Nuestras percepciones podemos clasificarlas, entonces, en las que percibimos de primera mano, y las que percibimos de los medios de comunicación. P...
Nuestras percepciones podemos clasificarlas, entonces, en las que percibimos de primera mano, y las que percibimos de los medios de comunicación. Pero como ya enunció Lippmann, no somos conscientes de estas diferencias; la gente tiende a adoptar la experiencia indirecta de un modo tan completo, amoldando a ella sus percepciones, que no distingue entre experiencias directas ni indirectas, volviéndolas inseparables. De ahí entonces, que la influencia y el poder que tienen sobre nosotros los medios de comunicación, y también la publicidad, sea en gran parte mayor a lo que imaginamos, no siendo conscientes de esto. (Neumann, 2003)
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