Sin duda alguna hubiera sido más sencillo desde la omnisciencia conseguir una narración más completa, sin fisuras ni blancos, más coherente al hace...
Sin duda alguna hubiera sido más sencillo desde la omnisciencia conseguir una narración más completa, sin fisuras ni blancos, más coherente al hacer coincidir todos los extremos. El narrador omnisciente no tiene por qué contrastar su visión de los hechos con la de otros y su autonomía es total en el mundo de ficción que crea. De momento, y al renunciar a la omnisciencia, el narrador experimenta formas, ángulos de visión, discursos, conocimientos, etc., para encontrar modos verosímiles de dar cuenta de la historia.
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