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un factor eminente en su concurso en la educación cultural y cognitiva del desarrollo humano desde los primeros años de la vida en el centro escola...

un factor eminente en su concurso en la educación cultural y cognitiva del desarrollo humano desde los primeros años de la vida en el centro escolar. Así, se hace necesario establecer vínculos de organización, experiencia, competencia didáctica y conocimiento entre las dos instituciones responsables de la enseñanza formal y social del individuo, es decir, entre la escuela y la familia. La actual estructura de la familia contemporánea flexibiliza los papeles de los sujetos, los cuales asumen funciones complementarias de ayuda mutua en el ambiente agregador, el hogar. De la misma forma, se requiere de esta misma flexibilidad de la escuela frente a las acciones educativas desarrolladas junto a los nuevos y diferentes grupos parentales. A partir de ese presupuesto, el análisis recae en la participación proactiva de la familia con miras a la promoción del saber y la formación ciudadana en el contexto de la educación básica. Las observaciones rutinarias dan cuenta de que existen lagunas profundas en el día a día de las relaciones entre familia y escuela. Y que las configuraciones de la familia contemporánea contribuyen a un vacío aún mayor puesto que, no son pocos los que opinan que “(...) cualquier desviación de patrones hegemónicos es frecuentemente visto por la audiencia como síntoma de inferioridad, desorganización social, o retraso” (Fonseca, 2002, p. 55, citado por Schwertner, Horn y Giongo, 2013, p. 82). A partir de ese presupuesto, se constata una incomodidad en el ambiente escolar. El descontento deviene, muchas veces, por “poseer creencias pesimistas sobre las nuevas configuraciones familiares, que aliadas a otros aspectos, se caracterizan como desorganizadas, desviadas e inestables. De esta manera las familias que no se encuadran en el supuesto modelo deseado por la escuela son consideradas las grandes responsables de las dificultades escolares (Junior y Maio, 2013, p 108). Una reflexión crítica acerca de las innumerables configuraciones de familia posibilita formular nuevos rumbos para promover y desarrollar el trabajo con la comunidad escolar ante el desafío de educar. 3.2. Perspectivas y realidad en el ejercicio de las funciones de la escuela y el papel de la familia en el proceso de educar Se sabe que la escuela, en diferentes situaciones de lo cotidiano, evidencia actitudes y comportamientos de dominación y coerción respecto a las propuestas de participación de la familia. Algunas aprehensiones conceptuales destacan estas situaciones coercitivas en las relaciones de colaboración y participación entre familia y escuela por lo que “la relación entre familia y escuela puede ser vista todavía como una relación pendiente. (...) Y eso comporta que el territorio de la escuela y de la familia se vigile, se controle, por la amenaza de invasión o intrusión” (Garreta, 2007, p. 9, citado por Costa, 2009). Estas circunstancias relacionales entre la familia y la escuela, ocurre, según la autora, independientemente de los diferentes modelos de familias existentes en la comunidad escolar, pero que los mismos contribuyen significativamente en uno u otro sentido. A pesar de esa constatación es fundamental resaltar la importancia del compromiso mutuo para la tarea de educar. Ello implica, según Costa (2009), en “aprender juntos (...), vivir experiencia de contacto con lo diferente, experiencia de solidaridad, de respeto, de tolerancia y de diálogo” ante las múltiples y nuevas configuraciones de la familia moderna. Son perspectivas dispares y evidentes en la realidad educativa de los dos contextos educativos: familia y escuela. Aprender juntos significa integrarse en las propuestas presentadas por la escuela y situarse dentro de ella. El entendimiento de las representaciones parentales puede proporcionar comprensión y resultados relevantes ante las expectativas de enseñanza y aprendizaje, consolidación del plan escolar y concreción del proyecto de educación en colaboración y participación con las familias. En relación al aprendizaje de los niños, no son pocas las investigaciones las que apuntan que las familias “están muy satisfechas con el sistema educativo español” Costa (2009, p. 85) en lo que se refiere a las propias expectativas acerca de la educación escolar de los hijos. Una revisión bibliográfica apunta a que en la Escola da Ponte, la relación de cooperación entre familia y escuela presentan los avances deseados. En esta perspectiva, se destaca la participación proactiva de los Padres/Encargados de Educación en el ámbito de la gestión, administración, planificación y efectividad de las propuestas educativas y pedagógicas, siendo este “un espacio donde todos enseñan y todos aprenden unos con otros, compartiendo experiencias (Tavares, 2017, p. 19). En esta base curricular específica, la Escola da Ponte lleva como “principios fundadores los valores matriciales: autonomía, solidaridad, responsabilidad y democracia” (Tavares, 2017, p. 17). A lo largo de los años, las políticas educativas y organizacionales, en todo el mundo, han reconocido y contribuido a aproximar a las familias del espacio escolar, por entender que, juntas, las dos instituciones pueden transformarse en una herramienta poderosa para la construcción del saber, de la formación de la identidad humana y de la educación para la ciudadanía. Considerando la actual coyuntura, todavía hay un inmenso tramo por recorrer, pues el proceso de acercamiento entre familia y escuela, en general, impregna los meandros de la involución educativa en la participación partidista en la educación de los niños. En esta relación involutiva de asociación aún es evidente que “el conservadurismo familiar de las escuelas está impreso al establecer como parámetros de aprendizaje la procedencia familiar, responsabilizando a las nuevas estructuras familiares por el desempeño escolar de sus alumnos” (Junior y Maio, 2013, p. 107) pero las contribuciones de la cooperación mutua en el contexto educativo presentan resultados significativos en relación a la socialización y educación de los niños. La integración de la familia contemporánea en el proceso educativo escolar aboga por estrategias y cambios de paradigma de una relación ambigua, a veces controvertida, pero ambas instituciones comparten un mismo objetivo, la educación y la formación de los niños / alumnos. Los gobiernos, en muchos lugares del mundo, han creado programas importantes para incentivar el acercamiento parental en asociación con las escuelas. Programas tales como los consejos escolares, Asociaciones de Padres/Madres, Día Nacional Familia na Escola (Brasil), Asociaciones de Madres y Padres (AMPAS-España), Juntas de padres/tutores (Escola da Ponte-Portugal)... son algunos ejemplos del trabajo de colaboración mutua entre Familia y Escuela. Esto se debe a la lucha por la educación de calidad, la enseñanza y aprendizaje de los niños y la formación para la ciudadanía. Así, el incentivo a la educación compartida entre familia y escuela puede proporcionar mayor valor al proceso educativo, armonía en las relaciones personales dentro de la comunidad escolar, obtener mayores resultados y consolidar los objetivos que les son comunes en lo que se refiere al enseñar, aprender en la primera infancia. CONCLUSIONES El presente estudio se esboza la relación de la escuela con las familias en las prácticas pedagógicas en el contexto educativo español y portugués. Las referencias son alusivas a la relación y asociación entre la institución escolar y las nuevas estructuras de la familia contemporánea. En la actual coyuntura, la familia moderna, a pesar de involucrarse en la educación de los niños junto a la escuela, aún se evidencian muchas divergencias en la interrelación entre ambas. La escuela, en su discurso habitual en defensa del trabajo colectivo con las familias, trae en su rutina práctica una relación de poder y control junto a la comunidad escolar como un todo. Paulatinamente, “la familia viene penetrando cada vez más los espacios escolares, la escuela también, a su vez, amplió considerablemente su zona de interacción con la institución familiar” (Nogueira, 2006, p. 162), aunque en el contexto español esa relación, y las contribuciones de la familia, todavía ocurren de forma discreta y, a veces, pasiva. En la visión social “la responsabilidad de los profesores en cuanto a la educación de los alumnos/as está en aumento, debido a que la realidad social en la que viven las familias, repercute directamente en el tiempo que los niños y niñas convienen en los centros educativos” (Sánchez, 2011, p. 8). En este caso, los factores económicos, políticos y culturales contribuyen a la pasividad de la familia en el cumplimiento de su papel social. A partir del supuesto de que las necesidades del mundo capitalista son los factores que corroboran el distanciamiento de la familia en la dinámica correspondiente al cuidado y educación de los hijos, una vez que pasan buena parte del tiempo involucrado en las actividades profesionales y, consecuentemente, fuera de la convivencia parental. Ya en el espacio educativo portugués, la Escola da Ponte está promoviendo un trabajo positivo con la comunidad escolar. Y, si consideramos las nuevas configuraciones de

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