En el esquema se inspecciona analíticamente el lugar de la cultura del trabajo entre cinco formaciones sociales. Describimos brevemente este ejerci...

En el esquema se inspecciona analíticamente el lugar de la cultura del trabajo entre cinco formaciones sociales. Describimos brevemente este ejercicio comparado.

a. Las sociedades segmentarias presentan una cultura del trabajo poco diferenciada, incrustada (embedded) en los intersticios de la vida ritual y religiosa. La estructura social organizada bajo segmentos reduce el mecanismo de la división del trabajo a los valores de género y edad. La integración sociocultural del trabajo es alta, aunque el mundo de ideas en torno a la labor se encuentre fuertemente mediatizado por una cosmología general de la vida compartida. Siendo toda actividad productiva además acción simbólica, la alta integración sistémica cultural sobre el trabajo comparte su espacio con estructuras de parentesco revestidas en ritos y costumbres.
b. El patrón centro-periferia, que en este ensayo asociamos a la sociedad ateniense, realiza una delimitación más precisa de la cultura del trabajo. Aquí ya existe un cuerpo de ideas sobre el concepto en términos de labor, aunque con una connotación negativa que impide su ascenso en el sistema cultural. Asimismo, el trabajo se aleja del mecanismo integrador sistémico de la cultura, en la medida en que este permanece mucho más cercano a los significados de la deliberación política y la vida pública. La integración sociocultural disminuye, dándose las primeras diferencias entre el trabajo manual libre y el esclavo.
c. Con el advenimiento del capitalismo, y de su fase madura de desarrollo industrial, el trabajo avanza hacia su formalización a través de la emergente economía política. En virtud de las nociones abstractas de mercancía y de fuerza de trabajo, se vuelve viable la integración de la actividad laboral en modelos de flujos económicos y en una cierta concepción de “valor”. El resultado es una mayor especificación y consistencia en el campo semántico del concepto, y una mayor integración sistémica cultural a través del trabajo. A nivel de la vida sociocultural esto se expresa en mayores oportunidades de integración por vía del trabajo, aunque manteniendo el carácter de clase que caracteriza a la estructura social.
d. La constitución de los regímenes del bienestar significa la colocación de la cultura del trabajo como parte constitutiva del pacto social que soportó al Estado benefactor. El sistema cultural del trabajo alcanza su mayor grado de elaboración: surge una idea estable de trayectorias laborales, se diseñan dispositivos organizacionales para uniformar la labor, se juridifica la relación laboral a partir del contrato a tiempo indefinido. La integración sociocultural por la vía del trabajo se vuelve una expectativa social generalizada, en la medida en que el pleno empleo es visto como garantía social. La idea de una sociedad aseguradora y de un Estado benefactor sirven para el sostenimiento de este modelo.
e. Con el desmantelamiento de los Estados del bienestar, el diagnóstico de crisis de la sociedad del trabajo y la introducción de la flexibilidad, un nuevo panorama parece avizorarse para la cultura del trabajo. En lo que sigue se describirá este tránsito.