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sólo podrán consolidar sus metas cuando el otro falle, por lo que podrán darse acciones para obstruir el éxito ajeno (Johnson & Johnson, 2003), y e...

sólo podrán consolidar sus metas cuando el otro falle, por lo que podrán darse acciones para obstruir el éxito ajeno (Johnson & Johnson, 2003), y en consecuencia ser fuente de conflictos. Así pues, cuando la interdependencia es positiva, si el conflicto aparece, será fácil llegar a acuerdos que unan a las partes, permitiéndoles aprender de la situación y encarar las diputas con una actitud positiva y cooperativa. En resumidas cuentas, esta teoría propone transformar los procesos relacionales competitivos en cooperativos, para crear soluciones creativas que beneficien a las dos partes (Johnson & Johnson, 2010). Según Johnson y Johnson (2010), otra teoría psicológica a destacar por su enfoque de los conflictos es la de la controversia constructiva. La controversia aparece cuando las ideas, opiniones o conclusiones de una persona son incompatibles con las de otra. En ese momento se deberá reflexionar para encontrar una solución creativa poniendo en juego diferentes procesos psicológicos: 1. Cuando los sujetos se encuentran ante un conflicto tienen una conclusión inicial basada en la información disponible, sus experiencias y perspectivas. 2. Presentar soluciones razonables a los demás supone el uso de estructuras cognitivas superiores para llegar a una mejor reflexión y comprensión de su situación. Cuanto más intente persuadir a los demás para que estén de acuerdo con él, más comprometidos estarán con su posición. 3. Cuando los individuos se confrontan con diferentes soluciones, basadas en la información y su experiencia, entienden como errónea la visión del otro y se inicia un desequilibrio. 4. Este desequilibrio despertará la necesidad de buscar más información, nuevas experiencias, nuevas perspectivas y nuevos procesos de razonamiento para resolverlo correctamente. 5. Adaptar la propia perspectiva a la de los demás derivará en una reorganización de los pensamientos y una nueva situación. Los pensamientos positivos y el compromiso individual llevarán a soluciones equitativas y justas que acercarán a los individuos mejorando sus interrelaciones y mejorando su competencia en la RC. Dependiendo de cómo se gestione el conflicto, también podría ocurrir que la persona considere su posición aún más valida que al inicio. Que la controversia sea positiva o negativa dependerá de si el contexto tiende hacia la cooperación, de las habilidades sociales del grupo y de su capacidad de raciocinio (Johnson & Johnson, 2010). En cuanto a los tipos de conflictos que se pueden dar en el ámbito general Deutsch (1973), establece, como causas básicas, el control sobre los recursos, las molestias, preferencias, valores, creencias, información y la naturaleza de la relación entre las partes. Una vez dadas estas causas, el autor considera que se crearán tipos de conflictos diferentes: - Conflicto vertical: aquel que existe objetivamente y no depende de la alteración de un elemento del entorno. - Conflicto contingente: aquel que se da cuando se altera un elemento del entorno. - Conflicto desplazado: cuando las partes discuten por algo equivocado, ya que generalmente la causa es algo que está latente. - Conflicto mal atribuido: cuando se plantea entre partes o por temas equivocados. - Conflicto latente: el que debería darse pero no ocurre. - Falso conflicto: cuando no existe una base para el conflicto y éste nace de un malentendido. Concretando el tema en el ámbito escolar, Viñas (2004) clasifica en cuatro grupos los conflictos surgidos en las aulas: - Conflictos de relación: tienen un importante componente de afectividad, por cuanto se mueven en el terreno de los sentimientos y son de difícil control. Tanto se pueden dar entre alumnos, como entre alumnos y profesores o profesores y familias. - Conflictos de rendimiento: están relacionados con las carencias académicas por falta de esfuerzo del alumnado, motivación, competencia, o también por la incapacidad del profesor para hacer que los niños aprendan. - Conflictos de poder: son problemas relacionados con la autoridad y el rol disciplinario generalmente ejercido por el profesorado. - Conflictos de identidad: está relacionado con las expectativas de los alumnos sobre los estudios, aspectos personales sobre obligación y motivación, la autopercepción del profesorado por su trabajo, etc. Desde la perspectiva de las escuelas pacíficas Tuvilla (2004), diferencia entre conflictos curriculares (relacionados con las formas de construir el conocimiento), relacionales (referidos a los comportamientos que alteran la neutralidad de las relaciones), culturales (cuando se dan contradicciones entre la cultura escolar formal y la invisible) y sociales (dados entre las relaciones del centro con el entorno inmediato). Por su parte, Pérez de Guzmán, Amador y Vargas (2011), establecen cuatro tipos de conductas generadoras de conflicto en las aulas: respecto el alumnado, autoconcepto académico negativo del alumno, segregación de algún alumno, inadecuación del currículum y las metodologías, falta de adaptación de alumnos procedentes de otras culturas). - Conductas antisociales: son comportamientos que atentan contra la integridad física o psíquica de los demás. Los sujetos que manifiestan estas conductas lo hacen tanto en la escuela como fuera de ellas y suelen provenir de familias desestructuradas y expresar hiperactividad, falta de habilidades sociales, retraso escolar, etc. En el informe del Ararteko (Martín et al., 2006) sobre la convivencia y conflictos en las aulas de los centros educativos se distinguen seis tipos de conflictos: disrupción en las aulas, agresiones de estudiantes hacia profesores, agresiones de profesores a alumnos, maltrato entre iguales, vandalismo y absentismo. Por otro lado, Ortega (2002) realiza una clasificación gradual de los conflictos que se dan en los centros educativos. En primer lugar establece el vandalismo o violencia hacia objetos y bienes de las instalaciones. En segundo lugar, menciona la disruptividad o violencia dirigida hacia las tareas escolares para hacer sentir al docente que el alumno se opone a sus propuestas boicoteando las sesiones. Ocupa el tercer entorno educativo, ordenada de menor a mayor gravedad: 1. Pequeños incidentes en el aula: demandas de silencio, respuestas irrespetuosas, riñas, juegos, bromas o chistes de mal gusto, etc. 2. No asistir a clase individualmente o colectivamente. 3. Agresividad gestual y verbal: insultos, amenazas, provocaciones, desprecios, insinuaciones, malos tratos psíquicos, etc. 4. Destrozos de las instalaciones: puertas, lavabos, pasillos, talleres, recursos didácticos, libros, pintadas en paredes exteriores o interiores del edificio, etc. 5. Hurtos o robos de objetos del centro o de compañeros. 6. Malos tratos físicos y agresiones: puñetazos, patadas, peleas abiertas causadas por la vida cotidiana del centro (por un motivo aparente). 7. Agresiones gratuitas sin motivo aparente, centradas en individuos (alumnos o profesores) o en colectivos por razón de sexo, etnia, religión, etc. 8. Instauración de la violencia en el centro: escenario de luchas entre grupos antagónicos, problemas relacionados con drogas, etc. (p. 6) En Torrego, Aguado, Arribas, Escaño, Fernández y Funes, et al. (2006), se establecen otras nueve categorías de conflicto: la violencia general, psicológica física y estructural, la disrupción en las aulas, el vandalismo, los problemas de disciplina, el bullying, el acoso y abuso sexual, el absentismo escolar, el fraude y los problemas de seguridad escolar. Los estudios de Golda y Pelcovitz (2012), identificaron como comportamientos menos tolerados por maestros, tanto de género masculino como femenino, las peleas, las alteraciones del comportamiento, la desobediencia, el negativismo y las quejas destructivas. Sus investigaciones recalcan también la importancia de detectar las causas de los conflictos para actuar con antelación y evitarlos. Consideran como medidas preventivas formar a los maestros en el manejo del comportamiento del alumnado y estudiar el grado de aceptación y tolerancia que cada docente muestra ante las conductas y actitudes negativas observadas en clase (Golda & Pelcovitz, 2012). Después de exponer el tipo de conflictos que se presentan en el ámbito escolar en general, consideramos relevante dedicar un apartado específico para dar a conocer los matices que se manifiestan en los conflictos del área de EF. 3.5.1. Tipología de los conflictos en Educación Física Como ya hemos comentado en los anteriores capítulos, la EF tiene unas características propias que hacen de ella un contexto idóneo para trabajar la PyRC con el alumnado. No obstante, las vivencias que se dan en EF y su carácter lúdico e interactivo pueden ser un arma de doble filo y generar conflictos específicos del área. En este sentido será importante identificar las conductas disruptivas y conflictivas producidas en las sesiones de

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Educação Física e Competência Social
613 pag.

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