Esta retrotracción siempre hacia el acto y, en último término, hacia una realidad actual primera que mueve eternamente, sin estar ella misma en mov...
Esta retrotracción siempre hacia el acto y, en último término, hacia una realidad actual primera que mueve eternamente, sin estar ella misma en movimiento, introduce el segundo argumento, que se propone a continuación, en favor de la prioridad del acto desde el punto de vista de la entidad, del ser (ousíai): las entidades eternas, incorruptibles y actuales, son anteriores a las perecederas y afectadas de potencialidad. Sobre las implicaciones teológicas de esta línea de pensamiento, cf. infra, XII, especialmente los caps. 6 y 7.
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