el alumno, un cambio de visión de la realidad que la escuela ha de favorecer. Lo importante es que esto va a provocar una forma de vivir nueva y po...

el alumno, un cambio de visión de la realidad que la escuela ha de favorecer. Lo importante es que esto va a provocar una forma de vivir nueva y por ello, educar para desarrollar la inteligencia espiritual es verdaderamente educar, pues no solo forma, sino que transforma al individuo en un nuevo ser, despertando en su interior el “maestro interior” que todos llevamos dentro, con el descubrimiento de que estamos llamados a ser alguien más allá de nosotros mismos, como si de una obra de arte se tratase que siempre es mejorable por el artista en su diario trabajo. En este proceso en el sujeto puede acontecer una cierta crisis (suele ser radical normalmente) de la forma de vida anterior, tras ello hay una forma de ver la realidad desde el horizonte de la inteligencia espiritual con la consiguiente experiencia de una forma de vida nueva y plena, que no rechaza la vida ordinaria pero que la afronta desde otra perspectiva. De esta forma la inteligencia espiritual nos ayudará a articular nuestra existencia, no viendo nuevas realidades, sino viendo la realidad desde una nueva visión, desde un nuevo eje, en clave optimista y esperanzador. Se trata de que hemos ayudado a organizar a nuestros alumnos el mundo bajo el sentido a pesar del sinsentido, de la vida a pesar de la muerte y del optimismo a pesar del aparente fracaso. La Escuela es factor clave en este desarrollo espiritual consciente.