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¿Quiénes intercambian de modo más o menos regular alimentos o algún ingrediente que les haga falta para cocinar; en ocasiones la apoyan en “estar a...

¿Quiénes intercambian de modo más o menos regular alimentos o algún ingrediente que les haga falta para cocinar; en ocasiones la apoyan en “estar al pendiente de sus hijos” mientras ella trabaja. Participa, además, como tesorera en el comité vecinal, que organiza actividades de convivencia para los niños y jóvenes, donde las mujeres pueden vender antojitos y con las ganancias mejorar las áreas comunes. Esto le ha permitido ampliar sus redes sociales y se siente contenta por ello, aunque tenga que invertir tiempo y trabajo. El tipo de familia (reconstituida) influye en la dinámica de este hogar; aunque se ha identificado que en cualquier tipo de estructura hay mujeres que funcionan como madres solas, su bienestar económico y el de sus hijos se ve afectado de manera profunda por la naturaleza y el grado de participación del hombre en la vida familiar (Bruce y Buvinic 1998). Familias en etapa de contracción La primera de las familias que corresponden a esta etapa es una de tipo extenso y residente en el área rural (familia 3). La madre es originaria y habitante de Tepezalá, tiene 42 años de edad y primaria incompleta; además de las labores del hogar, prepara y vende alimentos los domingos. Su esposo, de 48 años, radica en Estados Unidos (es indocumentado), donde hace trabajos de albañilería y pintura; trabaja dos años en Los Ángeles, California, y regresa uno a Tepezalá. Desde hace 28 años vive de esta manera. Su primer viaje lo realizó durante su primer año de casados. Antes de casarse, este hombre laboraba en la mina; en ese entonces comenzó a presentar problemas pulmonares. Tienen cuatro hijos, de 24, 20, 13 y 10 años de edad. La mayor es viuda con dos hijos, de cuatro y dos años de edad; el de 20 años es casado, con una hija de tres años. Todos habitan en la misma vivienda, pero cada núcleo familiar tiene un espacio definido que les brinda privacidad. Con el ingreso que obtiene y lo que ocasionalmente le envía su esposo, la mujer cubre los gastos de alimentación; los hijos mayores, quienes trabajan como obreros, contribuyen para los gastos de agua, luz y gas. El hijo mayor, al igual que su padre, después de casarse se fue un tiempo a Estados Unidos, donde trabajó durante un año y medio. En la actualidad se desempeña como obrero en una fábrica trasnacional, pero debido a que su ingreso es muy limitado, contempla la posibilidad de emigrar nuevamente. Con el dinero o enseres que le envía su esposo, la mujer ha podido mejorar el equipamiento de la casa. No obstante, por la irregularidad de los envíos, se ha visto obligada a efectuar diferentes actividades a fin de tener más ingresos. Por ello, participa en actividades comunitarias que significan un dinero extra o ahorro en ciertos víveres; por ejemplo, asiste a un taller de hortalizas, donde, además de aprender a cultivarlas, recibe una bonificación que puede canjear por ropa, zapatos o despensa. Colabora en la organización y preparación de los desayunos escolares; cuando le corresponde esta actividad, recibe parte de los alimentos sobrantes, lo cual le significa, por supuesto, una ayuda y un ahorro en el gasto familiar; asimismo, recibe una despensa mensual por colaborar en esta tarea. También acostumbra adquirir la leche que distribuye una empresa federal, pues resulta más barata; una de sus hijas recibe una beca escolar. Los diferentes apoyos sociales e institucionales que esta madre de familia ha conseguido son acordes con una estrategia señalada por Barbieri (1993): … las mujeres amas de casa y madres de los sectores populares, incrementan la búsqueda de recursos en los debilitados servicios públicos que permanecen, en las organizaciones civiles de beneficencia y en los programas estatales dirigidos a los sectores pobres. Mediante esta estrategia, las mujeres se organizan de manera autónoma, para lograr mayor eficiencia como demandantes del Estado y otras instituciones, así como para colectivizar responsabilidades. Otra familia que se ubica en la etapa de contracción es de tipo nuclear y también del ámbito rural (familia 4). La señora, de 46 años de edad, estudió técnica en puericultura y se desempeñó en esa profesión antes de contraer matrimonio. Cuando se casó, su esposo estableció que ella debía dedicarse exclusivamente al hogar. Él, de 48 años, sólo cursó la educación primaria; labora como velador los fines de semana en una dependencia del gobierno municipal; entre semana es chofer y, además, realiza actividades en el campo; lo que cosecha es para el consumo familiar. Procrearon seis hijos; los tres mayores (23, 20 y 18 años de edad) trabajan en Estados Unidos; los menores viven con ellos (16, 11 y 9 años de edad). Tepezalá, la localidad donde residen, hasta 1990 tuvo como principal fuente de empleo una mina; en ese año fue cerrada y algunos de los trabajadores que se quedaron desempleados optaron por emigrar. El jefe de esta familia trabajó en la mina y cuenta que ésa fue para ellos la época más estable y holgada económicamente, lo que le permitió adquirir el terreno donde tienen su casa. No contempló la posibilidad de emigrar, ya que implicaba separarse de la familia: “… no le veo el chiste, mejor me busco un trabajo aquí”. “Ta’ uno mal comiendo pero juntito”. Considera que la responsabilidad del hombre es mantener a la familia, mientras la obligación de la mujer es el cuidado de la casa y los hijos. Si ella trabaja ya no se le puede mandar y descuida los hijos; aunque sí puede hacerlo, pero sólo cuando el marido ya no esté en condiciones de hacerlo. A pesar de que el jefe de familia no consideró la emigración como solución, la hija mayor sí eligió esa opción y se fue, junto con su novio, a Estados Unidos, donde radica desde 1996. Varios hermanos de la madre radican allá y constituyeron un gran apoyo moral para la hija y su pareja. Tres años después, otro hijo emprendió el viaje al país del norte y más tarde lo hizo otro más. La familia está en comunicación frecuente con ellos –vía telefónica, cuando menos cada semana– y recibe de su parte apoyo económico, enseres electrodomésticos, calzado o ropa. Parte del dinero enviado desde Estados Unidos lo han invertido en la compra de terrenos para que cuando los hijos regresen tengan su propia casa. Este apoyo económico se refleja en un mejor nivel socioeconómico de la familia. Para los hijos que continúan en Tepezalá, la posibilidad de irse a Estados Unidos con sus hermanos constituye un anhelo, que tiene más peso que el deseo de estudiar una profesión. Éstas son sus redes familiares, aunque no cercanas, por el intercambio permanente que existe con los hijos que emigraron. La familia, además, realiza intercambio, generalmente de alimentos, con los vecinos, aunque más que recibir, es ella la que da. Las tres actividades que desempeña el jefe de familia para tener más ingresos y recursos constituyen un ejemplo de la intensificación y diversificación laboral. La tercera familia ubicada en esta etapa de contracción reside en el medio urbano (familia 8). La madre, de 49 años de edad, es originaria y residente de la ciudad de Aguascalientes; ha procreado cinco hijos, cuatro de los cuales, de 24, 20, 19 y 11 años de edad, todavía habitan con ella; la hija mayor, ya casada, vive de forma independiente. Su compañero actual tiene 55 años de edad y trabaja como taxista; no tuvieron hijos en común. De acuerdo con estas características de composición, se le clasifica como una familia reconstituida. La mujer estuvo casada 12 años con el padre de sus primeros cuatro hijos; desde hace siete decidió vivir en unión libre con otro compañero. Entonces dejó de trabajar en el mercado formal y ahora obtiene ingresos con la elaboración y venta de alimentos los domingos. El dinero ganado a lo largo de su vida laboral lo ha utilizado para mejorar su casa. No se ha visto presionada económicamente para cubrir las necesidades básicas de la familia; el padre de sus primeros hijos se responsabiliza todavía de los gastos de los que estudian. Dos de los hijos trabajan, uno como taxista y otra como empleada en un comercio; con parte de sus ingresos contribuyen a la economía del hogar y cubren sus gastos personales. Sus vecinos la conocen porque es presidenta del comité vecinal del sector y organizadora de la caja de ahorros, así como vendedora de comida. Como resultado de los contactos que implica su cargo, ha tenido la oportunidad de solicitar un préstamo que piensa utilizar para la remodelación de su casa. Sin embargo, la dinámica familiar se ha visto afectada por el

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Antropologia e Nutrição
288 pag.

Antropologia da Nutrição Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

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