¿!, de que tenía yo que… El día que teníamos una plática, tenía yo que llegar estuviera lloviendo, hubiera bloqueo, le juro que a veces habían bloqueos sabes que aquí, digamos es muy común que haya bloqueos… decía no, no, me están esperando, sé que vienen mujeres de lejos, sé que llegan dos, tres niños, y que yo diga no voy a ir, ¡no… pues tengo que pasar, tengo que pasar y me arriesgaba a pasar!... no fallarles en el aspecto de las pláticas, de no ignorarlas, de ignorarlas. “Sí nos importaba mucho la gente, sí, pues sí, es el recuerdo que me queda de ver a la gente. El dolor porque también sentí dolor de las personas pues, cuando en algún momento estaban sufriendo. Y creo que también ellas sintieron mi sufrimiento porque me acompañaron mucho tiempo. Entonces la compañía que me dieron pues sí me fortaleció bastante”. Salud Colectiva en México 58 Perdón es que me pongo triste, recuerdo ese tiempo de vivir con mi familia, con mis hijos, el apoyo que tuve de mi pareja, porque estar en comunidad no es fácil, también a veces tengo reclamo de mis pequeños que ya están grandecitos. ¡Oye nunca me llevaste el desayuno a la escuela!… me dedique mucho tiempo a la comunidad a veces y hay muchas personas que de verdad son médicos enfermeras, lo que sean pero no tienen esa voluntad, voluntad de trabajar y pues sí… así pase tuve mis hijos, tuve mi familia y dije yo, no me doy por vencida pero también necesito estar con mis hijos porque a veces me reclaman ¡No estuviste, ni siquiera fuiste a la escuela! No hijito, no pude, estaba yo en Muquenal, estaba yo en Muquenal, en Muquenal, pero no me arrepiento no, me hicieron los, pude crecer y tuve mucha amistad con esa gente y tuve muchas experiencias y en la comunidad, muchas experiencias y que jamás las voy a olvidar (Entrevista personal: Lulu, 2016). Lulú ha apoyado a construir las dos casas que han existido así como ha gestionar el centro de salud: la primera casa era chiquita “las mujeres cooperaron con las láminas” y “cada partera sacó su pedazo de tabla para construir las paredes”, de tierra era el piso porque no había para cemento. La casa actual, nos cuenta María, “es pura cooperación” en la que participaron titulares del programa Prospera y autoridades comunitarias. La localidad de Muquenal es considerada sede de la microrregión sanitaria que lleva el mismo nombre. Está tiene una influencia en 11 localidades, y una cobertura sobre 1,373 habitantes. Territorialmente pertenece al municipio de Chilón, en términos de salud es parte de la jurisdicción sanitaria IX de Ocosingo. En la microrregión de Muquenal contrasta la densidad de personal médico y de partería. Para el año 2016 había 20.4 parteras por cada mil habitantes, mientras que solo existían 0.72 médicos por cada mil habitantes.18 Las parteras que atienden la casa materna provienen de 11 comunidades: Quexil, Muquenal, Bataj, Guadalupana, Alan Katanjal, Kanchaja, Chapuyil, 2do Bataj, Corostic, Kolol, Teel, Kexil). Todas hablan tzeltal, 25 son monolingües, y tres hablan español. La más joven tiene 41 años y la más grande 65, la edad promedio es de 51 años. Sólo 5 saben leer y escribir, 22 son analfabetas y solo una tiene estudios de primaria. Todas están capacitadas por la Secretaría de Salud, sólo siete tienen maletín con materiales, las otras 21 carecen de instrumental propio, hecho que no les impide entregar información sobre sus actividades a la Secretaría de Salud. Durante el año 2015 atendieron 91 partos que corresponde a un promedio de 7.5 partos mensuales. La partera que más atendió fueron diez, otras, solo atendieron uno, en promedio cada partera atiende 3.1 partos al año. La partera que tiene más años ejerciendo la profesión tiene 40 años en el oficio, otras apenas llevan uno, dos, cuatro y cinco años, la mayoría tiene de 10 a 20 años de experiencia. (Censo de Parteras, 2015). El funcionamiento de la “Casa de la Partera” o “Casa Materna”19 La casa de parteras, está abierta los 365 días del año las 24 horas, para lograrlo se quedan dos parteras haciendo guardia. El grado de organización que han alcanzado, ha sido gracias a la participación de todas y de la colaboración de la enfermera Lulú, quien fue un pilar en la creación del espacio. Tienen un censo de mujeres embarazadas, un pizarrón en donde anotan el número de embarazadas, nombre, edad, localidad, partera que atiende, fecha probable de parto y factores de riesgo, lo anterior les permite tener un monitoreo exhaustivo de las mujeres embarazadas de la región. En la mayoría de los casos, las parteras son quienes le dan la primer consulta a las mujeres embarazadas, posteriormente las canalizan al centro de salud que está a un costado de la casa de parteras, desde su fundación, han realizado un trabajo conjunto entre parteras y trabajadores de los servicios de salud. 19 A nivel institucional se conoce como Casa Materna, sin embargo, a nivel local se le conoce como Casa de la Partera. Salud Colectiva en México 60 La atención del parto requiere un trabajo de organización entre parteras. Ellas cooperan desde 5 pesos para comprar comida, o para comprar jabón para lavar la ropa de la parturienta. Se ponen de acuerdo, platican, conversan, cómo deben hacer su trabajo, qué van a hacer cada día, cómo van a organizar el rol mensual, y cómo se van a coordinar con el personal de salud con quienes refieren se llevan bien: Juanita: bueno… pero tengo que sacar dos parteras o tres parteras. No que tú vas a venir a trabajar conmigo, bueno…pero esas tres, solo ellas vienen a veces vienen 5, a veces vienen 7 o 6, que otro viene a dejar café, otro pozolito, otro atole, otro tortilla, huevo o arroz y aquí mi nuera también, ahí va con su tortilla y su pollo… no que coman aquí… con la paciente ya nos juntamos, otra hace arroz, otro pone a hervir la hierba, el agua pa´ que se bañe el bebé, la mamá y así… lo hacemos todo junto, así es como trabajamos… ya la enfermera y la doctora… no vamos a desayunar ya todos, ya acabe de atender mi parto ahora ya vamos a desayunar, bueno dicen también… ah pero esta Doña Juanita siempre nos trata bien dice… y la cosa es que yo los atiendo bien. Las parteras son el pilar de la atención, pues es su trabajo, “su deber y obligación”, además existen otras personas en la comunidad como los niños o los hombres que tienen un trabajo invisible, pero clave para que el trabajo se mantenga, a la pregunta ¿Tu marido te apoya? nos responde María: “Sí, bastante, por ejemplo ahorita está en la casa, me dice, ¡ay mujer!, ¿Cómo te sientes?, lo malo es que es de noche, sí pues, pero qué más le hago, es mi deber, es mi obligación, bueno mujer, ¡ten cuidado!. Sí, le digo, ¡no te preocupes!. Ay por cualquier cosa, ay mandas un niño a avisarme” (Entrevista personal María Estrada, 2016) La atención del parto en la casa de las parteras Las personas que se atienden con las parteras “saben que antes de que tengan su parto, tiene que venir bien bañaditas”. La mayoría llega preparada para atender la criatura, traen su ropa y la ropita de su bebé, se les pide