capítulo II de esta publicación, no es ampliativa, no agrega información. La ley fundamental no permite deducir leyes especiales, sino que sirve de guía para encontrar leyes especiales de estructura similar a ella. Esto tiene una consecuencia importante. Si no se cumple una consecuencia observacional, se refuta la conjunción de todo lo utilizado para deducirla. En este caso, como las leyes especiales no se deducen de la ley fundamental, las leyes fundamentales no son refutables, pues de ellas por sí mismas no se deducen consecuencias observacionales. Por supuesto, puede ocurrir que una ley fundamental pierda todas sus aplicaciones. Se podría considerar a esta ley como refutada, pero no en el sentido clásico en el que una ley está refutada cuando no se cumple una de las consecuencias observacionales que se deducen de ella. 6.5. Validez del análisis clásico de la contrastación En el capítulo III, presentamos un extenso análisis de la contrastación. Luego de las críticas de la teoricidad y de las propuestas kuhnianas, hempelianas y estructuralistas, podemos preguntarnos cuál es la vigencia de lo visto. Hay varios sentidos en los que el análisis debiera complicarse, pero aquí nos importa señalar solo dos. Por una parte, al retomar lo ya dicho, es importante resaltar que la contrastación de teorías no es equivalente a la de las hipótesis. Las teorías, como veíamos, tanto para Kuhn como para los estructuralistas, no son refutables en el mismo sentido en el que las hipótesis lo son. De esta manera, lo que contrastaríamos, en caso de que una teoría se encuentre en juego, es que tal teoría se aplica en tal fenómeno “empírico” de cierto modo. Por ejemplo, contrastaríamos la hipótesis “El sistema Tierra/Luna es un caso de la mecánica clásica a través de ciertas leyes especiales –en este caso, la de la gravedad y la de la inercia–, tomando en cuenta ciertas masas y ciertas fuerzas”. Pero un caso negativo de tal contrastación no refuta la mecánica clásica. Refuta, tal vez, que la mecánica clásica se aplique a este caso de esta forma particular (todavía puede encontrarse un nuevo modo de aplicarla). Recuerden la idea kuhniana de lo que se pone en juego en la resolución en rompecabezas es la astucia del científico pero no el paradigma. También, puede ocurrir que se tome la decisión de que esa deje de ser una aplicación pretendida de la mecánica clásica (como pasó en el caso de los fotones). Otro ejemplo, si decimos: “Los movimientos de Marte se explican con la teoría ptolemaica, utilizando un epiciclo de tal tamaño y un deferente de tal tamaño que giran a tal velocidad”, y al extraer consecuencias observacionales estas resultan falsas; lo que se refuta es esa hipótesis de cómo se aplica (en conjunción con las hipótesis presupuestas), pero no la teoría ptolemaica. Puede encontrarse otra solución al movimiento de Marte en esa teoría. Los estructuralistas llaman “aserción empírica” a la hipótesis de que cierta teoría se aplica a cierto caso de cierto modo. Lo que se contrasta de la manera vista en el capítulo III, es esta aserción empírica. El segundo sentido en que el análisis de la contrastación debe sofisticarse es que tal como fue presentada la contrastación, lo que debe deducirse de la hipótesis es una consecuencia observacional. Y estas se presentaban como enunciados singulares y observacionales. Es decir, este procedimiento descansa sobre la distinción teórico/observacional. ¿Qué ocurre si uno reemplaza esta distinción por la de la T-teoricidad estructuralista? En ese caso, deberemos exigir que las consecuencias observacionales sean singulares y que todos sus términos no lógico-matemáticos, sean no teóricos con respecto a la hipótesis a contrastar. En definitiva, al carecer de una base empírica absoluta e indubitable, lo que hay que salvaguardar es la independencia de la aceptación o no de la consecuencia observacional, y esto es asequible en este marco. Ejemplo de reconstrucción estructuralista informal y esbozada La Teoría de la selección natural de Darwin9 Como es bien sabido, lo que Darwin quiere explicar con la Teoría de la selección natural (en adelante, TSN), es cierta adecuación o ajuste de los organismos al medio ambiente. 9 Basado en Ginnobili (2010). Por ejemplo: La jirafa, con su gran estatura, sus muy largo cuello, patas delanteras, cabeza y lengua, tiene su estructura bellamente adaptada para comer en las ramas más altas de los árboles. Puede por eso obtener comida fuera del alcance de otros ungulados que habitan el mismo lugar; y esto debe ser una gran ventaja durante períodos de escasez. Darwin, Charles (1872), El origen de las especies (6º ed., p.178). La forma en que Darwin explica la fijación de este rasgo en la población de jirafas es la siguiente: En la naturaleza, en el origen de la jirafa, los individuos que comiesen más alto y que pudiesen, durante los períodos de escasez, alcanzar aunque sea una pulgada o dos por sobre los otros, serían frecuentemente preservados […]. El que los individuos de la misma especie muchas veces difieren un poco en la longitud relativa de todas sus partes, puede comprobarse en muchas obras de historia natural en las que se dan medidas cuidadosas. Estas pequeñas diferencias en las proporciones, debidas a las leyes de crecimiento o variación, no tienen la menor importancia ni utilidad en la mayor parte de las especies. Pero en el origen de la jirafa debe haber sido diferente, considerando sus probables hábitos de vida; pues aquellos individuos que tuviesen alguna parte o varias partes de su cuerpo un poco más alargadas de lo corriente, en general habrán sobrevivido. Se habrán cruzado y dejado descendencia que habrán heredado las mismas peculiaridades corpóreas, o la tendencia a variar de nuevo en la misma manera, mientras que los individuos menos favorecidos en los mismos aspectos, habrán sido más propensos a perecer. (Darwin, 1872, p.178) Si consideramos, con los estructuralistas, que la ley fundamental de TSN es aquel enunciado en el que aparecen los conceptos fundamentales de esta teoría relacionados, podemos extraer una aplicación de TSN a partir de la explicación citada: Las jirafas con cuello, patas delanteras, cabeza y lengua de mayor longitud son más efectivas al alimentarse de las ramas más altas de los árboles, mejorando su supervivencia y mejorando, en consecuencia, su éxito reproductivo diferencial. (Darwin, 1872, p.178) Por abstracción de este enunciado, nos vamos acercando a lo que consideramos que es la ley fundamental de TSN: Los individuos con rasgos que cumplen con mayor efectividad cierta función, mejoran su supervivencia mejorando su éxito en la reproducción diferencial. La ley fundamental de TSN tendría al menos tres componentes: • El rasgo que cumple de manera más adecuada una función. • El éxito reproductivo diferencial, que tiene que ver con alguna medida de la cantidad de descendencia fértil dejada por los organismos. • La conexión del rasgo adecuado y el éxito reproductivo, que llamaremos “aptitud”. En este caso se debe a una mejora en la supervivencia, pero no siempre es así. Se puede obtener la red teórica

Esta pregunta también está en el material:

Teorías de la ciencia - Ginnobili
321 pag.

Pensamento Científico Universidad de Buenos AiresUniversidad de Buenos Aires

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