De este modo, contribuye a cuestionarse por qué de hecho los centros educativos no suelen aprender, y qué habría que hacer para que así fuera. Esto...
De este modo, contribuye a cuestionarse por qué de hecho los centros educativos no suelen aprender, y qué habría que hacer para que así fuera. Esto impide hablar, en sentido referencial, de los centros educativos como 'organizaciones inteligentes', para en su lugar entenderla como una idea 'generativa' (no descriptiva), que dice Senge, expresión de una visión de lo que debía ser la realidad, capaz de generar un proceso de cambio continuo y autotransformación de la organización. La traducción que hemos adoptado en español ('Organizaciones que Aprenden'), en este sentido, es afortunada: expresa una idea de proceso sin término final, que puede dar lugar progresivamente a modificaciones en dimensiones cognitivas y acciones. Como claramente expresan Pearn et al. (1995), no estamos seguros de que exista algo como 'la' organización que aprende. Más bien, hay organizaciones que sentido relacional y de desarrollo, no de estado final aprenden y crecen más que otras.
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