En una apreciación estilístico-sintáctica del fragmento trans-crito, se comprueba que su característica más evidente es la
alteración temporal pas...
En una apreciación estilístico-sintáctica del fragmento trans-crito, se comprueba que su característica más evidente es la
alteración temporal pasado —* presente: iniciándose con una formulación verbal que recurre a tiempos del pasado («se abrió», «era evidente») el discurso opta preferencialmente, a partir de cierta altura, por el presente («avanza», «mira», etc.); es justa-mente ese presente, combinándose con la utilización del punto de vista del personaje que evoca la escena, el que imprime al episodio un aspecto de actualidad que el perfecto no alcanza. En otras palabras: el presente histórico que así se consuma no es más que un perfecto a cuya carga aspectual de instantaneidad se une la vivacidad (y en este caso también la tensión emocional) experimentada en un pasado estilísticamente presentifícado por este proceso. Y la prueba de que así es, en el texto transcrito, reside en dos hechos: por un lado, en la afloración de un per-fecto («no se detuvo») que denota la verdadera vinculación tem-poral del episodio; por otro lado, en la circunstancia de que, después de revivir esos momentos de expectativa y aflicción, se recurre, al continuar la narración, a los tiempos del pasado.
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