CONCLUSIONES
Las actividades descritas en este artículo son seis posibilidades sencillas que se pueden llevar a cabo echando mano de objetos cotidi...
CONCLUSIONES Las actividades descritas en este artículo son seis posibilidades sencillas que se pueden llevar a cabo echando mano de objetos cotidianos y un poco de imaginación. Son adaptables a todos los niveles y dan buen resultado, pues los alumnos afrontan con más ánimo un ejercicio nuevo, original, que desafíe su creatividad, que uno igual a los que han llevado a cabo tantas y tantas veces. Me he encontrado, en diversas ocasiones, con profesores que recelan de la escritura creativa. La mayoría de ellos argumentan en su contra que hay cosas mucho más importantes que enseñar a escribir a los alumnos, como una carta o un currículum; las actividades de escritura creativa, dicen, no tiene aplicación real y son, por lo tanto, inútiles. Simpáticas, en todo caso, para hacer muy de vez en cuando y descansar. Es cuestión, como todo, de rodaje. El profesor tiene que aprender a moverse en un nuevo contexto pero, una vez que lo hace, todo resulta más fácil. No debemos olvidar, además, que la creatividad es estimulante no solamente para los alumnos, sino también para el profesor. Repetir las mismas actividades decenas de veces amarga la vida a cualquiera. Sin duda, merece la pena arriesgarse.
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