Usar palabras emotivas. Obstaculizan el buen juicio. Indispensable para el buen juicio: Nos distraen. Nos motivan. Señal de vulnerabilidad. Nos hacen reales y vivos. Obstruyen o retardan la razón. Fortalecen o aceleran la razón. Forman una barrera de control. Crean confianza y conexión Debilitan actitudes fijas, Activan valores éticos Inhiben el flujo de datos objetivos. Proveen información vital y retroinformación. Complican la planeación administrativa Generan creatividad e innovación. Socavan autoridad. Generan influencia sin autoridad. El conocimiento y manejo de las emociones, así como, la capacidad de reconocerlas en las demás personas es lo que constituye la base teórica, del término inteligencia emocional presentándose de esta manera como un elemento importante en el desarrollo optimo del ser humano. Potenciar la inteligencia emocional no supone dejar de lado el cociente intelectual. El equilibrio de ambas inteligencias puede ser la fórmula ideal para disfrutar de la vida. Valdés señala que las personas que tienen una elevada Inteligencia Emocional son socialmente equilibradas, sociales, alegres y decididas. Poseen una notable capacidad de compromiso con las personas o las causas, de asumir responsabilidades y de alcanzar una perspectiva ética. Son solidarias y cuidadosas de las relaciones, se sienten cómodas con ellas mismas, con los demás y con el universo social en que viven y expresan sus sentimientos adecuadamente sin caer en estallidos irreflexivos. Recientes investigaciones han demostrado que la inteligencia tal como se entendía hasta ahora, es solo una parte y no la más importante del total de capacidades que el ser humano desarrolla para lograr sus metas. La capacidad de comunicación, la comprensión hacia los problemas ajenos, la participación afectiva y emocional en la realidad circunstante, la facilidad para extraer rendimiento del trabajo en equipo y de sintetizar a partir de las experiencias de los demás son cualidades que permiten a una persona convertirse en un triunfador independientemente de su coeficiente Es por todo esto que Goleman (1997), generador del concepto Inteligencia Emocional considera que la diferencia entre los logros alcanzados entre una persona con un coeficiente intelectual normal y uno modesto está en lo que él llama Inteligencia Emocional. La Inteligencia Emocional se define entonces como la capacidad de sentir, entender y aplicar eficazmente el poder y la agudeza de las emociones como fuente de energía humana, información, conexión e influencia. Salovey incluye, dentro de las capacidades de la Inteligencia Emocional, las siguientes:  Conocer las propias emociones. Reconocer un sentimiento mientras ocurre, es la clave de la inteligencia emocional, la capacidad de controlar sentimientos es fundamental, la incapacidad de advertir nuestras auténticas emociones nos deja a merced de las mismas. Las personas que tienen certeza de sus sentimientos son mejores guías de su vida y tienen mejor noción respecto a sus decisiones personales.  Manejar las emociones: se basa en la conciencia de uno mismo. Las personas que carecen de esta capacidad luchan constantemente contra sentimientos negativos, mientras que quienes la tienen desarrollada se recuperan rápidamente de los contratiempos de la vida. El objetivo es el equilibrio no la supresión emocional.  La propia motivación. El autodominio emocional, postergar la gratificación y contener la impulsividad sirve de base para toda clase de logros ordenar las emociones tras un objetivo es esencial para prestar atención y la creatividad. Las personas que tienen esta capacidad suelen ser mucho más productivas y eficaces en cualquier tarea que desempeña.  Manejar las relaciones. El arte de las relaciones es en gran medida la habilidad de manejar emociones en los demás.  Reconocer emociones en los demás. La empatía, habilidad que se basa en la autoconciencia emocional es la habilidad fundamental de las personas emocionalmente aptas. Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren. Esta es una habilidad que facilita en gran medida las relaciones interpersonales, las personas más empáticas tienden a ser más exitosas en su trabajo y relaciones. La clasificación emocional / racional se parece a la distinción entre corazón y cabeza. Existe una baja constante en el control racional y emocional sobre la mente "cuanto más intenso es el sentimiento más dominante se vuelve la mente emocional, y más ineficaz la racional". Cooper y Sawaf consideran que la Inteligencia Emocional tiene influencia decisiva sobre factores claves del éxito entre los que menciona:  Toma de decisiones  Liderazgo  Avances decisivos técnicos y estratégicos  Comunicación abierta y franca  Creatividad e innovación Cuando las emociones se reconocen y se guían en forma constructiva, refuerzan el rendimiento intelectual, son poderosas organizadoras del pensamiento y la acción, despertando la intuición y la curiosidad. Por ello, a la inteligencia emocional se le considera como la motivadora en la búsqueda del potencial único y personal, activa los valores íntimos y las aspiraciones, transformándolas en cosas que se piensan y viven. Gonvigton describe cuatro etapas cognitivas que se atraviesan cuando se percibe la relación entre esfuerzo, capacidad y logro; estas etapas influyen en forma significativa en la motivación relacionada con el aprendizaje. Etapa 1 Esfuerzo es sinónimo de capacidad cada persona posee fuerzas y capacidades innatas si una persona quiere ser el mejor tiene que llevar a cabo un mayor esfuerzo Etapa 2 EL esfuerzo constituye solo un factor de la realización siendo el otro la capacidad innata. Existe una correspondencia exacta entre esfuerzo y resultados para tener éxito se debe trabajar duro. Etapa 3 Relación entre una persona con menor capacidad puede compensar con mayor esfuerzo y una persona con mayor capacidad necesita menos esfuerzo. Etapa 4 La percepción del esfuerzo como participe del éxito cede el lugar a la creencia de que la capacidad sola constituye la condición necesaria para la obtención de determinados logros. Aunque estas etapas del desarrollo influyen en las personas no todos reaccionan de la misma manera. La percepción del esfuerzo y la capacidad cambia a medida que se crece, la capacidad para administrar el tiempo es un aspecto importante de la inteligencia emocional que resulta útil a lo largo de toda la vida, el fracaso también constituye un camino hacia el éxito cuando se toma de manera positiva. Goleman plantea las siguientes diferencias entre la inteligencia cognitiva y la emocional: INTELIGENCIA COGNITIVA Reflexión, meditación, acumulación de datos conocer el significado decidir según la lógica errores Tiempo y calma Desde la cabeza Datos consistentes Analítico Dirigido por la razón "Del hemisferio izquierdo" "Sí pero" Sopesar pensar examinar revisar Palabras y cifras Comprender el pasado Lógica Frío definido Distanciado egocéntrico aislado INTELIGENCIA EMOCIONAL Relacionarse Hallazgo de nuevas ideas Establecer nuevos significados Decidir a partir de intentos y Rapidez e impaciencia Desde lo más profundo del pecho Información maleable Globalizador Orientado a los sentimientos "De el hemisferio derecho" “aquí y ahora" Decidir espontáneamente sentir Creer firmemente en las propias decisiones Personas y situaciones Actuar de cara al futuro Lógica psíquica Cálido impreciso Integrado Orientado a la colectividad Vinculado Trabajo 3 - En grupo - Durante la sesión presencial Contraste las características emocionales de Haw y de Escurridizo. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL NUEVO MILENIO La educación tal como se concibe en la actualidad, será obsoleta en el nuevo milenio. Las personas perderán mucha capacidad para pensar racionalmente y tomar decisiones sensatas colaborando con ello el avance tecnológico: el que le desplazará