¿Sabéis en qué consiste ese milagro? Las virtudes poseen una aureola tan intensa como la de la infancia inocente. Os digo estas cosas sin intención...
¿Sabéis en qué consiste ese milagro? Las virtudes poseen una aureola tan intensa como la de la infancia inocente. Os digo estas cosas sin intención de amonestaros —dijo el anciano sacerdote a Rosalía con profunda tristeza—. ¡Ay! Yo no soy aquí el gran penitenciero, vos no estáis arrodillada a los pies de Dios; soy un amigo aterrado ante los castigos que os esperan. ¿Qué ha sido de ese pobre Alberto? ¿Se habrá dado muerte? Escondía una violencia inaudita bajo su afectada calma. Comprendo que el viejo príncipe Soderini, padre de la señora duquesa de Argaiolo haya venido a reclamar las cartas y los retratos de su hija. He aquí el rayo fulminado sobre la cabeza de Alberto, que sin duda habrá tratado de justificarse... ¿Pero, cómo, en catorce meses, no ha dado señales de vida?
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