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Basándose en los procesos cognoscitivos del sujeto (sensaciones orgánicas, percepciones y pensamientos) o al modificarse las vivencias psíquicas y ...

Basándose en los procesos cognoscitivos del sujeto (sensaciones orgánicas, percepciones y pensamientos) o al modificarse las vivencias psíquicas y afectar positiva o negativamente las necesidades del sujeto, estas son excitadas y se manifiestan subjetivamente en tendencias (impulsos o deseos), emociones y sentimientos, y en la valoración afectiva que contiene el reflejo cognoscitivo del mundo en percepciones, pensamientos, imaginaciones, etcétera. Por ello, es necesaria la consideración de los estímulos u objetos motivantes, tanto negativos como positivos. Los negativos son aquellos indicadores de la insatisfacción actual o futura de las necesidades. Los estímulos u objetos motivantes positivos son aquellos indicadores de la perspectiva o posibilidad de evitar la insatisfacción u obtener la satisfacción inmediata o futura de las necesidades. Los estímulos son aquellas realidades que se reflejan en el psiquismo de manera no consciente, a través de señales. Los objetos son aquellas realidades que se reflejan de manera consciente, mediante imágenes de la percepción, de la representación o del concepto. Tanto los estímulos u objetos negativos, indicadores de la insatisfacción, como los estímulos u objetos positivos, afectan de manera negativa y positiva, respectivamente, las necesidades del sujeto y estas son excitadas. La motivación es negativa cuando el estímulo u objeto motivante negativo, o sea, aquel indicador de la insatisfacción actual o futura de las necesidades tiene una función fundamental en la determinación del proceso motivacional. En la motivación negativa el sujeto trata de evitar o escapar de una situación de frustración o insatisfacción. La motivación es positiva cuando el estímulo u objeto motivante positivo, o sea, aquel indicador de la perspectiva o posibilidad de evitar la insatisfacción u obtener la satisfacción inmediata o futura de las necesidades, tiene una función fundamental en la determinación del proceso motivacional. En la motivación positiva el sujeto se dirige activamente a buscar la satisfacción y el aseguramiento de sus necesidades. Debido a la acción del estímulo u objeto negativo, indicador de la insatisfacción, el individuo se orienta a suprimir o evitar la insatisfacción y a preservar la satisfacción. Debido a la acción del estímulo u objeto positivo, indicador de una satisfacción adecuada o superior, el individuo se orienta a obtenerla. Pero no basta con este estímulo para que se produzca una actividad dirigida. La necesidad puede permanecer pasiva si el sujeto no se considera capaz de lograrlo o si existe un conflicto de motivos. Las necesidades excitadas que se expresan solo pasivamente lo hacen en tendencias (impulsos y deseos), emociones y sentimientos predominantemente pasivos. El impulso es la tendencia inconsciente que actúa en forma impremeditada e irreflexiva, como una reacción impensada ante los estímulos externos u orgánicos. Cuando el sujeto toma conciencia, en alguna medida, del objeto-meta de su necesidad aparece el deseo, que se orienta hacia el objeto-meta de la necesidad de manera consciente, pero es más bien contemplativo y pasivo. La existencia de tendencias, emociones y sentimientos predominantemente pasivos, no lleva aún a la actividad motivada, dirigida a la obtención de su objeto-meta, y solo puede conducir a actividades de búsqueda en un plano mental o externo. Ellos expresan solamente la faceta, el momento pasivo de la necesidad y el comienzo de la actividad orientadora en la búsqueda de la posibilidad de obtención del objeto-meta. Fase del tránsito de la necesidad pasiva a la activa y de la actividad orientadora. La existencia de una necesidad y la manifestación de esta en forma de tendencias, de deseo o de un proceso emocional aún no son suficientes para que se realice una actividad dirigida. Para esto es necesario que el sujeto refleje cognoscitivamente la posibilidad objetiva de su satisfacción, la cual engendra el motivo de la actividad. El motivo de la actividad es el reflejo psíquico de su objeto-meta, como algo posible de obtener en dependencia de las circunstancias externas e internas (psíquicas) y por tanto moviliza e incorpora la tensión activa de la necesidad o necesidades a las cuales responde dicho objeto-meta. El motivo surge en virtud de que el sujeto refleja cognoscitivamente la posibilidad objetiva de obtener la satisfacción y la valora en dependencia de las condiciones internas de su personalidad (de las posibilidades funcionales del individuo: habilidades, capacidades, energía física, etc., expresadas en la imagen que tiene de sí mismo, y de su jerarquía de necesidades). Este reflejo psíquico dirige e impulsa la actividad hacia la satisfacción de la necesidad o necesidades a las cuales responden dicho objeto-meta. Aquí se evidencia la importancia de la imagen de sí mismo en la motivación. No todo reflejo cognoscitivo de un estímulo u objeto motivante engendra un motivo. Esto depende, por ejemplo, de la seguridad que el sujeto tenga en sí mismo y, por lo tanto, de la posibilidad que él ve de alcanzarlo. Así, la personalidad condiciona cuáles reflejos cognoscitivos motivantes producen motivos y cuáles no. De esta forma, la imagen que el sujeto tenga de sí mismo y la jerarquía de necesidades de la personalidad desempeñan una función muy importante, por ello, la aparición del motivo está condicionada no solo por las realidades externas y el reflejo cognoscitivo del sujeto, sino, además, por las condiciones internas de la personalidad. En este contexto se comprende que resulta imposible identificar el estímulo u objeto externo con el motivo de la actividad. Por lo general el motivo es una expresión de diversas necesidades. Hablando en términos de la física mecánica, es la resultante de un sistema de fuerzas. Un determinado objeto, por ejemplo un automóvil, satisface unas necesidades, ya sea porque el automóvil es un fin en sí mismo o un medio o vía para satisfacer algunas y frustrar otras, pues implica gastos. El motivo que nos lleva a comprarlo y adquirirlo es la resultante de la lucha entre diversas necesidades, en la cual han triunfado las diversas necesidades que se satisfacen con dicho automóvil. En la medida en que un motivo sea la resultante de un sistema de fuerzas (las necesidades que canaliza), su concepto está muy cercano al de disposición o actitud. No obstante, el motivo puede ser fundamentalmente la expresión de una sola necesidad, además, la disposición puede ser pasiva o activa, mientras que el motivo es esencialmente activo, por ello no se pueden identificar totalmente los conceptos de motivo y disposición. La aparición del motivo indica que el objeto-meta se ha reflejado como algo posible de obtener, que la necesidad se transforma de predominantemente pasiva en activa y, por tanto, pasa a ser motivo o motor de la actividad. El motivo es el reflejo psíquico del objeto-meta de la actividad, como algo posible de obtener en dependencia de las circunstancias externas e internas (psíquicas), el cual incorpora y canaliza a la necesidad como fuerza activa dirigida hacia la obtención de dicho objeto-meta, por lo tanto, el motivo contiene siempre 2 componentes: el reflejo cognoscitivo del objeto-meta de la actividad como algo posible de obtener; y la necesidad o necesidades en su faceta o manifestación activa y movilizadora. De la unidad de ambos componentes es que surge su función activadora y de dirección. Sin embargo, a veces pasa a un primer plano uno de los componentes y el otro queda implícito o en la sombra. Cuando el reflejo cognoscitivo del objeto-meta pasa a un primer plano se presentan el motivo-objeto (la percepción del objeto-meta) y el motivo-convicción (el reflejo racional del objeto-meta). En estos casos, el motivo se presenta como si fuese la misma realidad que refleja. Cuando la necesidad pasa a un primer plano se presentan el motivo-impulso, el motivo-emoción, el motivo-fin y el motivo-sentimiento. En estos casos el motivo se presenta como una "fuerza" del sujeto. Pero tanto en un caso como en el otro están presentes ambos componentes: el reflejo cognoscitivo y la necesidad. De lo anterior se comprende que si la necesidad no se encuentra con el reflejo cognoscitivo de su objeto-meta como algo posible de obtener, no se convierte en un motivo, o sea, no dirige ni impulsa definitivamente la actividad hacia su satisfacción, por ello se afirma que no toda necesidad es un motivo y no se pueden identificar ambos términos: necesidad y motivo, pues la necesidad puede ser potencial o preponderantemente pasiva y no constituir un motivo. Por otro lado, si el reflejo cognoscitivo del objeto-meta no incorpora la tensión activa de la necesidad, tampoco constituye un motivo. De esta manera no se puede afirmar que el motivo pueda ser un objeto externo. El motivo, al igual que la motivación, constituye una mediación entre las propiedades de la personalidad y la realidad reflejada por el sujeto. Los motivos pueden ser reactivos si constituyen una respuesta a la influencia directa del mundo externo y del organismo sobre el sujeto

Esta pregunta también está en el material:

Psicología de la Motivação
274 pag.

Avaliação Psicológica Universidad VeracruzanaUniversidad Veracruzana

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