Logo Studenta

intentar aislar el radio hirviendo repetidamente soluciones salinas y después enfriándolas lentamente de manera que primero cristalizara el cloruro...

intentar aislar el radio hirviendo repetidamente soluciones salinas y después enfriándolas lentamente de manera que primero cristalizara el cloruro de radio puro, que era marginalmente menos soluble que el cloruro de bario. Marie se dispuso a acometer este reto inmenso en 1899. Adquirió diez toneladas de residuo de pecblenda, que ya era más radiactivo que el mineral básico. Llegó en sacos de polvo pardo mezclado con lo hizo debido al premio Nobel. Los siete premios concedidos a la física, la química y la medicina durante los dos primeros años de premios recibieron poca atención. Pero esto cambió de manera espectacular con el primer premio concedido a una mujer, y a una pareja casada, lo que proporcionaba material a los medios para todo tipo de fantasías románticas. Las extrañas propiedades del radio (su brillo azul luminoso y su radiactividad, misteriosa e invisible) añadían sazón a la mezcla. Marie Curie fue beatificada como «Nuestra Señora del Radio», pero también empezaba a padecer de la enfermedad por radiación, que entonces todavía no se conocía. George Bernard Shaw valoró la excitación pública con precisión satírica, pero fue demasiado rápido al negar que pudiera haber en ello sustancia real. El radio, escribió en la introducción a su pieza teatral El dilema del doctor, «ha excitado nuestra credulidad precisamente como las apariciones de Lourdes excitaron la credulidad de los católicos». Porque el radio, cuya capacidad para lesionar la piel se había advertido desde el principio, se vio entonces que era milagrosamente efectivo en el tratamiento de cánceres. Este descubrimiento puso en marcha a la vez una industria y un folklore. En 1904, había una gran fábrica de ladrillos a la orilla del Marne, en las afueras de París, que producía sales de radio en una versión ampliada del proceso que había empleado Curie. Muy pronto siguieron otras. El radio, destructor de tumores, era demasiado bueno para dejarlo, y de manera rápida e indiscriminada fue explotado como «terapia» para dolencias de la sangre, los huesos y los nervios. Los científicos se apresuraron a experimentar con el nuevo elemento. William Ramsay adquirió una muestra de un proveedor químico de Londres y la llevó a su laboratorio para confirmar que era genuina. Puso un poco de la muestra en un alambre y éste sobre la llama. El color rojo confirmó que era radio puro, sin contaminar por bario, que habría transformado la llama en verde; pero el vapor radiactivo que Ramsay liberó inadvertidamente en el laboratorio como resultado de la prueba hizo que éste no pudiera usarse a partir de entonces para experimentos de radiactividad. Los visitantes acudieron en tropel a las montañas en las que el radio era abundante de forma natural: las Erzgebirge. Éstas, las famosas «montañas de minerales» de Bohemia, ya eran conocidas como la región más prolífica de Europa en la producción de metales. Carlomagno hizo volver a abrir las minas en 770 EC después de la caída del Imperio romano, y llevó a ellas prisioneros de Sajonia (célebre desde hacía tiempo por sus mineros) para que obtuvieran oro, plata y plomo. Posteriormente se extrajeron también uranio y cobalto, para producir vidrios y cerámica coloreados. Joachimstal (que ahora se conoce como Jáchymov en la República Checa) se convirtió en un centro del auge turístico. En 1912 abrió sus puertas, para ofrecer tratamientos balnearios radiactivos, el Radium Palace Hotel, un enorme edificio neoclásico adosado a la ladera boscosa de la montaña. Las aguas contenían concentraciones bajas de radio disuelto y presentaban una ligera efervescencia debido a su desintegración radiactiva en gas radón. (Joachimstal tiene asimismo otras conexiones con los elementos: en el siglo XVI, las primeras monedas de dólar de plata, o Joachimsthaler, fueron acuñadas aquí, y aquí fue donde Agricola escribió su obra maestra metalúrgica, De Re Metallica.) Recientemente, el Radium Palace Hotel ha vuelto a abrir sus puertas, y promete tratamientos basados en «el efecto curativo de las aguas ricas en radón que fluyen a gran profundidad bajo la superficie de la Tierra». Si uno se siente opulento, puede instalarse en el apartamento de Madame Curie. No muy lejos, otro pueblo balneario todavía goza del nombre Radiumbad. Las galerías de agua de radón curativo se hallaban también muy extendidas en los Estados Unidos, donde antaño hubo instalaciones llamadas Radium en siete estados. Todavía hay pueblos llamados Radium Springs en Georgia, Wyoming y Nuevo México. El Radium Palace Hotel. (Léčebné lázně Jáchymov a.s.) Los balnearios han sido siempre lugares de renovación elemental. Los romanos iban a Bath por las aguas sulfurosas. Bad Suderode, en las montañas del Harz en Alemania, es el lugar para el calcio, Buxton para el magnesio, mientras que en Marienbad nos rociarán con aguas carbonatadas. Otras aguas son oxigenadas o yodadas. Parece obvio que esta costumbre se mantenga al día de los progresos de la química, y que los elementos radón y radio, acabados de descubrir entonces, tuvieran también su día. Los que no iban a tomar radio a la fuente encontraron que el radio les era llevado a su casa. En las reuniones se demostraba el radio. La gente jugaba a la ruleta del radio e iba a bailes de radio. Las «modelos del radio» posaban con vestidos luminosos. El radio se popularizó en tiras cómicas y, por encima de todo, fue aclamado como una cura milagrosa para todo. Se añadió radio a productos de todo tipo, especialmente a los que se suponía que ofrecían un beneficio terapéutico. El nombre apareció en otros muchos artículos como un nombre comercial de moda. Había mantequilla Radium. Cigarros Radium, cerveza Radium, chocolate Radium y dentífricos Radium, condones Radium, supositorios Radium y gelatina contraceptiva Radium. No pasaría mucho tiempo hasta que el público se familiarizó lo suficiente con las extrañas propiedades del radio, de manera que éstas fueron un medio efectivo de

Esta pregunta también está en el material:

La Tabla Periodica La curiosa historia de los elementos
722 pag.

Biologia Universidad Nacional Autónoma De MéxicoUniversidad Nacional Autónoma De México

Todavía no tenemos respuestas

¿Sabes cómo responder a esa pregunta?

¡Crea una cuenta y ayuda a otros compartiendo tus conocimientos!


✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales

Otros materiales