Logo Studenta

A partir de la noción de que el polisíndeton se concretiza por la reiteración de partículas coordenativas 91, el análisis estilístico debe sobre to...

A partir de la noción de que el polisíndeton se concretiza por la reiteración de partículas coordenativas 91, el análisis estilístico debe sobre todo fijarse en el efecto significativo que el recurso en cuestión lleva consigo; además de la acumulación de elementos descriptivos, lo que, en este caso, el polisíndeton sugiere son las circunstancias particulares en que se procesa el discurso del narrador: fundamentado sólo en los residuos de su memoria y condicionado por una rudeza cultural indisimulable, Pascual Duarte no consigue aislar la descripción que elabora del carácter desordenado y puramente asociativo que el polisíndeton ante todo denuncia. Si el efecto enumerativo y el sentido de la pluralidad son normalmente inherentes al polisíndeton, eso no significa que su utilización cumpla siempre los mismos objetivos. Un pasaje de un texto de Garrett muestra que no sucede así: Y las riendas que se descuidan, y el cuadrúpedo de uno de los principales cuestionadores, rodillas en tierra, y el caballero detrás de él —pero con las narices en vez de con las rodillas—, y el burro inmediato que tropieza en el caballero —además burriquero— y en el burro; y zas, a tierra también, como un regimiento de naipes de juego. Y carcajada; y ¡ay mi brazo! ¡ay mi nariz! Y uno de los burros que se levanta y huye, y el caballero cojeando detrás de él, y nosotros todos a cercarlo, y el liberto animal al galope y relinchando y coceando y revolviéndose por todas partes y por todos los órganos por donde estos generosos animales acostumbran... 92. En este caso, el polisíndeton, además de reforzar el carácter cómico del episodio, acentúa en especial la sucesión y la rapidez de acciones cuyo encadenamiento es reforzado por la enunciación paratáctica 92bis. Relacionado también muchas veces con la enumeración de atributos y elementos, el asíndeton se consuma por la eliminación de las partículas de coordinación93; teniendo en cuenta este carácter eventualmente enumerativo, el análisis de la sintaxis procurará descubrir, para el empleo de un recurso formalmente inverso al polisíndeton, motivaciones y efectos estilísticos también inversos. Es esto de tal manera que, si la sobrecarga de copulativas ayudaba, en el texto de Garrett, a precisar las acciones ocurridas, su ausencia puede significar lo contrario: Y entre aquellos verdes relucía, sobre peanas y pedestales, toda una Mecánica suntuosa, aparatos, láminas, ruedas, tubos, engranajes, astas, frialdad, rigidez de metales...94. Confirmando la acumulación casi caótica de los objetos referidos, el asíndeton (en este caso corroborado por las reticencias) refleja estilísticamente no sólo esa pluralidad, sino sobre todo la imposibilidad de describirla exhaustivamente. De modo más sugestivo, algo parecido sucede en ciertos poemas de Cesário Verde, cuando la representación lírico-impresionista de lo real recurre al asíndeton para esbozar un escenario difuso e impreciso, incluso porque está parcialmente condicionado por la capacidad evocativa del poeta: Vuelven los calafates, a montones, Con la chaqueta al hombro, ennegrecidos, secos: Me pongo a husmear, por bocacalles, por callejuelas, O yerro por muelles donde se atracan botes. Y evoco, entonces, las crónicas navales: ¡Moros, bajeles, héroes, todo resucitado! ¡Lucha Camóes en el sur, salvando un libro a nado! ¡Navegan soberbias naves que yo no veré jamás!9S. Un procedimiento estilístico ligado también al dominio de la sintaxis (y, en cierto modo, al funcionamiento del polisíndeton) es el que provoca una figura como la anáfora. Definida como «repetición de palabras dominantes sintácticamente» 96, la anáfora constituye un recurso técnico formal fácilmente detectable, en virtud de su modo específico de manifestación: No digáis que agotado su tesoro, De asuntos falta, enmudeció la lira: Podrá no haber poetas; pero siempre ¡Habrá poesía! Mientras las ondas de la luz al beso Palpiten encendidas; Mientras el Sol las desgarradas nubes De fuego y oro vista; Mientras el aire en su regazo lleve Perfumes y armonías; Mientras la ciencia a descubrir no alcance Las fuentes de la vida, Y en el mar o en el cielo haya un abismo Que el cálculo resista; Mientras la Humanidad siempre avanzando No sepa a do camina; Mientras haya un misterio para el hombre, ¡Habrá poesía! 97. Se trata, como es evidente, de un artificio estilístico que, además de imprimir al discurso literario un carácter repetitivo que el lenguaje no-literario normalmente rechaza, concentra en un vocablo («Mientras») una carga semántica considerable: en el ejemplo citado es el sentido de una temporalidad condicionada (y también el de su diversidad) el que se presenta como elemento semántico marcado y correlativo del sintagma exclamativo que cierra cada estrofa («¡Habrá poesía!»). De cualquier manera, el análisis estilístico no encontrará en la anáfora una elaboración formal tan sofisticada como la que es propia, por ejemplo, de la connotación o de la hipotaxis. Basta recordar, a este propósito, la semejanza existente entre la anáfora y un proceso elemental de expresión poética como el refrán; al repetir regularmente uno o más versos a lo largo del poema, el refrán sugiere prácticas literarias rudimentarias y procesos de acentuación temática próximos a las preces y letanías religiosas. Lo que no quiere decir que episódicamente el refrán, como elemento estilístico de tipo anafórico (presente ya en el poema de Bécquer que hemos transcrito) no surja de actitudes creadoras relativamente elaboradas: Pálida está de amores Mi dulce niña. ¡Nunca vuelven las rosas A sus mejillas! 9S El ejemplo transcrito se repite regularmente a lo largo del poema de Martínez de la Rosa, a quien pertenece «La niña decolorida», constituyendo así un modo de reiterar, de forma más intensa que en las restantes estrofas, las emociones vividas por el poeta. Pero esa reiteración se destaca mejor no sólo por el carácter exclamativo de los dos últimos versos, sino también porque en ella se utilizan alternativamente dos metros (cinco y siete sílabas) diferentes del hexasílabo usado a lo largo de la composición. Pero además de las ya detectadas y analizadas, hay que reconocer que otras figuras de implicación sintáctica conducen, de modo más fehaciente, a la subversión del código lingüístico. Por eso, el análisis estilístico

Esta pregunta también está en el material:

REIS_Carlos_1985_FUNDAMENTOS_Y_TECNICAS
216 pag.

Literário Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

Todavía no tenemos respuestas

¿Sabes cómo responder a esa pregunta?

¡Crea una cuenta y ayuda a otros compartiendo tus conocimientos!


✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales