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En tanto, el dinamismo cultural de Iberoamérica según el BID se hace patente en la cooperación entre los veintidós países de la región. No es casua...

En tanto, el dinamismo cultural de Iberoamérica según el BID se hace patente en la cooperación entre los veintidós países de la región. No es casualidad que la cultura sea el espacio en donde se han adoptado más instrumentos de la Cooperación Iberoamericana, con trece programas en áreas tan diversas como el cine, la música, el teatro, los archivos, los museos, la cocina, las artesanías, las orquestas juveniles, las bibliotecas o las artes escénicas. Más del 70 % de las personas beneficiarias de la cooperación cultural iberoamericana son jóvenes, que encuentran en estos programas un medio para expresarse y vincularse con el resto de la sociedad y también, en muchos casos, un medio para profesionalizar su talento y dar el salto hacia un trabajo digno (Buitrago Restrepo, y Duque Márquez, 2011). En relación al aspecto planteado por el BID se puede explicar que en la actualidad quienes están a la vanguardia de la Economía Creativa en América Latina son los jóvenes, y es en esta disciplina donde encuentran una oportunidad para profesionalizarse y tener un empleo fijo y una vida digna, por lo que se cumple una de las tantas características planteadas anteriormente por diversos autores. Es por eso que se debe ir más allá de una alternativa y apostar por crecimiento sostenible, riqueza y desarrollo humano en una región donde aún persisten las desigualdades. Un aspecto relevante que pone de manifiesto el BID son las oportunidades para profesionalizarse y es que en muchos de los países de América Latina, principalmente en los más pobres, las academias no ofrecen este tipo de profesión -como pueden ser las artes escénicas, música y teatro-, por lo que se ven obligados a optar por grados que se supone son los que tienen mayor demanda laboral en la región, dejando de un lado su capacidad de innovación, imaginación y creatividad, por lo que cada vez más tenemos a ciudadanos conformistas. La importancia de la cultura en la economía iberoamericana se ha puesto de manifiesto, en gran parte, gracias a los importantes avances en el diseño e implementación de las Cuentas Satélite de Cultura (CSC), los sistemas de información cultural y las encuestas de consumo y prácticas culturales, lo que explica que ya no solo se han hecho estudios en base a la Economía Creativa o algunos de sus elementos como la cultura, sino también sobre cómo el público está asumiendo los diferentes productos que surgen dentro de esta disciplina (Jabonero, 2018). Los grandes cambios propiciados por la rápida implementación de las tecnológicas y la creciente globalización que, junto a las crisis económicas, han provocado en Latinoamérica una reorientación de las industrias hacia la Economía Creativa y la capacidad de innovar principalmente de los jóvenes. Por lo tanto, para hablar de Economía Creativa ya no solo se trata de mencionar la cultura, la innovación o la imaginación sino también a los jóvenes, como un elemento clave en Latinoamérica para la consagración de esta disciplina que, por lo visto, ya no debe ser una alternativa de solución a una crisis sino como una vía para asegurar desarrollo sostenible, empleo, riquezas e igualdad en la parte social. Con la creatividad los ricos no pueden seguir enriqueciéndose y los pobres empobreciéndose. Sus características son claras y es por eso que se les da mucha importancia a las personas que elaboran un producto final. Hoy en día, la economía creativa tiende a concentrarse en grandes ciudades del mundo que ya son lugares importantes de capital financiero, inversión y poder, o que tienen un legado histórico significativo de mezcla cultural y social. Es más, las fuerzas centrípetas se han intensificado por la convergencia y las adquisiciones a nivel corporativo global. En este sentido, son emblemáticas las industrias de la televisión, los medios de comunicación, el cine y la industria editorial. Además, las formas organizacionales más dispersas, que también son características del sector, tienden a localizar y/o controlar sus actividades con un mayor valor añadido en los países del Norte global. Así, muchas formas de crecimiento e inversión de la economía creativa pueden amplificar las divisiones existentes entre ricos y pobres, tanto entre países como dentro de ellos (UNESCO, 2013). Nuevamente se ponen de manifiesto las desigualdades, y es que este fenómeno se puede expresar en un hogar, un barrio, una comunidad, una ciudad, un país o una región, como es el caso de Latinoamérica. Por ejemplo, las grandes industrias televisivas se encuentran en Estados Unidos, México, Colombia y Brasil, y son las que acaparan todos los recursos económicos y los que de una u otra forma inciden en la opinión pública o en el pensamiento de las personas. Las bases de la Economía Creativa están plantadas en Latinoamérica y depende de cada Estado o de las políticas públicas que se implementen si estas logran despuntar y cumplir con los objetivos previstos como el desarrollo sostenible o si contribuyen más bien a ampliar la brecha que existe en muchos de los ámbitos, sobre todo en el económico y lo social. Además, es importante mantener alianzas con los organismos multilaterales para la obtención de recursos, aunque lo ideal es la integración de toda la región como un solo recurso a explotar en el área cultural, tecnológica, creativa, industrial, natural y principalmente juvenil. El Observatorio de Industrias Creativas (2014) señala que el impacto económico de la Economía Creativa es un aspecto poco desarrollado en América Latina por lo que El Banco Interamericano de Desarrollo, La Organización de Estados Americanos (OEA) y el Consejo Británico (British Council) aúnan esfuerzos para identificar casos que sirvan como punto de referencia a nivel mundial. Basados en los datos presentados por estos organismos además se pudo medir el impacto de la Economía Creativa en las exportaciones de algunos países de América Latina: Exportaciones creativas en América Latina. Fuente: elaboración propia con información del Observatorio de Industrias Creativas (2014) En el mapa anterior se refleja el impacto que tuvo la Economía Creativa en las exportaciones del año 2014 en América Latina, por lo que se puede explicar que hasta esta fecha menos de la mitad de los países que conforman esta región registraban ingresos económicos gracias a la creatividad. Además, son las naciones de América del Sur las que parecen haber despuntando con esta iniciativa, ya que Brasil, Argentina y Colombia son los que reportan más ventas al extranjero de productos innovadores. Por otro lado, en América del Norte se posiciona México, un país que sin duda alguna se ha caracterizado por las industrias cinematográficas y televisivas. Sin embargo, hay otras áreas principalmente ligadas a la cultura que toman fuerza y que hacen que la Economía Creativa también tenga un impacto significativo en sus exportaciones. Hasta el 2014 se estaba quedando atrás con la Economía Creativa, solo Guatemala y Costa Rica estaban dando sus primeros pasos en esta disciplina y enviando rubros innovadores a los mercados internacionales, por lo que la riqueza cultural y natural de países como Nicaragua, Panamá, Belice, Honduras y El Salvador estaba estancada debido a la falta de políticas públicas que motivaran el talento, la imaginación y la innovación para poder aprovechar un área que sin duda alguna representa más que un valor económico para dicha región. De acuerdo con el Observatorio de Industrias Creativas (2014), las exportaciones ligadas a la Economía Creativa crecieron 6.5% anualmente en América Latina desde el año 2002 hasta el 2011, por lo que venían dando pasos agigantados en esta materia. Sin embargo, se hace necesaria la integración de toda la región para poder sacar provecho al máximo y lograr acuerdos con mercados como el de la Unión Europea que garanticen beneficios como la eliminación de aranceles. Los países americanos representan casi el 14% (US$87 millones) de las exportaciones creativas globales. Estas exportaciones, a su vez, representan el 2,2% del total de las exportaciones de estos países. De las exportaciones creativas de los países americanos, un 56% corresponde a bienes y un 44% corresponde a servicios. En tanto la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo establece que las Industrias Creativas Globales exportaron bienes y servicios por un valor de US$646.200 millones en 2011 – un crecimiento anual promedio de 10,8% entre 2002 y 2011. Las Industrias Creativas globales además representaron un 2,5% de las exportaciones de bienes a nivel mundial y un 34,4% de las exportaciones de servicios. Teniendo en cuenta los datos de estos organismos se puede destacar el valor monetario que tiene la Economía Creativa para América Latina, por lo que es una disciplina que se debe potenciar a grandes escalas para lograr un desarrollo sostenible y justo. Y de esta manera convertir a la región en un importante polo de inversión en cultura, talento, innovación, turismo, arte, moda, gastronomía, etc. Es solo así que la Economía Creativa se puede considerar como uno de los sectores más dinámico y de mayor crecimiento en Latinoamérica y el mundo por lo que se hace necesario medir su

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