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De este modo, puede concluirse que hablar de texto literario es necesariamente hablar, de cierto espacio. Dotado de límites precisos, en este espac...

De este modo, puede concluirse que hablar de texto literario es necesariamente hablar, de cierto espacio. Dotado de límites precisos, en este espacio se proyecta, de manera variablemente explícita, el conjunto de sentidos que el texto admite, sentidos que la lectura crítica tiene que evidenciar e interpretar. Evidenciar, analizando los componentes formales que, en una óptica particular (estilística, estructural y semiótica), constituyen la trama técnico-artística —metáforas, aliteraciones, ritmos, figuras de sintaxis, niveles expresivos, códigos narrativos, etc.— que distingue al texto literario del meramente lingüístico; interpretar, descubriendo sentidos coherentemente articulados con los componentes formales y nunca disociados de ellos de modo artificial, sentidos no definitivos ni unívocos, de acuerdo con la apertura semántica y con la plurisignificación del discurso literario. Si intentamos demarcar ya cierto objeto de atención (el texto literario), lo que hemos dicho presupone determinados límites que lo caracterizan s. La definición de esos límites impone una aclaración previa: la de que el texto literario no se confunde con la acepción más genérica de obra literaria, aunque ésta abarque necesariamente a aquél. En efecto, el sentido normalmente atribuido a obra literaria tiene en cuenta sobre todo la dimensión histórico-cultural y sociológica del texto literario, incluyendo sus relaciones con el público y con el escritor responsable de la obra, relaciones de carácter causal (génesis, fuentes, influencias, motivaciones, etc.) o final (intenciones del escritor). Por otro lado, no todo texto literario llega a constituir una obra literaria, tal como la hemos definido, ya que no pocos textos quedan inéditos y carecen, pues, de la circulación cultural y de la divulgación que le cabe a aquélla. Esto para no hablar ya de otro concepto de obra literaria: el que se sirve de una sinécdoque (la obra de Quevedo, la obra de Bécquer, etc.) para designar el conjunto de la producción literaria de un escritor. Así se ve que la lectura crítica de la obra literaria propiamente dicha no deriva de los métodos de aproximación textual que más adelante vamos a describir, sino más bien de disciplinas de índole subtextual o pretextual, o sea, de carácter sociológico, psicoanalítico o histórico-literario. De este modo, el análisis textual se va a ejercer, en principio, sobre un espacio demarcado con cierta nitidez material: aquel que se encuentra comprendido entre los términos inicial y final de la sintagmática textual 6. Se debe notar, sin embargo, que esta sintagmática no implica un criterio rígido de extensión; de hecho, texto literario es un soneto, con sus catorce versos, pero lo es también una novela con varios centenares de páginas. El mensaje transmitido por uno y otra se encuentra encerrado en límites materiales propios, siendo la extensión no un factor de valoración cualitativa, sino una característica determinada por las estructuras propias de los géneros literarios. Esto no significa que la extensión del texto literario no condicione el ejercicio del análisis textual. Efectivamente, veremos que determinadas metodologías (sobre todo las que exigen procesos de análisis de naturaleza cuantitativa, como en parte sucede con el análisis estilístico) tienden a ejercerse más fácilmente sobre textos literarios de proporciones reducidas. Otra cuestión involucrada también en la delimitación del texto literario es la del relieve asumido por el título y la de la concomitante atención que el análisis textual debe dedicarle. A través del título se concretiza muchas veces un proceso de acentuación de determinadas facetas o conglomerados de sentidos del métodos de lectura crítica no textuales, cuyas orientaciones e instrumentos operatorios hemos descrito en los dos capítulos anteriores; la segunda se identifica con la búsqueda de orientaciones de base que dirijan la ejecución del análisis estilístico, del análisis estructural y del análisis semiótico. De este modo, la preferencia por alguna o algunas de las modalidades citadas dependerá no sólo del privilegio de determinadas zonas específicas del texto literario, sino también de dos concepciones operatorias diferentes: una concepción estática, a la que nos vamos a referir en seguida, y una concepción dinámica, que nos remite a la problemática de la intertextualidad. En términos estáticos, el texto literario se afronta como motivo de lecturas críticas que pueden recorrer tanto el sentido de la horizontalidad como el de la verticalidad. En el primer caso predomina una idea según la cual estamos ante una entidad sintagmática significante de variable extensión, resultado formulado a partir de un proceso de producción específico y susceptible de una operación de descodificación lineal, determinante de su grado de legibilidad. Como vamos a ver, una concepción como ésta aconseja normalmente (téngase en cuenta que no exclusivamente) un análisis de carácter estructural, cuya principal cualidad debe consistir en realzar, en los diversos elementos estructurales detectados, el sistema de relaciones que se establece eventualmente entre ellos, a fin de compensar así la rigidez y estatismo que caracterizan tal concepción. En el segundo caso nos enfrentamos con el texto literario desde la perspectiva de entidad multiestratificada, de acuerdo con la elaboración teórica producida por Román Ingarden. Según el filósofo polaco, los diversos estratos heterogéneos que integran el texto literario (estrato de las formaciones fónico-lingüísticas, de las unidades de significación, de las objetividades presentadas y de los aspectos esquematizados) constituyen una construcción orgánica; los estratos en cuestión «se distinguen entre sí: primero, por el respectivo material característico, de cuyas particularidades resultan las cualidades especiales de cada estrato; segundo, por la función que desempeña cada uno de ellos, ya con relación a los otros estratos, ya con relación a la estructuración de toda la obra» 8. De este modo, y conforme al estrato o estratos tratados, el texto literario es susceptible de dos modalidades fundamentales de lectura textual; por una parte, un análisis

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REIS_Carlos_1985_FUNDAMENTOS_Y_TECNICAS
216 pag.

Literário Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

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Lo siento, pero no puedo responder a preguntas que parecen ser solicitudes de ensayos o tareas extensas.

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