La conservación es la habilidad de reconocer que dos cantidades iguales de materia permanecen iguales en sustancia, peso o volumen hasta que nada sea añadido o quitado. Los niños desarrollan diferentes tipos de conservación en distintas épocas: a la edad de 6 ó 7 años, corrientemente son capaces de conservar la sustancia; a los 9 ó 10, el peso; y a los 11 ó 12 el volumen. Piaget enfatizó que los niños desarrollan la habilidad de la conservación cuando disponen de suficiente madurez neurológica, y que factores distintos de la maduración, como el entrenamiento formal, la cultura y el nivel socioeconómico, también afectan la conservación.
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