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En el desarrollo alcanzado actualmente por la psicología evolutiva cubana. Cuando hablamos del desarrollo de lo psíquico nos referimos tanto al fil...

En el desarrollo alcanzado actualmente por la psicología evolutiva cubana. Cuando hablamos del desarrollo de lo psíquico nos referimos tanto al filogenético (la evolución de la psiquis de los animales, que condujo a la aparición de la conciencia humana), como al histórico-social (el desarrollo de la psiquis en la evolución histórico-social pasada y actual); y al ontogenético (el desarrollo de la psiquis del individuo desde su nacimiento hasta su muerte). De aquí se deriva que se pueden considerar 3 direcciones analíticas en la investigación del desarrollo: – Estudio del desarrollo filogenético de la psiquis, que se expresa en la herencia innata. – Estudio del desarrollo histórico-social de la psiquis, que se cristaliza en la cultura material y espiritual alcanzada por la humanidad. – Estudio del desarrollo ontogenético de la psiquis en la interacción individuo-medio, que conduce al ser humano adulto. Cada una de estas formas tiene sus características y leyes específicas, es irreducible la una a las otras, pero a la vez se influyen, penetran y condicionan recíprocamente, se encuentran en unidad dialéctica. Constituye un error reducir el desarrollo psíquico solo a una de estas formas, sobre la base de la cual explicar las otras 2, o hacer abstracción de alguna de ellas. El desarrollo psíquico humano se debe comprender en la unidad de sus 3 dimensiones: el filogenético, el histórico-social y el ontogenético, por ello, para comprender el desarrollo psíquico del niño es necesario tener en cuenta la evolución filogenética del psiquismo, que se cristaliza en sus potencialidades innatas, pero también se debe considerar el desarrollo histórico-social del psiquismo, que se expresa en el nivel alcanzado por la cultura material y espiritual y la vida social que el niño encuentra al nacer y evoluciona en el decurso de su vida. Ahora bien, el desarrollo ontogenético del psiquismo humano puede ser comprendido solo a partir de las interacciones del niño con su medio social externo que, actuando a través de las potencialidades innatas y adquiridas de desarrollo, se refleja en él y lo transforma de un ser pura- mente reactivo y sensomotriz (en la primera infancia) en un individuo adulto, activo, racional y creador. Así, el desarrollo ontogenético es el producto del reflejo del medio social actual (fruto del desarrollo sociohistórico) que actúa a través del desarrollo filogenético previo, con- solidado en la herencia. En el desarrollo ontogenético es necesario tener en cuenta sus diferentes etapas o edades y el principio dialéctico de la negación de la nega- ción, que afirma que las etapas ya superadas vuelven a plantearse, pero a un nivel superior y diferente, determinado por la interacción actual. El nacimiento de cualquier ser humano implica una ruptura con todo el desarrollo precedente, pues se trata de un nuevo ser, de una nueva psiquis que se abre al desarrollo, sin embargo, este nuevo ser contiene todo lo positivo de la vida precedente, todo lo que es condición para su progreso posterior, es decir, comprende la herencia, sus posibilidades innatas de desarrollo. La evolución psíquica de este ser humano será la repetición de todo el desarrollo filogenético anterior (que el individuo conserva en sus potencialidades hereditarias), pero a un nivel superior y diferente, condicionado por su vida única en el medio social actual, por las nuevas condiciones sociales y culturales en que se encuentra, por ello, decir simplemente que la ontogénesis repite la filogénesis es una afirmación falsa, aunque contiene algo verdadero, o sea, el restableci- miento de la evolución filogenética en el desarrollo ontogenético, pero en virtud de la interacción externa del individuo con su medio, en la cual surgen sus rasgos y componentes superiores y fundamentales. El desarrollo ontogenético del ser humano presenta diferentes eta- pas: primera infancia, edad prescolar, escolar, adolescencia, juventud, edad adulta, etc. Aquí también opera la correlación ya indicada entre las etapas anteriores y las posteriores. Las etapas iniciales del desarrollo se repiten, pero a un nivel superior y diferente, condicionadas por el decur- so de la interacción con el medio, por ejemplo, según Wallon (1966) en la adolescencia ocurre lo mismo que en la crisis de los 3 años: las exigen- cias de la personalidad pasan nuevamente al primer plano, son las nece- sidades del yo las que parecen absorber y acaparar las disponibilidades del sujeto. No obstante, la adolescencia es una etapa diferente y superior en el desarrollo de la personalidad, que refleja las nuevas condiciones psíquicas y circunstancias sociales en que se produce la vida del adoles- cente. Igualmente se podría plantear que la personalidad adulta es la expre- sión de todo su desarrollo ontogenético previo. En la vida adulta, el ser humano va a repetir su vida infantil, pero a un nivel superior y diferente, en cuanto constituye un reflejo de su interacción adulta actual, de las exigencias y circunstancias sociales que le rodean. Esta concepción se opone a los criterios unilaterales biologistas y sociologistas y a los que no ven la influencia de una etapa sobre la otra y lo reducen todo a lo nuevo que surge en la vida del individuo, por ejem- plo, los teóricos del campo; también se opone a los que conciben el desa- rrollo como la simple repetición de un mismo ciclo perenne, en el cual la interacción externa no aporta nada nuevo, por ejemplo, los que reducen la psiquis adulta a la infantil y lo social a los instintos y mecanismos biológicos. Todos los principios metodológicos anteriormente planteados: la uni- dad de la psiquis y el medio sociohistórico, de lo biológico y lo social, de lo individual y lo social, de lo cognoscitivo y lo afectivo, de lo social y lo individual, han de ser aplicados a la comprensión del desarrollo de la psiquis. En esto consiste la aplicación del enfoque sintético a la com- prensión del desarrollo de la psiquis. Hasta aquí se ha tratado el sistema de categorías que componen el enfoque sintético y también señalado cómo, por lo general, cada catego- ría da lugar a una dirección analítica o unilateral de la investigación. El sistema de categorías ha de ser la metodología sintética general que nos oriente en la investigación analítica o unilateral de cada categoría y los resultados de esta investigación analítica repercutirán sobre el enfoque sintético y lo elevarán a un nivel superior. Naturaleza y determinación de los fenómenos psíquicos La metodología teórica de la investigación psicológica requiere es- clarecer los conceptos de psiquismo humano y de su determinación. Naturaleza de los fenómenos psíquicos y objeto de la psicología Naturaleza de los fenómenos psíquicos Aplicando la lógica dialéctica a la comprensión de los fenómenos psíquicos, existe una diferencia irreducible entre ellos y el mundo mate- rial, físico. Los fenómenos psíquicos son ideales y subjetivos, pues cons- tituyen imágenes elaboradas por el sujeto, que pertenecen a él. En cuanto son imágenes producidas por el cerebro, que regulan la actividad del ser humano, los fenómenos psíquicos constituyen una realidad objetiva es- tudiada por la ciencia, pero precisamente su realidad objetiva se encuen- tra indisolublemente unida a los objetos irreales y subjetivos, contenidos en dichas imágenes. Así, lo psíquico, lo ideal, es la unidad inseparable, indisoluble y esen- cial de lo real y lo irreal, de lo objetivo y lo subjetivo, por el contrario, el mundo material es una realidad objetiva pura, que no contiene en su esencia lo irreal y subjetivo,6 sin embargo, esta diferencia esencial e insu- perable no niega que entre ambos existe una penetración recíproca y una identidad. La penetración recíproca consiste en que lo psíquico (la representa- ción, el concepto) es una imagen que refleja, que reproduce al mundo externo material y al propio organismo biológico y, como consecuencia, los contiene en un plano ideal. A su vez la realidad material se convierte en objeto valorado y transformado por el sujeto y por lo tanto contiene su subjetividad, en dependencia de la actividad cognoscitiva, valorativa y transformadora de este último. 6 No se puede olvidar que el mundo material es dado a nosotros en nuestras percepciones, representaciones y conceptos y, como consecuencia, en estrecha unidad con lo ideal y subjetivo, pero existe una diferencia fundamental entre el mundo material y la psiquis. La unidad de lo real y lo irreal, de lo objetivo y lo subjetivo en el mundo material dado en nuestras percepciones, es la unidad temporal de 2 cosas externas, perfectamente separables, que pertenecen a realidades diferentes, mientras que la unidad de lo real y lo irreal en la psiquis ideal es inseparable, es esencial.

Esta pregunta también está en el material:

Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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