En relación con la restauración de la vegetación, en la mayoría de los casos va a ser más conveniente seguir una estrategia “pasiva”, dejando que s...

En relación con la restauración de la vegetación, en la mayoría de los casos va a ser más conveniente seguir una estrategia “pasiva”, dejando que sea el proceso de regeneración natural el que introduzca gradualmente las formaciones vegetales de orillas y riberas a través de las semillas llegadas por mecanismos naturales, asegurando con ello no sólo su aparición y persistencia, sino también su diversidad genética y naturalidad en su distribución (figura 8.10). Para el logro de esta regeneración natural será necesario, según los casos, mejorar las condiciones de humedad de los suelos riparios, a través de la recuperación de la frecuencia e intensidad de las avenidas o de la restitución de la conectividad con los acuíferos locales; o mejorar las características edafológicas de los suelos riparios, cuando en ellos se hayan aportado materiales impermeables o nocivos (ej. escombros) que están impidiendo el crecimiento de la vegetación. Una vez definidas las actuaciones con las que se pretende restaurar el sistema fluvial, será conveniente valorar en qué medida mejoran los distintos atributos de estructura o de funcionamiento del río con cada una de ellas, debiendo verificar que se mejoran todos o al menos varios de los siguientes aspectos: - Régimen de caudales circulante - Morfología y dinámica fluvial - Continuidad longitudinal de los flujos de agua, materia, organismos - Conectividad lateral del cauce con sus riberas y llanura de inundación - Conectividad vertical del cauce con el medio hiporreico y los flujos subterráneos - Estructura biológica. A modo de ejemplo, y para ilustrar estos conceptos, se incluyen las figuras 8.11 a 8.20 sobre las que se describen los tipos de actuaciones con las que se podría mejorar significativamente el estado ecológico de cada tramo, haciendo aplicación directa del contenido de las Tablas 8.6 y 8.7. 8.4.2.6. Plan de ejecución de los trabajos propuestos Una vez detallados los trabajos a realizar en el proyecto, es necesario establecer un plan de ejecución que atienda a la forma en que deben realizarse las diferentes tareas previstas y detalle el calendario o su distribución en el tiempo, especificando claramente las épocas en que debe llevarse a cabo cada una de ellas, así como la secuencia relativa de unas respecto a otras. En este plan de ejecución, y tratándose de un proyecto de restauración ecológica, habrá que prestar especial atención a no causar ningún deterioro adicional al ecosistema fluvial durante las obras o intervenciones, y en este sentido será útil tener en cuenta las siguientes consideraciones: - La maquinaria que efectúe los trabajos de movimiento de tierras, retirada de escombros, obras de infraestructura, etc. no debe entrar dentro del cauce, llevando a cabo los trabajos desde las orillas o márgenes, siempre que sea posible. Posteriormente a dichos trabajos será necesario descompactar los suelos riparios y restituir sus condiciones primitivas de infiltración y permeabilidad, en el caso de haberse visto afectados por el paso de la maquinaria o de los vehículos durante las obras. Los trabajos en las orillas y riberas deberán ser efectuados en épocas en que no se perturben las fases de reproducción, nidificación, puesta o freza de las distintas especies que utilicen estos hábitat. Las intervenciones propuestas deberán evitar el aumento en exceso de los sólidos en suspensión de las aguas del cauce, así como la llegada de sedimentos por erosión en las orillas o riberas, o de cualquier otro contaminante. En el caso de realizar