Logo Studenta

Antes de empezar, una inquietud: en este momento los gastos militares son de miles de millones de dólares; sería interesante saber cuánto se le asi...

Antes de empezar, una inquietud: en este momento los gastos militares son de miles de millones de dólares; sería interesante saber cuánto se le asigna a la cultura; pienso que entre las dos situaciones no hay ninguna proporción. La primera cosa que me parece necesario recordar es que siempre la palabra cultura es un camaleón conceptual. ¿Por qué? Porque la palabra cultura tiene varios y diversos sentidos totalmente diferentes. La gente habla de cultura sin tener conciencia de que van de uno a otro sentido. Primer sentido de la cultura, el antropológico. Lo que caracteriza a los seres humanos y diferencia de los animales es que cada generación debe aprender saberes, artes, lenguaje, música... La cultura es el conjunto de todas las cosas que van a diferenciar al mundo humano del mundo animal. Pero también están las culturas: etnográficas, étnicas, es decir, de una nación, de una provincia, que tienen sus rasgos particulares, sus bailes, su música, su literatura, sus tradiciones y sus mitos. Son dos versiones diferentes del concepto de cultura: la primera, universal, y la segunda, particular. Pero hay una ligazón muy fuerte entre las dos. ¿Por qué? Porque si la cultura es un hecho humano de todas las civilizaciones es evidente que nunca se puede ver la cultura. La cultura se ve a través de las culturas diversas. Por ejemplo, el lenguaje humano tiene en todas las sociedades la misma estructura de palabras, pero las lenguas son todas diversas. En toda sociedad hay músicas diversas. No hay la música, hay las músicas que hacen ver la música. Eso tiene una significación, pienso, muy importante con relación a las cosas universales y a las cosas particulares humanas. Digamos, la unidad humana es fundamental en la cultura, pero esta unidad se traduce a través de las diversidades, de singularidades. Y si nosotros queremos respetar la cultura, debemos respetar las culturas y sus diversidades, porque la diversidad cultural es un tesoro de la unidad humana, como la unidad humana la cultura en tiempos de crisis es el tesoro de la diversidad. Esto significa que cuando hay que propagar la cultura se debe ayudar, favorecer, a las varias culturas sin olvidarnos que ellas tienen como rasgo común su textura: la cultura humana, la unidad humana. Dos sentidos de la palabra cultura, pero, hay un tercer sentido: llamamos en general cultura a la cultura humanista, es decir, a la literatura, a las artes, a la música, a la poesía, a la filosofía. Esta cultura humanista se desarrolló en nuestra civilización a través de la creatividad, pero sobre todo de los escritores, de la enseñanza en la escuela, en la universidad. Pero hoy día también hay una cultura científica. Es evidente que tantas cosas que hacen parte de nuestro patrimonio cognitivo llegan de las ciencias. Pero debemos saber una cosa que me parece muy importante para una política cultural: la estructura de la cultura científica es totalmente diversa de la estructura de la cultura humanista. ¿Por qué?, porque la cultura científica es una cultura especializada en las disciplinas varias, y, en general, hay muchos conocimientos que vienen de la cultura científica pero que no llegan a la cultura humanista. Esto se da porque hay hoy día una separación muy dañina entre la cultura científica y la cultura humanista, lo que significa que la cultura humanista es como un molino que no tiene el trigo para consumir, es decir, le falta una conexión bastante grande con los conocimientos importantísimos de la cultura científica. Ahora bien, lo que le hace falta a la cultura científica es lo que contiene la cultura humanista. Como la cultura científica es demasiado especializada no hay, con la excepción de algunos grandes sabios, la capacidad de reflexionar sobre los problemas fundamentales humanos. Sin embargo hay quienes reflexionan sobre ellos. Lo podemos ver en las historias de Shakespeare, en los ensayos de Montaigne, en la obra de García Márquez. Este poder de reflexión le hace falta a los científicos, el pensar qué significan los progresos de la ciencia ya que estos, lo sabemos muy bien, son ambivalentes: hay beneficios intelectuales cognitivos y técnicos que vienen de las ciencias, pero hay las armas nucleares que llegan desde las ciencias también. Es aquí donde radica la necesidad de reflexionar sobre los problemas humanos fundamentales, y esto se puede hacer si hay conexión, comunicación permanente. También existe otra cultura que se puede llamar cultura de masas, que es trasmitida a través de medios como la televisión y el cine. Esta cultura de masas tiene varios problemas. Por un lado, permite una cierta democratización de algunos rasgos de la cultura tradicional humanista, pero por otro lado hace una vulgarización, una degradación de la cultura. Yo pienso también que en este sector, de la cultura de masas, hay que favorecer la diversidad, no dejar, digamos, la dominación de uno o dos grandes canales; hay que favorecer una variedad de canales como los que ahora existen: canales científicos, canales de viajes, canales musicales, etc. De este modo podemos saber que la palabra cultura no es tan sencilla, que se debe a una diversidad de aceptaciones, y que para cada aceptación se necesita tener una visión propia de política cultural. Bien podemos saber, ahora, digamos, sobre cultura humanista porque parece evidente que no se debe reservar a una elite de poder escoger la poesía, la música clásica… Hay una necesidad de democratización fundamental. Esto me parece una misión muy importante. Pero hay varios problemas. Un ministro de la cultura francés que conocí my bien, Jack Lang, quería fomentar la cultura, sin embargo, había un problema: aún teniendo fondos para ello la creatividad no se puede prever, programar. Aunque haya fondos para realizar una película, esta puede resultar buena o mala. Nuestro ministro francés ayudó con fondos a la realización de Anton, del excelente director polaco Andrzej Wadja, pero no podíamos prever cómo resultaría. Esta es una dificultad que siempre estará presente. Por otra parte, hay esta contradicción con respecto a las ayudas institucionales: en el pasado eran los reyes quienes ayudaban a los doctores, y también los llamados mecenas. Ahora están los gobiernos o ministros. Pero hay siempre una contradicción, una cosa difícil de conciliar entre la visión “oficial” y la de los nuevos creadores. Ustedes saben muy bien que al nuevo creador no se le acepta fácilmente, tal como sucedió con los impresionistas en Francia quienes fueron rechazados por los “oficiales”. Este es un problema de apertura mental en el que hay que pensar. Una última cosa que para mí es muy importante. Cuando leemos una obra de Dickens, de Dostoievski, de Balzac, cuando vemos una obra de teatro de Moliere, de Shakespeare, cuando estamos frente a una pantalla de cine, sabemos que algo pasa. Se dan procesos de identificación, de comunión con, por ejemplo, los personajes de una película. Esto implica una comprensión mucho más profunda de la vida normal. ¿Por qué? Nosotros podemos ver a un vagabundo como el Carlitos (Charlot) de Charles Chaplin en la vida real, pero nos disgustan. Sin embargo, en una película, producen simpatía. Podemos ver al personaje del padrino de Coppola, vemos que es un criminal, pero no es solamente un criminal ya que también tiene un profundo sentido de amor filial. Frente a una película somos más comprensivos que en la vida normal, y cuando retornamos a ella perdemos de vista todas las verdades que encontramos en el teatro, en literatura, en el cine, entonces, el problema es cómo mantener la conciencia de estas verdades más allá de la pantalla, más allá de la lectura, más allá del teatro. La vida cotidiana es eso: es integrar las verdades humanas, porque la literatura o el teatro o el cine no son un lujo, son un modo de conocer y sentir qué significa la condición humana, la subjetividad humana, las pasiones, la vida. Entonces, ¿cómo hacer para entender que leer, ver una película o una obra de teatro no es un lujo sino que hay en estas experiencias verdades muy importantes, concentradas, que nosotros hemos sentido y que después olvidamos? Hay un problema de concientización del valor de las artes, de la poesía, de la literatura, y al final, de la poesía. La poesía no es solamente gozar de versos muy lindos, musicales. Esto es importante, pero, ¿por qué sentimos la diferencia entre la prosa y la poesía? Porque la poesía nos da un estado de emoción, de exaltación, por lo tanto, pienso, que

Esta pregunta también está en el material:

Borgoglio2009-Eldiseocomoestrategiadeinsercininternacional-SeminarioElSectorCulturalHoy-CartagenaSeptiembrede2009
240 pag.
Todavía no tenemos respuestas

¿Sabes cómo responder a esa pregunta?

¡Crea una cuenta y ayuda a otros compartiendo tus conocimientos!


✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales