Últimamente ha tendido a ponerse en el tapete, por parte de los críticos, todo aquello que se habría “perdido” en esta celebración con la concreta ...
Últimamente ha tendido a ponerse en el tapete, por parte de los críticos, todo aquello que se habría “perdido” en esta celebración con la concreta ejecución de la reforma litúrgica en el posconcilio. Como contrapartida, conviene hacer presente la situación real de la vida eucarística en tiempos previos al Concilio. Cualquiera de nosotros puede apelar a los recuerdos de sus mayores, en especial de aquellos fi eles cristianos laicos que fueron testigos directos de los cambios litúrgicos que trajo consigo el posconcilio. A través de ellos podremos reconocer los aspectos anec-dóticos –y no tan anecdóticos− de una vida de fe enmarcada, antes de esos cambios, por una liturgia que estaba compuesta por ritos normal-mente poco o nada comprendidos.
Compartir