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Es conocido que la personalidad y sus capacidades cognoscitivas constituyen un reflejo del medio social, pero es necesario esclarecer la función ac...

Es conocido que la personalidad y sus capacidades cognoscitivas constituyen un reflejo del medio social, pero es necesario esclarecer la función activa, autónoma y creadora de las capacidades cognoscitivas como componentes de la personalidad. En primer lugar la inteligencia del hombre, las capacidades cognoscitivas específicamente humanas, se caracterizan por la creatividad: cada vez el hombre crea la cultura a niveles superiores y es el creador de sí mismo, sin embargo, también existen en él capacidades de asimilación que le permiten interiorizar la cultura ya creada, por tanto, la inteligencia humana, la capacidad cognoscitiva humana es, a la vez, de asimilación y de creación. El ser humano asimila la cultura para crearla. Ambos componentes son imprescindibles y están inseparablemente unidos en las capacidades cognoscitivas específicamente humanas. Es posible que predomine el componente asimilador o el creador, pero ambos son necesarios. Esta doble naturaleza de la inteligencia humana se corresponde con las 2 facetas del proceso de su determinación. La asimilación constituye la determinación externa de las capacidades cognoscitivas. El hombre refleja y asimila los conocimientos, habilidades y hábitos que le brinda su medio social. Aquí se manifiestan y se desarrollan las capacidades asimiladoras del ser humano. Pero este proceso asimilador, por sí solo, no conduce a una verdadera formación y desarrollo de la inteligencia, si no interviene el proceso creador y la función activa del sujeto, o sea, el individuo tiene que redescubrir por sí mismo dichos conocimientos y habilidades. José Martí (1975 D) expresó: "No se sabe bien sino lo que se descubre". Y dicho descubrimiento para sí mismo consiste en partir del hallazgo de las bases empíricas, prácticas, teóricas y motivacionales que fundamentan y engendran dicho conocimiento, o habilidad o hábito y asimilarlo a partir de estos nexos. Este volver a descubrir por sí mismo consiste en saber de dónde vienen y para qué sirven estos conocimientos, saber cómo crearlos y utilizarlos, descubrir qué vínculos guardan con los conocimientos previos, las necesidades y los proyectos del propio sujeto y de esta forma convertirlos en convicciones intelectuales, cargarlos cognoscitiva y afectivamente. En este redescubrimiento, o descubrimiento para sí, se desarrollan a un grado superior, determinado por el medio social, los procesos de análisis, síntesis y generalización del sujeto, pues se elevan al nivel que les imponen los nuevos hábitos, conocimientos y habilidades que han sido asimilados y que son productos del desarrollo histórico de la humanidad. Inicialmente, para el niño que aprende, la inteligencia humana está afuera, en la cultura, en el grado de desarrollo intelectual que engendró la cultura y que está plasmado en ella. Tiene, por lo tanto, que asimilar la cultura, pero no solo en forma reproductiva, sino en forma activa y creadora, para que descubra e incorpore a su personalidad el nivel de los procesos intelectuales que se han cristalizado en ella (González DJ, 2003). El redescubrimiento o descubrimiento para sí crea las condiciones cognoscitivas internas para que en el decurso de la vida posterior se produzca el descubrimiento, o sea, el aporte novedoso a la cultura, a la vida social. Si lo asimilador se asocia con la determinación externa de la inteligencia, lo creador se corresponde con su autodeterminación, con la función autónoma y activa del sujeto, de aquí la necesidad de combinar armónicamente la asimilación de conocimientos, habilidades y hábitos, ya establecidos socialmente, con el método problémico, con los métodos activos, que despiertan la creatividad por parte del estudiante, e integrar ambos aspectos en un proceso único de enseñanza. El proceso de formación intelectual del niño no solo requiere del reflejo de la cultura y de la ayuda del maestro, lo cual resulta fundamental, sino que también demanda crear conflictos cognoscitivos, estados de desequilibrio, que lleven al niño a reestructurar sus esquemas cognoscitivos. Son necesarias tanto la enseñanza y la ayuda externa como la creación de problemas que estimulen la creatividad subjetiva del estudiante. Es necesario integrar y armonizar ambas influencias. A partir de la década del 60 del siglo XX se desarrolló la llamada psicología cognitiva, que hoy día ocupa un lugar importante por utilizar los conceptos y los procesos relacionados con los ordenadores para comprender la mente humana. Esta corriente tiene una posición integradora de diferentes puntos de vista y su surgimiento está íntimamente relacionado con el impacto de la cibernética, la teoría de la comunicación y la computación sobre la psicología experimental. La valoración de esta importante y actual corriente en el estudio de la cognición requiere su consideración en 2 direcciones: 1) como investigación fundamental de la cognición humana; y 2) como psicología aplicada al desarrollo de los ordenadores. Como investigación fundamental no es posible negar el aporte que la metáfora mente-ordenador pueda ofrecer al estudio de la cognición y del psiquismo humano, pues encontramos y podemos desarrollar importantes similitudes, pero debe tenerse muy en cuenta la diferencia abismal que existe entre un ordenador y la mente humana. En general esta psicología cognitiva ha separado al sujeto de sus condiciones sociales y biológicas. Las teorías del procesamiento de la información y la ciencia cognitiva se ocupan preferentemente de las reglas, de la sintaxis del funcionamiento mental y no de su contenido concreto, por ello no desarrollan adecuadamente los aspectos afectivos, emocionales, sociales o culturales más vinculados al contenido de nuestra experiencia mental. La pretensión de estudiar el psiquismo humano en los ordenadores o identificarlo con ellos resulta una reducción y una simplificación inadecuada de su complejidad superior. Este estudio tiene un mérito y un valor teórico y debe ser desarrollado, pero en sus conclusiones definitivas se han de tener muy en cuenta las investigaciones empíricas y teóricas realizadas en seres humanos para no caer en generalizaciones y limitaciones inaceptables sobre la naturaleza de la mente y de la cognición. En cuanto a la psicología aplicada al desarrollo de los ordenadores, esta investigación tiene una importancia trascendental para el futuro de la humanidad y de ahí la imperiosa necesidad de desarrollarla, pero aquí también se han de tener en cuenta todos los estudios sobre la cognición, la psiquis y su fisiología en el verdadero ser humano. El estudio de la afectividad y la motivación es otra dirección analítica de la investigación psicológica de indudable importancia, a la cual nos hemos dedicado con un enfoque sintético (González DJ, 1995), pero una observación que es necesario hacer tanto a la psicología cognoscitiva como a la psicología de la personalidad y la motivación es que el psiquismo humano es la unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo. Por lo general, la psicología cognoscitiva no ha considerado plenamente la influencia de los factores afectivos en el conocimiento humano. Los pensadores cubanos del siglo pasado ya plantearon la importante unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo. José Martí enfatizó en su obra esta unidad (González DJ, 1999). Dijo que la inteligencia da bondad, justicia y hermosura y que la virtud da a la mente las fuerzas del genio, o sea, que lo afectivo influye y determina a lo cognoscitivo y viceversa. Por lo tanto, el estudio de la cognición está incompleto si no se tiene en cuenta toda la importancia que la afectividad tiene en ella, e igualmente, el estudio de la afectividad y la motivación no está completo si no se estudia la importancia que tienen los factores cognoscitivos en ellas. La investigación de la personalidad humana ha pecado igualmente de limitarse al estudio del carácter y de los factores de motivación. La teoría de la personalidad será más adecuada en la medida en que aborde la unidad de lo cognoscitivo y lo afectivo. Lo cognoscitivo y lo afectivo son 2 facetas inalienables de la psique, que se condicionan y engendran recíprocamente. Lo cognoscitivo solo surge y se desarrolla en virtud de las necesidades y para satisfacerlas. A su vez, las necesidades del ser humano y su estructura motivacional y de personalidad solo pueden ser comprendidas en su desarrollo, en virtud de la transformación de las funciones cognoscitivas. Lo cognoscitivo surge en virtud y en dependencia de lo afectivo y viceversa. Unidad de lo social y lo individual Según Abuljánova (1980), este principio metodológico de la psicología marxista fue formulado por Rubinstein en la década del 30, en su artículo El problema de la psicología en los trabajos de Carlos Marx. Posteriormente fue desarrollado de manera más certera y plena por psicólogos sociales sovi

Esta pregunta también está en el material:

Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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