Logo Studenta

z ninguno. Tal es el gran sentido comprendido en el libro de toda la hechicera. Fausto. Sin duda esta vieja delira. Mefistófeles. Y aún verás otras...

z ninguno. Tal es el gran sentido comprendido en el libro de toda la hechicera. Fausto. Sin duda esta vieja delira. Mefistófeles. Y aún verás otras muchas extravagancias que acabarán por convencerte de ello, antes de que termine ese libraco enteramente lleno de simplezas. No puedes figurarte el tiempo que me ha hecho perder; por que una contradicción completa es tan incomprensible para el sabio como para el ignorante, para el cuerdo como para el loco. Querido mío, es el arte a la vez antiguo y nuevo, y se ha procurado en todos los tiempos propagar el error en lugar de la verdad; por esto se charla tanto sobre cosas que no se comprenden; por esto hay locos que se obstinan en romperse los cascos para comprender lo incomprensible. Y, ¿sabes, por lo regular, de qué procede ese error tan funesto? De que el hombre no oye más que palabras, cree que éstas deben inducir necesariamente a la reflexión. La Hechicera, (continua.) Sí, creedlo; el poder de la ciencia, al que el mundo todo tiende los brazos, toca en suerte al hombre prudente que menos piensa en él. Fausto. ¡Que extravagancia! Se me parte la cabeza; se me figura estar oyendo un coro de cien mil locos. Mefistófeles. ¡Basta! ¡Basta! Sibila consumada; danos tu bebida procurando llenar las tazas hasta el borde, pues no temo cause a mi amigo daño alguno, porque es hombre acostumbrado a los tragos, en lo que ha alcanzado señalados triunfos. (La bruja llena el vaso con mucho aparato, y en el acto que Fausto lleva el brebaje a sus labios brota del vaso una ligera llama.) Mefistófeles. Vamos, ánimo, apúralo de un sorbo, y verás como se te alegra el corazón. ¿Es posible que, unido como estás con el diablo, te asuste tanto la llama? (La hechicera rompe el círculo y Fausto sale de él.) Partamos desde luego; porque sólo necesitas ahora agitación y movimiento. La Hechicera. ¡Buen provecho os haga el traguito! Mefistófeles (a la hechicera.) Sin necesitar de mí, no tienes más que decírmelo en el Walpurgis. La Hechicera. He ahí una canción que con sólo repetirla experimentaréis singulares efectos. Mefistófeles. Ven pronto y déjate guiar, la transpiración es indispensable para que la fuerza te penetre interior y exteriormente. Luego te haré gustar las delicias de una digna ociosidad, y pronto sabrás en la embriaguez de todo tu ser cuáles son los placeres de Cupido. Fausto. ¡Ah! ¡Permíteme dirigir al espejo una postrer mirada! ¡Era tan hermoso aquel fantasma de mujer! Mefistófeles. No, no; pronto tendrás ante ti, lleno de vida, el modelo de todas las mujeres. (Aparte.) Con esa bebida en el cuerpo, verás una Elena en cada mujer. Una calle Fausto y Margarita paseando. Fausto. Hermosa señorita, ¿me atreveré a ofreceros mi compañía y mi brazo? Margarita. Yo no soy ni señorita ni hermosa, y no necesito que nadie me acompañe para volverme a mi casa. (Se separa y huye.) Fausto. En verdad es una hermosa joven; no había visto en mi vida algo igual: es a la vez modesta, graciosa y tiene algo de fascinador que me arrebata. ¡Nunca me será dado olvidar ni la tersura de sus mejillas, ni el carmín de sus labios! Inclinaba la vista de un modo que no se borrará ya más del corazón. (Entra Mefistófeles) Escucha, preciso es que me proporciones esa joven. Mefistófeles. ¿Cuál? Fausto. La que acaba de pasar ahora mismo. Mefistófeles. Aquélla, muy bien; venía de ver a su confesor, que la ha absuelto de todas sus culpas. Me he situado tras ella, y puedo asegurarte que es la misma inocencia; ha ido a echarse a los pies a los pies del confesor, sin tener pecado de qué arrepentirse; ningún poder tengo sobre ella. Fausto. Y con todo, tiene más de catorce años. Mefistófeles. Hablas como Hans Liederlich, que quiere para sí las más hermosas flores, y que cree no haber honor ni gracia de que no sea digno, sin haber hecho cosa alguna para merecerlo, pero no es así siempre. Fausto. Basta, señor maestro, dejadme en paz y obrad en consecuencia de lo que voy a deciros: si esta noche no tengo en mis brazos aquella joven encantadora, nos separaremos hoy mismo para siempre. Mefistófeles. Piensa ante todo en lo mucho que antes se debe hacer; pues necesito al menos quince días sólo para buscar la ocasión. Fausto. Y si yo pudiera tan sólo disponer de siete horas, no necesitaría de tu auxilio para seducir a semejante criatura. Mefistófeles. Ya casi habláis como un francés, pero os suplico que no lo toméis con tanto afán. ¿De qué sirve anticipar tanto goce? Su encanto es mucho menor cuando de antemano no habéis dispuesto vos mismo todos los medios posibles para coger en la red vuestra niña, conforme nos lo enseñan ciertos cuentos italianos. Fausto. ¿Qué me importa a mí todo eso si no necesito ninguno de aquellos alicientes? Mefistófeles. Pues ahora con formalidad os digo, de una vez para siempre, que no podéis ir tan deprisa con aquella hermosa niña. Ya que nos sería la fuerza eternamente inútil, empleemos la astucia. Fausto. Es tanto el dominio que sobre mí ejerce aquel ángel, que te pido me acompañes al sitio en que vive para que pueda ver al menos un pañuelo que haya cubierto su seno, una cinta con que haya intentado en valor realzar su belleza. Mefistófeles. Para que os convenzáis de que si quiero o no calmar vuestra pena os diré que no perdamos tiempo; porque quiero conduciros hoy mismo a su cuarto. Fausto. Y, ¿me será dado verla y estrecharla sobre mi pecho? Mefistófeles. No, porque estará en casa de una vecina. Con todo podréis embriagaros libremente con la atmósfera que ella ha respirado y meceros en las halagüeñas esperanzas de una próxima dicha. Fausto. ¿Podemos ya partir? Mefistófeles. Aún es temprano. Fausto. Ve a buscarme entre tanto un obsequio para ella. (Se va.) Mefistófeles. ¿Presentes ya? ¡Bueno! He aquí el mejor. Ya que sé yo parajes a propósito y antiguas joyas enterradas, voy a limpiar el polvo que las cubre. La noche. Un cuarto pequeño y aseado. Margarita, (trenzándose el cabello.) Daría cualquier cosa por saber quién era aquel caballero de esta mañana: su rostro y su porte indicaban claramente la nobleza de su estirpe. ¿Cómo, a no ser así, habría podido tener tanto desembarazo? Mefistófeles y Fausto. Mefistófeles. Entrad, pero despacio, entrad. Fausto, (después de un momento de pausa.) Te suplico que me dejes solo. Mefistófeles, (registrándolo todo.) No todas las jóvenes tienen su cuarto tan perfectamente limpio. (Sale.) Fausto, (mirando en torno suyo.) Salud, dulce crepúsculo que reinas en este santuario; embarga mi corazón, grata melancolía de amor que el perfume de la esperanza anima. ¡Cómo todo respira aquí paz, orden y contento! ¡Cuánta abundancia en esta pobreza, cuánta dicha en este calabozo! (Se sienta en un sillón de cuero que hay junto a la cama.) ¡Recíbeme, oh tú, que has tenido los brazos siempre abiertos para acoger a las pasadas generaciones, tanto en su dolor como en su alegría! ¡Cuántas veces los niños en tropel se habrán suspendido en torno a este trono patriarcal! Acaso también mi amada habrá venido aquí más de una vez cuando niña de frescas y rosadas mejillas a besar la descarnada mano del abuelo, no sin dirigir antes una mirada de inocencia y de candor a ese Cristo divino. Siento vagar en derredor, ¡oh, hermosa niña!, ese espíritu de economía y de orden que se intuye cada día como una tierna madre que te inspira el modo como debe tenderse el tapete sobre la mesa, y te indica hasta los átomos de polvo que en tu habitación se agita. ¡Oh, dulce mano tan parecida a la mano de los dioses! Tú conviertes este humilde recinto en celestial morada, y allí... (Alza una colgadura del lecho.) ¡Qué delirio se apodera de mí! Allí pasara yo una eternidad sin notar la duración del tiempo; allí fue, ¡oh, naturaleza!, donde en

Esta pregunta también está en el material:

Fausto de J. W. Goethe
131 pag.

Literatura e Ensino de Literatura Universidad Bolivariana de VenezuelaUniversidad Bolivariana de Venezuela

Todavía no tenemos respuestas

Todavía no tenemos respuestas aquí, ¡sé el primero!

Haz preguntas y ayuda a otros estudiantes

✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Más contenidos de este tema