La historia de la liturgia revela que en el rito romano, hasta el final del primer milenio, sólo se efectuaba una silenciosa preparación del sacerd...
La historia de la liturgia revela que en el rito romano, hasta el final del primer milenio, sólo se efectuaba una silenciosa preparación del sacerdote celebrante. Este, una vez que había entrado en la iglesia, se colocaba a los pies del altar, profundamente inclinado, hasta después del "Gloria Patri" del introito cantado por el coro. Las oraciones al pie del altar que se introdujeron poco a poco y se han transmitido en varias versiones, en ningún momento de su historia ha sido una oración dialogada entre el sacerdote y el pueblo. Fue durante las misas dialogadas de los años veinte cuando se instauró esta costumbre.
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