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Organización del sistema nervioso central y 
exploración básica del status cognitivo. 
 
Neurofisiología básica 
Podemos considerar al sistema nervioso central (SNC) como un sofisticado 
entramado de estructuras cuya actividad controla las funciones de nuestro 
organismo y, a su vez, nos permite interactuar con el ambiente, lo que nos permite 
percibir, aprender, recordar, tomar decisiones, emocionarnos… Esta actividad del 
cerebro está a cargo fundamentalmente de unas diminutas unidades funcionales a 
las que llamamos neuronas (permiten la actividad neuronal), unos 100.000 
millones aproximadamente. El encéfalo cuenta, además, con la neuroglía, cuyas 
funciones son las de sostener y alimentar a las neuronas; y se cree que también 
desempeñan un papel importante en la conexión entre neuronas. 
Las neuronas 
Son unidades estructurales y funcionales del SNC especializadas en la generación, 
recepción y conducción del impulso nervioso central. 
 Clasificación según morfología: 
 
o Cuerpo celular o soma neuronal: Parte más voluminosa de la neurona 
compuesta por el núcleo, que contiene información que dirige la actividad de la 
neurona (ARN), y el citoplasma, que está lleno de orgánulos (aparato de Golgi, 
mitocondrias…). 
 
o Dendritas: Salen del cuerpo celular y se ramifican (proyecciones 
citoplasmáticas), y se encargan de recibir la información de otras neuronas y de 
trasmitirla al cuerpo o soma. 
 
o Axón: Larga prolongación cuya función es la conducción del impulso nervioso 
al terminal axónico mediante potenciales de acción. Puede estar recubierto de 
una vaina de mielina, que permite una conducción rápida del impulso nervioso. 
 
 
 
 
 Clasificación según su funcionalidad: 
 
o Neuronas sensoriales: Se activan por input de los órganos sensoriales, son 
aferentes y conducen información sensorial desde los receptores sensoriales 
hasta el SNC (piel, ojos, nariz…). 
 
o Neuronas motoras: Son eferentes y llevan la información desde el SNC a los 
órganos que pueden producir respuesta. Estimulan los músculos y producen 
movimientos. 
 
o Interneuronas: Son las más numerosas y se encargan de establecer conexiones 
entre las neuronas sensoriales y motoras, y entre ellas mismas. 
 
 
 Clasificación según su funcionalidad: 
 
o Neuronas sensoriales: Se activan por input de los órganos sensoriales, son 
aferentes y conducen información sensorial desde los receptores sensoriales 
hasta el SNC (piel, ojos, nariz…). 
 
o Neuronas motoras: Son eferentes y llevan la información desde el SNC a los 
órganos que pueden producir respuesta. Estimulan los músculos y producen 
movimientos. 
 
o Interneuronas: Son las más numerosas y se encargan de establecer conexiones 
entre las neuronas sensoriales y motoras, y entre ellas mismas. 
 
 
 Clasificación según el número de prolongaciones: 
 
o Neuronas monopolares o unipolares: Cuentan con una sola prolongación que 
se comportan como axón y dendrita. 
 
o Neuronas bipolares: Cuentan con dos prolongaciones, una de entrada (hace de 
dendrita) y una de salida (hace de axón). 
 
 
o Neuronas multipolares: Cuentan con gran cantidad de dendritas y un axón; 
son las más abundantes. 
 
 
Tabla 1. Clasificación de las neuronas 
 
 
 
¿Cómo se comunican las neuronas? 
Ya hemos comentado que las neuronas se encargan de crear la actividad cerebral, 
pero ¿cómo lo consiguen? En toda comunicación existe un emisor del mensaje, en 
nuestro caso la neurona presináptica (a través del axón), y un receptor, la neurona 
postsináptica (a través de la dendrita). El lugar donde se produce dicha 
comunicación es la sinapsis, que se lleva a cabo mediante potenciales de acción 
(cambios de energía eléctrica). 
 
Cuando una neurona en reposo se excita por encima de un determinado umbral se 
produce un cambio en la polaridad del potencial de su membrana (potencial de 
acción). Este potencial de acción se extiende por el axón hasta llegar al botón 
presináptico, donde liberará unas sustancias químicas (neurotransmisores) en 
Partes Función Prolongación 
 Soma celular 
 Dendrita 
 Axón 
 Sensorial 
 Motora 
 Interneural 
 Unipolares 
 Bipolares 
 Multipolares 
 
la hendidura sináptica que se unirán a los receptores de la membrana 
receptora de la neurona postsináptica, pudiendo excitarla o inhibirla. Es como una 
cerradura (neurotransmisor) y su llave (receptor). 
La transmisión de información se produce generalmente por vía química, pero 
también puede ocurrir de forma puramente eléctrica. 
Las neuronas se comunican, pero no se tocan. 
¿Y los neurotransmisores? 
Los neurotransmisores son sustancias químicas encargadas de la transmisión de 
señales de una neurona a otra. Su carencia o exceso en el organismo puede tener 
consecuencias en el funcionamiento cognitivo/emocional de la persona, por lo que 
conviene conocer cuál es su funcionamiento y su localización anatómica. 
Tabla 2. Clasificación de los neurotransmisores pequeños 
 
Neurotransmisor Localización Función 
Acetilcolina Sinapsis con músculos y 
glándulas; muchas partes 
del sistema nervios o 
central (SNC). 
Excitante o inhibidora. 
Memoria. 
Aminas 
 Serotonina 
Diversas regiones del SNC. Inhibidora: sueño; estados de ánimo y 
emociones. 
 Histamina Encéfalo Excitante: emociones; regulación de 
la temperatura y equilibrio de agua. 
 Dopamina Encéfalo; sistema nervios o 
autónomo (SNA). 
Inhibidora: emociones/ánim o; 
regulación del control moto 
 Epinefrina Áreas del SNC y división 
simpática del SNA 
Excitante o inhibidora: hormona 
cuando es producida por la glándula 
adrenal. 
 Norepinefrina Áreas del SNC y división 
simpática del SNA. 
Excitante o inhibidora: regula 
efectores simpáticos; en el encéfalo 
conlleva respuestas emocionales. 
Aminoácidos 
 Glutamato 
SNC Es el neurotransmisor excitante más 
abundante (75%) del SNC. 
 GABA Encéfalo Es el neurotransmisor inhibidor más 
abundante del encéfalo. 
 
Anatomía del cerebro humano 
 
Antes de profundizar en este punto conviene recordar la organización del SN. 
Junto al sistema nervioso central (compuesto por el encéfalo y la médula espinal) 
se encuentra el sistema nervioso periférico (SNP), que cumple una función de 
unión entre el SNC y las estructuras situadas en la periferia del organismo 
(miembros y órganos). 
 
El SNP está compuesto por: 
 Nervios craneales (12 pares, se originan en el encéfalo) y raquídeos (31 pares, 
se originan en la médula espinal): Encargados de actividades motoras y 
sensitivas. 
 Sistema nervioso somático: Formado por fibras nerviosas que inervan la 
musculatura esquelética (acciones voluntarias). 
 Sistema nervioso autónomo (SNA): Formado por fibras nerviosas que 
controlan los órganos que realizan acciones involuntarias (glándulas y 
musculatura lisa de las vísceras y vasos sanguíneos). Se subdivide en: 
 
o Simpático: Prepara al cuerpo para la acción (inhibe funciones 
vegetativas). 
 
o Parasimpático: Relacionado con el reposo y la digestión (promueve 
funciones vegetativas y reparadoras). 
Como hemos comentado anteriormente, el SNC está formado por el encéfalo y la 
médula espinal. Como elementos protectores encontramos: el cráneo y la columna 
vertebral; tres membranas: las meninges (duramadre, aracnoides y piamadre); y 
el líquido cefalorraquídeo, que fluye entre las meninges y actúa como 
amortiguador. Está compuesto por la sustancia gris (cuerpos celulares y dendritas), 
situada en las áreas corticales y núcleos, y la sustancia blanca (axones con sus 
vainas de mielina), que conforma los llamados tractos. 
 
El encéfalo está formado por tres partes: bulbo raquídeo, cerebelo y cerebro. 
 
El cerebro es la parte más grande del encéfalo. La parte más externa, 
la corteza cerebral, está forma por la sustancia gris, y su formación 
arrugada está llena de surcos y circunvoluciones. El encéfalo no es lo 
mismo que el cerebro.Sistema nervioso central (SNC) 
Si alguien nos sitúa delante de un cerebro, inicialmente observaremos que se trata 
de un órgano de poco peso (1.400 g aproximadamente) y de textura gelatinosa. 
Lo primero con lo que nos encontramos son las meninges (en orden de más externa 
a más interna: duramadre, aracnoides y piamadre), que tienen función protectora. 
Al despegarlas aparece una amplia red de vasos sanguíneos adherida a su 
superficie. Seguidamente nos encontramos con la superficie del encéfalo (córtex 
cerebral), compuesta en su parte más externa por los somas y dendritas neuronales 
(que le dotan de un color grisáceo –sustancia gris–) y caracterizada por los 
numerosos pliegues que conforma, los llamados surcos y circunvoluciones (cada 
uno de ellos con identificación propia). 
 
Tabla 3. Elementos del sistema nervioso central 
 
Central Periférico 
 Encéfalo 
 Médula espinal 
 Nervios: 
o Craneales 
(12) 
o Raquídeos 
(31) 
 SN somático 
 SNA: 
o Simpático 
o Parasimpático 
 
 
La médula espinal queda unida al cerebro a través del tronco del encéfalo, cuya 
misión, entre otras, es la de proporcionar energía al cerebro. 
 
 
Al seccionar el encéfalo aparecen abundantes fibras blancas (sustancia blanca) que 
se encargan de la comunicación entre las neuronas. La corteza está dividida en dos 
mitades (hemisferio derecho y hemisferio izquierdo) que cuentan con las mismas 
estructuras, pero que pueden diferir en tamaño y funcionalidad. Las dos mitades se 
unen por un haz de fibras nerviosas llamado cuerpo calloso, que tiene la función de 
que la comunicación llegue de un hemisferio a otro. Una desconexión entre 
hemisferios puede provocar serias alteraciones neuropsicológicas. 
 
En zonas más profundas, entre el tronco y la corteza, se encuentran las estructuras 
subcorticales (núcleos de células que contienen sustancia gris), como los ganglios 
basales, que desempeñan un importante papel en el movimiento. 
 
Por debajo del cuerpo calloso se encuentra el sistema límbico, también llamado 
cerebro emocional, donde se ubican las emociones (ira, miedo, tristeza…) que guían 
nuestra conducta. Está formado por varias estructuras, responde fisiológicamente 
a las emociones (fundamentales para nuestra experiencia y adaptación) y también 
a instintos más primitivos, como la sed, el hambre, el sueño (Tirapu, 2008). 
Algunas de las principales estructuras del encéfalo son: 
 Amígdala: Procesamiento emocional, mediatiza el miedo y la agresividad. 
 
 Tálamo: Centro para la coordinación y regulación sensorial que dirige la 
información proveniente de los sentidos a las áreas especializadas, clave para 
mantener la actividad cerebral. 
 
 Hipotálamo: Homeostasis del cuerpo para su adaptabilidad (regula la 
temperatura, el sueño, etc.). 
 
 Hipocampo: Juega un papel importante en la entrada de nueva información y 
posterior almacenamiento en la memoria a largo plazo. 
En el centro del encéfalo nos encontramos con unas cavidades comunicadas entre 
sí por las que circula el líquido cefalorraquídeo: los ventrículos. Su obstrucción 
puede llegar a provocar hidrocefalia en la persona, lo que puede generar, según la 
etapa evolutiva, un retraso en la adquisición de las funciones cognitivas o 
disfunción de las mismas. 
 
 
 
 
 
Hidrocefalia: 
Acumulación del líquido cefalorraquídeo en los ventrículos 
cerebrales que provoca un aumento de tamaño e inflamación. Puede 
ser debida a una obstrucción de la circulación o reabsorción del 
líquido cefalorraquídeo, o a una producción excesiva del mismo. El 
aumento del volumen del líquido cefalorraquídeo se produce en 
exceso y provoca una presión sobre el cerebro que causa compresión 
contra el cráneo y daña los tejidos. 
La corteza cerebral está dividida en dos mitades, como ya se señaló previamente, 
hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, y ambas mitades están, a su vez, 
divididas en cuatro lóbulos a los que se les otorga diferentes funcionalidades 
(siempre entendiendo el cerebro como un conjunto de estructuras que trabajan 
conjuntamente para producir la actividad cerebral): 
 Occipital: Situado en la parte posterior. 
 Parietal: Situado en la parte superior y posterior. 
 Temporal: Situado al lado de las orejas, por debajo de las sienes. 
 Frontal: Situado en la parte anterior. 
 
 
Principales funciones de los lóbulos cerebrales 
 Lóbulo frontal: Las funciones más representativas son las llamadas funciones 
ejecutivas, que nos permiten planificar nuestros actos, ser más flexibles, tomar 
decisiones, razonar y secuenciar, pero también juegan un papel importante en 
la emoción, la conducta y en las funciones cognitivas, y son esenciales para el 
comportamiento motor (regulan la fuerza, deciden qué movimientos hacer para 
una determinada acción). 
 
 Lóbulo parietal: Está implicado en el procesamiento e integración de las 
sensaciones y percepciones somáticas, en el reconocimiento de objetos y 
rostros, en el cálculo, en la orientación espacial y realización o copia de 
movimientos (como encender una vela o dibujar un cubo, sin la existencia de 
debilidad, tono muscular o postura anómala, trastorno del movimiento o 
problemas de comprensión). 
 
 Lóbulo temporal: También implicado en algunas funciones sensoriales, como la 
localización y el reconocimiento auditivo y visual. Desempeña un papel crucial 
en el aprendizaje y la memoria, en la emoción y en la comprensión del lenguaje. 
 
 Lóbulo occipital: Es el lóbulo con más especificidad funcional y es el encargado 
del procesamiento visual. 
 
No debemos entender el cerebro como estructuras independientes con funciones 
determinadas que trabajan de forma individualizada, sino como un complejo 
sistema interconectado que necesita que todo funcione correctamente para que 
dé lugar a la cognición. Como señala Tirapu (2008):«Un sótano donde se crea 
energía para que la casa pueda funcionar (tronco del encéfalo), una zona de servicio 
que opera de manera desapercibida pero tremendamente eficaz para que todo 
esté preparado (regiones subcorticales) y una primera planta donde se va a 
celebrar un concierto. Los músicos, con sus instrumentos y sus partituras, se hallan 
en la corteza y dentro de esta, en los lóbulos occipital, parietal y temporal, y un 
magnífico director, presto a hacer trabajar a todos conjuntamente para elaborar 
una preciosa pieza musical, se aloja en los lóbulos frontales». 
Teniendo en cuenta la descripción resumida que hemos realizado de 
las funcionalidades de los lóbulos y principales estructuras del 
cerebro, ¿qué áreas crees que se activarán en la siguiente escena?: te 
encuentras en el aula y quieres escribir en la pizarra unos ejercicios 
aritméticos para que los realicen los alumnos; mientras los escribes, 
estás explicándoles lo qué deben hacer. 
 
Asimetría y especialización hemisférica 
 
La cuestión de asimetría y especialización hemisférica continúa siendo de gran 
interés dentro del campo de la neuropsicología. La asimetría cerebral hace 
referencia a diferencias anatómicas, fisiológicas o conductuales entre los dos 
hemisferios cerebrales. Desde la ciencia cognitiva, la distinción entre izquierda y 
derecha ha sido asociada con dicotomías como racional/emocional, 
específico/holístico, analítico/sintético, temporal/atemporal. 
A mediados del siglo XIX, Paul Broca, basándose en sus estudios con pacientes 
lesionados, describe por primera vez una zona del lóbulo frontal del hemisferio 
izquierdo como responsable del control del habla (localizada en la tercera 
circunvolución del hemisferio dominante). Años más tarde, Wernicke detalla la 
importancia de una región situada en el lóbulo temporal izquierdo para la 
comprensión del lenguaje. Estos y otros descubrimientos otorgaron al hemisferio 
izquierdo mayor importancia frente al derecho, por lo que se ha considerado el 
hemisferio dominante, si bien en los últimos años se han descubiertosfunciones en 
las que el hemisferio derecho supera en funcionalidad al izquierdo. 
Portellano (2005) sugiere el término asimetría y especialización hemisférica frente 
a dominancia hemisférica como más apropiado; ambos hemisferios procesan 
información, pero de manera diferente, y dominan en distintas funciones 
(hemisferio izquierdo en el cálculo, escritura y lenguaje, entre otras; hemisferio 
derecho en la percepción, orientación…). 
 
Este autor describe cuatro conceptos que pueden ayudarnos a una mejor 
comprensión de la funcionalidad hemisférica: 
1. Diferenciación hemisférica: Cada hemisferio presenta diferente estilo 
cognitivo. 
 
2. Asimetría cerebral: Formas de procesar la información de modo diferente 
entre una zona del cerebro y su homóloga en el otro lado del mismo. 
 
3. Dominancia cerebral: Un hemisferio predomina sobre el otro en una 
determinada función cognitiva (hemisferio izquierdo en el lenguaje, por 
ejemplo). 
 
4. Lateralidad: Manifestación efectora para la dominancia del lenguaje expresada 
mediante mano, pie, ojo y oído. 
La educación o el entrenamiento no pueden influir sobre la asimetría y dominancia 
hemisférica por su carácter involuntario, inconsciente y central, pero sí sobre la 
lateralidad, que es voluntaria, consciente y periférica (lateralidad contrariada). 
Neuroanatómicamente se han observado diferencias interhemisféricas: 
hemisferio derecho ligeramente más grande que el izquierdo; en el hemisferio 
izquierdo hay aumento del área de Wernicke, mayor densidad neuronal en el área 
de Broca y cisura lateral más prolongada hacia su zona posterior; en el hemisferio 
derecho hay mayor prominencia del lóbulo frontal. 
Funcionalmente: 
 Plano visual: Dominancia del lóbulo occipital izquierdo para el reconocimiento 
visual de material verbal, y del lóbulo occipital derecho para el material no 
verbal. 
 Plano auditivo: Dominancia del hemisferio izquierdo para el reconocimiento 
verbal (sílabas, números), y dominancia del hemisferio derecho para el material 
no verbal (melodías, ruidos…). 
 Plano somestésico: Dominancia del hemisferio derecho para el reconocimiento 
de formas tridimensionales y de figuras geométricas con o sin sentidos 
(mediante palpación), y dominancia del hemisferio izquierdo para el 
reconocimiento de letras y números. 
 Plano mnésico: Dominancia del hemisferio izquierdo para el aprendizaje y 
memoria verbal, y del hemisferio derecho para el no verbal. 
 Plano del lenguaje: Dominancia del hemisferio izquierdo para el lenguaje 
(expresivo y comprensivo) en los diestros, al igual que en la mayoría de los 
zurdos, en torno a un 70% de los mismos; el 30% restante se divide en la mitad 
 
con dominancia del hemisferio derecho y la otra mitad con activación de ambos 
hemisferios. 
Las diferencias entre hombres y mujeres también se han hecho evidentes mediante 
la investigación. Junto con los componentes neurobiológicos (donde las hormonas 
sexuales cobran relevancia), es posible que los factores educativos puedan 
contribuir a un aumento o disminución de estas asimetrías. En la siguiente tabla se 
detallan las diferencias más significativas –tomada y ampliada de Portellano 
(2005). 
Tabla 1. Clasificación de las neuronas 
Valores Mujeres 
Anatomía 
cerebral 
 Cerebro más 
asimétrico. 
 Mayor desarrollo del 
plano temporal. 
 Retraso en el 
desarrollo anatómico 
del HI. 
 Disminución del 
cuerpo calloso en la 
edad adulta. 
 Aumento de la 
amígdala con la edad. 
 Cerebelo 8% más 
grande. 
 Cerebro más simétrico. 
 Mayor simetría en el 
plano temporal. 
 Cuerpo calloso más 
desarrollado. 
 El cuerpo calloso puede 
aumentar su tamaño con 
el transcurso del tiempo. 
 Aumento del hipocampo 
con la edad. 
Lateralidad  Mayor número de 
zurdos. 
 Menor número de 
zurdas. 
 Mayor frecuencia de 
lateralidad cruzada. 
Funciones 
cognitivas 
 Más localizadas sobre 
áreas específicas de 
cada hemisferio 
 Más distribuidas en cada 
hemisferio. 
 Mayor distribución 
bihemisférica de 
funciones. 
Recuperación de 
lesiones 
cerebrales 
 Efectos más 
devastadores de daño 
cerebral. 
 Peor pronóstico y 
peores posibilidades 
de recuperación. 
 Efectos menos invasivos 
tras daño cerebral. 
 Mayores posibilidades 
de recuperación 
funcional. 
 
Breve historia de la neuropsicología 
 
La curiosidad del ser humano por la mente y su actividad se remonta a siglos atrás. 
Existen documentos que señalan la práctica de la trepanación ya en el Neolítico. En 
la Antigüedad, los egipcios realizaban craneotomías para liberar a los malos 
espíritus (Portellano, 2005). Hipócrates (siglo V a. C.), y posteriormente Platón 
(420-347 a. C.), situaba la razón y el intelecto en el cerebro, mientras que 
Aristóteles (384-322 a. C.) los posicionaba en el corazón. En el siglo II a. C., Galeno, 
seguidor de Hipócrates, localiza la actividad cerebral en el líquido cefalorraquídeo, 
teoría que será asumida y mantenida durante siglos hasta ser refutada por Vesalio 
en el siglo XVI, que sitúa el tejido nervioso como originario de dicha actividad. Unos 
años más tarde, Descartes, con su teoría dualista mente-cuerpo, conecta el alma 
racional con el cuerpo a través de la glándula pineal, lo que permite la interacción 
entre ambas. Este enfoque localizacionista se enfatiza a comienzos del siglo XIX, 
con la teoría de la frenología defendida por F. J. Gall (1758-1828). Según este 
médico alemán, el cerebro podía dividirse en 27 áreas cerebrales responsables de 
27 facultades mentales. 
En esta época, y paralelamente a la frenología, P. Flourens (1794-1867) defiende 
una corriente holista del funcionamiento del cerebro centrándose en una visión 
global y unitaria que dominará durante la primera mitad del siglo XIX. Partiendo de 
sus investigaciones con cerebros animales y extrapolando erróneamente sus 
resultados al cerebro humano, intuyó la existencia de áreas de asociación cerebral. 
A mediados del siglo XIX, Broca, inspirado y promovido por las investigaciones de 
J. B. Bouillaud (1796-1881), quien apoyaba la hipótesis de Gall de que el lenguaje 
articulado se situaba en los lóbulos anteriores, consigue determinar y confirmar 
que la facultad del lenguaje articulado se localiza en el lóbulo frontal izquierdo. 
Coincidiendo en la misma época, K. Wernicke documenta que una lesión en el giro 
temporal posterior provoca una alteración en la comprensión auditiva. 
El localizacionismo defiende que cada una de las funciones mentales 
se encuentra localizada en una determinada región del cerebro. 
Como aspectos positivos destacan la identificación de áreas 
cerebrales implicadas en procesos cognitivos y la conceptualización 
de asimetría cerebral (lenguaje en hemisferio izquierdo). 
 
El holismo defiende que los procesos cognitivos dependen de un 
funcionamiento global del cerebro y niega la localización específica 
de los mismos. Como aspectos positivos señala la funcionalidad del 
cerebro como totalidad, la implicación de amplias zonas de la corteza 
en las funciones mentales superiores y la intuición de la existencia de 
áreas de asociación. 
 
En 1911, J. H. Jackson, considerado el fundador de la neurología moderna, 
defiende que el sistema nervioso está organizado en tres niveles: un nivel inferior 
situado en las estructuras medulares y bulbares; un nivel medio (sensoriomotor) 
localizado en el tronco cerebral y núcleos basales; y un nivel superior o cortical. Las 
funciones se encuentran organizadas de forma vertical: en los niveles inferiores 
nos encontraríamos con lo más arcaico, organizado, automático y emocional, y en 
los niveles superiores lo más actual, complejo, racional y voluntario. Estas 
afirmaciones propiciaron la investigación de las funciones afectivas e instintivas en 
los niveles inferiores (Tirapu, Ríos, y Maestú, 2008). 
 
Alexander Romanovich Luria (1907-1977) ha sido considerado el padre de 
la neuropsicologíamoderna. Entre sus aportaciones más significativas destaca la 
distinción de tres unidades funcionales básicas de la organización cerebral: 
1. Unidad funcional I (unidad de activación): Incluye el tronco cerebral y el 
sistema reticular. Funcionalmente se encarga de regular el nivel de energía, de 
mantener el grado de activación cortical y de controlar las regulaciones 
vegetativas, emocionales y mnésicas. 
 
2. Unidad funcional II (unidad de recepción e integración sensitiva): Formada por 
los lóbulos temporales, parietales y occipitales. Su función es la percepción 
sensorial de las diferentes modalidades sensitivas y se encarga de la obtención, 
procesamiento y almacenamiento de la información procedente del exterior y 
del interior del individuo. Cada uno de los lóbulos cuenta con una zona primaria 
(clasifica y registra la información sensitiva), una zona secundaria (organiza y 
clasifica esta información para su posterior recuperación) y una zona terciaria 
(encargada de combinar la información procedente de diversas fuentes para 
establecer la base de una conducta organizada). 
 
3. Unidad funcional III: Formada por los lóbulos frontales y encargada de la 
programación, regulación y verificación de la conducta (organización de la 
actividad consciente). 
Junto con sus numerosas publicaciones, Luria diseñó una batería de pruebas 
psicológicas con las que describir el déficit en los procesos cognitivos de una forma 
no solo cualitativa, sino también cuantitativa, que favoreció la determinación del 
grado de severidad de los mismos y su posible expresión en otras alteraciones 
(Xomskaya, 2002). 
Dentro de la llamada neuropsicología moderna merecen especial mención también 
los trabajos de K. Lashley, considerado pionero de la psicología fisiológica, quien 
defendió que tras una lesión cerebral lo determinante no es el área lesionada, sino 
la cantidad de tejido afectado, así como los trabajos de K. Goldstein, quien 
 
distinguió entre estrategias de restauración y de compensación y señaló la 
posibilidad de que una lesión tenga repercusión a distancia en el tejido sano, 
desorganizando su función. 
Pero ¿cuándo nace el término neuropsicología? El primero en 
referirse al mismo es W. Osler en 1913, pero su reconocimiento en 
psicología llega mediante K. S. Lashley en 1936, y se desliga de la 
neurología conductual y la psicología hacia los años cuarenta (Tirapu, 
2008) ... 
 
La neuropsicología experimental se impulsó tras la Segunda Guerra Mundial. Es en 
esta época cuando comienza un frenético interés por los diseños experimentales, 
el uso de protocolos estandarizados, la aplicación a grupos de sujetos lesionados y 
su comparación con otros lesionados o sujetos control, por lo cual se pierde cierto 
interés por los casos únicos. 
A finales de los ochenta surge la llamada neuropsicología cognitiva, basada en la 
psicología cognitiva. Intenta esclarecer el funcionamiento cognitivo a través del 
estudio de pacientes lesionados y su comparación con los sujetos sanos. Se centra 
en la conducta y su relación con los sistemas funcionales y deja en un segundo plano 
la anatomía. Autores tan importantes como Shallice o Warrington surgen en esta 
época. 
En los últimos veinte años han surgido nuevos enfoques inspirados en las 
aportaciones de la medicina nuclear y la neuroimagen, lo que ha contribuido al 
impulso del estudio de la conciencia y la actividad emocional Desde la evaluación 
neuropsicológica se ha abogado por la necesidad de creación de pruebas más 
“ecológicas” (objetivo también de la rehabilitación neuropsicológica), y desde la 
rehabilitación han cobrado fuerza los programas asistidos por ordenador en 
combinación con la intervención guiada por el terapeuta. Algunos de los autores 
más destacados en este periodo son: Antonio Damasio, Vilayanur S. 
Ramachandran, George Prigatano, Muriel Lezak, Antoine Bechara, Patricia 
Goldman-Rakic, Antonio Portellano y Javier Tirapu. 
 
La neuropsicología como disciplina científica y como 
práctica clínica 
 
Pero ¿qué entendemos por neuropsicología? 
La neuropsicología es una disciplina científica procedente de la neurología clásica 
que se ha desarrollado con el aporte de las neurociencias y de la psicología 
contemporánea. Estudia y trata de esclarecer las relaciones cerebro-conducta; o, 
dicho de otra forma, su campo de actuación es la actividad biológica relativa al 
 
funcionamiento del cerebro y el estudio de los procesos cognitivos superiores 
(Rufo-Campos, 2006). 
Tiene como objetivos principales la evaluación precisa y la rehabilitación de las 
secuelas cognitivas, conductuales y emocionales secundarias a un daño cerebral 
(Pérez García, Puente y Vilar, 2009). 
Cuando nos referimos a daño cerebral hacemos referencia al daño sobrevenido 
(trauma craneoencefálico, TCE; accidente cerebrovascular, ACV…), a 
enfermedades neurodegenerativas (demencias, esclerosis múltiple, esclerosis 
lateral amiotrófica…), a enfermedades del neurodesarrollo, a trastornos 
psiquiátricos que llevan asociado alteración de las funciones cognitivas, etc. 
 
Es posible diferenciar entre neuropsicología cognitiva y neuropsicología 
experimental. La primera de ellas surge con la incorporación del paradigma de la 
psicología cognitiva, el procesamiento de la información y la plasticidad cerebral, 
hacia los años ochenta. 
La neuropsicología actual tiene como base los métodos experimentales y la 
observación clínica, con el complemento necesario de las pruebas de neuroimagen. 
Dentro de la práctica clínica, la neuropsicología se convierte en un elemento 
indispensable en la exploración neurológica tradicional del daño cerebral; permite 
un acercamiento descriptivo de la funcionalidad cerebral y contribuye con 
información relevante al diagnóstico, la localización lesional o la evolución 
sindrómica. A través de la exploración neuropsicológica, mediante la aplicación de 
pruebas neuropsicológicas, se podrán establecer las bases de programas de 
rehabilitación/estimulación cognitiva que permitan la recuperación/mejoría o 
mantenimiento de los déficits del sujeto. 
¿Existe la figura del neuropsicólogo? Profesionalmente se trata de una disciplina 
ampliamente reconocida en otros países, aunque en España no tiene un 
reconocimiento legal. En la actualidad se está trabajando desde diferentes frentes 
para conseguirlo y ya en algunas comunidades es posible la obtención de un 
reconocimiento como psicólogo especialista en neuropsicología clínica. 
 
Es cierto que durante años la práctica clínica y científica se ha orientado a las 
enfermedades neurodegerativas y a la pérdida de funciones o destrezas, pero en 
los últimos años se ha producido un viraje hacia el neurodesarrollo, enfocándolo 
tanto a patrones normales como anormales del desarrollo (Verdejo-García y 
Tirapu, 2012). 
La exploración neuropsicológica 
 
 
Sus principales objetivos son la descripción de los déficits cognitivos derivados de 
una lesión cerebral y la identificación de sus consecuencias sobre la conducta, 
cognición y emoción. En el caso de la neuropsicología infantil será preciso conocer 
en qué momento evolutivo se encuentra el niño para poder determinar si el perfil 
cognitivo obtenido es debido a una alteración o a un retraso en el desarrollo. 
En toda exploración neuropsicológica, junto con la información cuantitativa 
(objetividad) obtenida en la ejecución de las pruebas administradas es fundamental 
la información cualitativa (subjetividad) durante su ejecución. Esta última va a 
favorecer el establecimiento de una línea base para la elaboración de un programa 
rehabilitador. 
Objetivos que persigue la evaluación 
neuropsicológica infantil 
 Identificar en qué momento evolutivo se encuentra el niño/adolescente. 
 Elaborar un perfil cognitivo (puntos fuertes / puntos débiles). 
 Conocer el tipo y eficacia de estrategias que utiliza. 
 Saber qué factores pueden estar incidiendo,positiva o negativamente, en la 
actuación del niño. 
 Conocer la motivación, el grado de colaboración y la conciencia de las 
limitaciones del niño. 
 Conocer las expectativas de la familia y del centro educativo respecto a su 
evolución. 
Proceso de evaluación 
Para la realización de una adecuada exploración neuropsicológica es fundamental 
el conocimiento de algunos aspectos que nos facilitarán el conocimiento de la 
situación actual del niño/adolescente y nos permitirán profundizar en la 
exploración. 
 Contexto familiar: Motivo de consulta; anamnesis personal; revisión de 
informes previos; rutinas en casa; dificultades que observan en su hijo; 
aportación de vídeos domésticos que reflejen el comportamiento del niño; 
explicación del plan de trabajo. 
 
 Contexto escolar: Entrevista con los profesores para conocer las dificultades 
específicas que presenta el niño en el ámbito escolar, la metodología docente y 
la relación con los compañeros. 
 
Para más información, consulta el material complementario: 
 
Pruebas neuropsicológicas más empleadas en la práctica clínica con 
población infantil y adulta. 
Anexo descargable 
La obtención de esta información, junto con un adecuado conocimiento de sus 
características sociales y culturales, características de la patología y objetivo de la 
valoración, permitirá la correcta selección de los instrumentos de valoración, entre 
los que se encuentran: 
 Entrevista: Favorece la elaboración de un clima de confianza entre paciente y 
evaluado y nos permite conocer su percepción del problema. Es conveniente 
realizarla al paciente y al familiar y comparar la información. 
 Baterías estandarizadas: Conjunto de pruebas que permiten la obtención de 
una visión generalizada de las funciones cognitivas. Si bien pueden ahorrar 
tiempo, su sensibilidad es reducida. 
 Baterías específicas: Formadas por varios tests diseñados para la valoración de 
un explícito proceso cognitivo. 
 Pruebas específicas: Prueba diseñada para la valoración de un proceso 
cognitivo específico. 
 Pruebas conductuales: Permiten la detección de cambios producidos a nivel 
emocional, conductual o comportamental. 
Es importante preparar al niño para el proceso evaluativo, ya que por norma 
general desconoce por qué acude a esa consulta y lo que le van a pedir que haga. 
Por ello se aconseja que los familiares hablen con él e incluso visiten el lugar. 
Durante la valoración debemos tener en cuenta los siguientes aspectos: 
 Crear un ambiente seguro, confortable. 
 Explicarle para qué está en la consulta. 
 Dar tiempo para la adaptación. 
 Explicar reglas básicas (no golpear, no salir de la habitación, no gritar…). 
 Se desaconseja la presencia de los padres. 
 Comenzar con pruebas sencillas y divertidas, alternarlas con otras de más 
esfuerzo, y usar el refuerzo positivo al finalizar. 
 Tener en cuenta la hora del día (procesos como la atención pueden verse 
mermados) y la duración de las sesiones (no superiores a una hora). 
 Tener en cuenta la medicación que está tomando y sus posibles efectos 
secundarios. 
https://campus.isep.es/pluginfile.php/114386/mod_folder/content/0/Neuroeducacion_UD01_Pruebas_psicologicas_mas_empleadas.pdf?forcedownload=1
 
Dentro del ámbito escolar, la evaluación neuropsicológica va a 
permitir una descripción detallada de la situación 
cognitiva/conductual del alumno, con o sin disfunción cerebral, lo 
que favorecerá la elección de estrategias de intervención adecuadas 
que ayuden a la canalización de su proceso curricular. 
Tras la evaluación neuropsicológica se realizará la devolución de los resultados a 
las partes implicadas: padres, niños y centro escolar, para lo cual adaptaremos las 
explicaciones a cada uno de ellos. 
Evitaremos tecnicismos, destacaremos los puntos fuertes y/o débiles, evitaremos 
el uso de puntuaciones a favor del uso de gráficos, relacionaremos las explicaciones 
con la vida real y aportaremos, en caso de necesidad, pautas o programas de 
intervención.

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