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Licenciatura -Braun Nicolás - Trabajo Final - Antonio Mendoza

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA 
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN 
CICLO EXTRAORDINARIO DE LICENCIATURA EN EDUCACIÓN 
FÍSICA 
SEDE MAR DEL PLATA: FUNDACIÓN CEPES 
Para consultas: nicolasbraun01@gmail.com 
Teléfono: 2235425779 
Tesis de grado: LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA 
DEPORTES DE COMBATE Y EDUCACIÓN FÍSICA 
La implementación de los deportes de combate como 
contenido de la Educación Física escolar 
 
 
 
 
 
BRAUN RODRIGO NICOLÁS 
MARIA SILVANA SIMOY 
FECHA EN LA QUE ENTREGA 26 de noviembre de 2018 
COHORTE 2016 
 
mailto:nicolasbraun01@gmail.com
2 
 
 
 
 
 
 
 
“Espero que los artistas marciales estén más interesados en la raíz de las artes 
marciales que en sus diferentes y ornamentales ramas, flores u hojas. Es inútil 
argumentar qué hoja aislada, qué modelo de rama o qué flor atractiva te gusta. Si 
entiendes la raíz comprenderás todos sus brotes.” 
Bruce Lee. El tao del Jeet Kune Do 
3 
 
ÍNDICE 
 
Introducción ................................................................................................................ 4 
Capítulo I: Los deportes de lucha. Un acercamiento conceptual ............................... 11 
I.1. Conceptualizando el término Deportes de lucha. ............................................. 11 
I.2 Las Artes Marciales y su relación con los deportes de combate ....................... 17 
I.3. Criterios para caracterizar a los deportes de lucha .......................................... 21 
Capítulo II: Tríada Violencia-Educación-Deportes de lucha ...................................... 29 
 II.1. La concepción de violencia en los deportes ................................................... 29 
 II. 2. Deporte espectáculo vs Deporte Educativo ................................................... 38 
Capítulo III.Los deportes de lucha y su formalización en los diseños curriculares. 
Aportes desde las clases de Educación Física ......................................................... 46 
 III.1. Los deportes de lucha y su transposición desde los diseños curriculares de 
nivel primario, secundario y superior ......................................................................... 46 
 III.2. Orientaciones metodológicas para trabajar los deportes de lucha como 
contenido. Organización en base a edad y saber sobre las prácticas. ...................... 58 
Conclusiones ............................................................................................................ 67 
Bibliografía ................................................................................................................ 73 
 
4 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Los deportes de lucha o combate (no es motivo de este trabajo tratar una 
posible diferencia semántica, si es que la hubiese, por lo que se los toma como 
sinónimos), han tenido últimamente una mayor demanda por parte de muchas 
personas, tanto niños como juveniles y adultos, en los últimos años. Si uno pasa por 
distintas calles de Mar del Plata, se pueden observar muchos lugares de práctica de 
estos deportes en sus distintas modalidades. Los distintos medios de comunicación, 
principalmente los espacios cinematográficos (orientado principalmente en las 
llamadas Artes Marciales) o los encuentros televisivos de boxeo, kick boxing (con 
menor frecuencia) y, actual y creciente, las mal llamadas Artes Marciales Mixtas, 
pueden haber ayudado a esta situación. 
Cuando uno recibe a un alumno los discursos generalmente que llegan desde 
los practicantes, o desde las familias en caso de ser niños se podrían resumir en probar 
una nueva actividad (sin conocimiento previo o motivado por encuentros televisivos), 
querer hacer actividad física, no sentirse identificados en otros deportes, para 
“reproducir” aquello que se ve en las películas o, erróneamente recomendado por los 
psicológicos o psicopedagogos, para “disciplinar” al niño porque esta “teniendo 
problemas de conducta en casa” o “en la escuela” y estas prácticas tienen mucha 
“disciplina”. Se hace cierto hincapié sobre este último motivo ya que, si bien las 
motivaciones para comenzar a realizar estos deportes o el sentido con el que se los 
practica debe ser variado, quienes buscan o vivencian estas prácticas cotidianamente 
tienen en su habitus una cierta coincidencia con el habitus propio de las prácticas; que 
se manifiestan en los protocolos de clase (un saludo inicial, el saludo al oponente, entre 
otros) o mantener normas de convivencia que también está presente en otros ámbitos 
de la vida (respetar la escucha de los demás y respetar el espacio de los pares, 
mantener ordenados los elementos de las clases y personales, etc.). 
Si es que existe una creciente demanda de estos deportes, conllevaría a pensar 
que tienen aspectos que le dan un sentido a esa práctica que se prolongue en el tiempo 
y que se extienda más allá de los 60 o 90 minutos de clase. Así mismo, también el 
hecho de que sean más conocidos desde los medios, hace que llegue a más personas 
desde su visualización pero que no siempre puede existir la iniciativa de ir por cuenta 
propia. 
5 
 
¿Sería viable acercar esos deportes a personas que tal vez no tengan acceso 
o no tengan conocimientos de los mismos? ¿Tendría aspectos positivos sobre estos? 
O mejor dicho ¿Qué mal podría hacer presentar estos deportes en un ámbito que no 
sea exclusivo a las prácticas de lucha, como en las clases de Educación Física 
escolar? La Educación Física es una práctica socio cultural que tiene como objetivo 
las acciones del cuerpo, y cuando es tomada por la escuela, es convertida en una 
práctica pedagógica. Esta tiene como objeto de trabajo a las prácticas corporales, 
entendidas estas, de manera ambigua, como configuraciones de movimientos que 
interpretan modos de hacer, pensar y decir del cuerpo (un cuerpo socialmente 
construido). Existen prácticas corporales que son tomadas como los saberes 
específicos de las Educación Física, siendo estas la gimnasia, el juego, el deporte y 
las actividades en ambientes naturales (vida en la naturaleza). Estas no son educativas 
per se, pero es merced de la Educación Física hacerlas educativas. Ahora ¿por qué 
se toman estas prácticas corporales como saberes específicos de la Educación Física 
y no otras (como el parkour, slackline, prácticas en skate, por nombrar algunas)? La 
función de la escuela es brindar a los estudiantes aquellos contenidos que son 
relevantes culturalmente, y la Educación Física no es la excepción. Las prácticas que 
toma son aquellas que se hacen presente en una población y la cultura toma, 
asignándoles un valor. 
Considero que ciertos deportes de lucha tienen fundamentos para hacerse 
educativos e incorporarlos como contenido en las clases de Educación Física: son 
deportes (muchos de ellos olímpicos), tienen una demanda creciente y son conocidos, 
con detalle en algunos casos o de manera superflua en otros, por la sociedad. Poseen 
ciertos aspectos técnológicos que los hacen particulares en diferenciación con otros 
deportes: son enfrentamientos bipersonales, existe un grado elevado de contacto 
corporal, el blanco es el oponente. Así mismo, las acciones presentes en los mismos 
difieren de otros deportes y que permiten enriquecer el acervo motor de los 
estudiantes: inmovilizaciones, lanzamientos, golpes de puño, patadas, derribos, 
agarres. Me inquietó pensar el porqué de la falta de uso de estos deportes en las clases 
de Educación Física. Siempre los cambios sociales arriban más rápido que los cambios 
de estructura. Es decir, considero que la demanda creciente es hoy y tal vez exista un 
posible cambio en un tiempo futuro. De todas formas, creo pensar que la ausencia de 
estos deportes proviene del desconocimiento de sus posibilidades por parte de los 
profesores de Educación Física, quienes no tendrían por qué saberlo por sí mismos. 
Deberíamos ser los adherentes a estos deportes los encargadosde hacer conocer 
estos deportes desde sus posibilidades educativas, y no desde su imagen de 
6 
 
competencia de alto rendimiento o de secuencias peliculeras asombrosas, pero 
imposibles. 
Como practicante y profesor hace ocho años de Taekwondo ITF y practicante 
actual de Jujutsu (JiuJitsu) Brasilero, y habiendo experimentado otras prácticas 
deportivas de lucha de forma no competitiva (boxeo, kick boxing) y prácticas que, si 
bien no forman parte del conjunto de los deportes de lucha, tienen cierta relación con 
estos (Capoeira); pensaba, durante mi carrera como estudiante de Educación Física y 
en algunos años como profesor, más de una vez en la posibilidad de enseñar estos 
deportes dentro de las clases de Educación Física. Por tal motivo, en algunas 
ocasiones me animé a presentar estos deportes en mis clases (en trabajos de 4 o 8 
clases), y la respuesta de los estudiantes fue positiva, siempre tomando los recaudos 
necesarios y dejando trabajar a los estudiantes de la forma más cómoda posible 
(dejarlos trabajar con un compañero de su elección o si observaban que en alguna 
actividad no se sentirían cómodos no la realizaban) 
Dicho esto, en este trabajo propongo pensar dos preceptos sobre estos 
deportes: no hay que considerar los deportes de lucha como una práctica deportiva 
superior a otros deportes, sino como uno más, que sí fortalece la transmisión de una 
cultura del cuerpo de manera particular con respecto a otras prácticas; por otro lado, 
concientizar que es muy complejo generar cambios de estructura (a nivel curricular 
específicamente), pero si es posible, mediante escritos como este, dar las 
herramientas a quienes no han tenido un acercamiento a estos deportes para dar un 
marco conceptual certero y sus posibilidades de enseñanza, sin necesariamente ser 
un profesional o adherente previo de estos. Por ello, si bien esta tesis surge de la 
necesidad personal de pensar los deportes de lucha por distintas experiencias, busca 
no agotarse en la experiencia sino tomarla como punto de partida para problematizar 
los mismos. Se pretende entonces revisar teóricamente los deportes de lucha, analizar 
si estos pueden hacerse educativos y formalizarlos como contenido en las clases de 
Educación Física; y también para brindar un primer acercamiento lo más claro posible 
hacia otros profesionales del cuerpo que desconozcan estas prácticas en su hacer. 
Con el objeto de analizar los deportes de lucha o combate y mostrar a partir del análisis 
exhaustivo de la lógica de los mismos y de una articulación de los conceptos violencia, 
educación y deporte, que ellos pueden ser considerados contenidos de la educación y 
ser enseñados en el ámbito de la educación, entiéndase sistema educativo, la tesis se 
estructura en tres capítulos. 
En el primer capítulo de este trabajo se presentará un marco conceptual sobre 
lo que corresponde a los deportes de lucha o combate. Habrá una exposición sobre 
7 
 
distintos autores que los definen como también una propia, acompañado de las 
características que tienen estos para ser considerados deportes de lucha. Luego se 
expondrá un escrito que revisa la relación entre los deportes de lucha y las artes 
marciales, los cuales son a veces tomados como sinónimos. Aquí se podrá ver en que 
implican estas últimas, en qué se diferencian del deporte y si existe una relación directa 
entre ambos. Una última parte de este capítulo muestra las formas de organizar o 
categorizar a los deportes de lucha en base a diferentes criterios: modalidad de 
combate, institucionalización y sentido de su práctica. 
El capítulo dos realiza un análisis entre los conceptos de violencia, educación 
y deporte. El primero de estos términos es analizado debido a que muchas veces 
puede ser asociado a este tipo de deportes, por lo cual se toma como tema central la 
génesis del deporte y como fue vivida la violencia en ese momento. Para este análisis 
se toma como guía el trabajo de Elias Norbert y Dunning Eric llamado Deporte y Ocio 
en el proceso de civilización (1992). El segundo concepto (educación) es tomado ya 
que la tesis es pensada desde la premisa que los deportes de lucha pueden ser 
educativos y formalizados en las clases de Educación Física. Considero que hoy por 
hoy sostener que estos conceptos no deben ser utilizados para hacer propuestas 
desde la Educación Física, sino que se usen para entender, que dichas prácticas 
difieren mucho de los deportes en la actualidad. Por ello, se presenta una comparación 
entre dos aristas del deporte: el espectáculo y el educativo, para posteriormente 
expresar la implicancia de una práctica social para que sea educativa. Por último, se 
relacionan estos dos conceptos con los deportes de lucha, para que puedan ser 
pensados como una práctica educativa y no una violenta. 
En el capítulo número tres se realizará un análisis de los diseños curriculares 
de nivel primario, secundario y superior para presentar cómo los objetivos y contenidos 
que estos presentan puedan ser trabajados o formalizados desde los contenidos 
propios de los deportes de lucha, como así también el análisis de distintos trabajos de 
investigación sobre estas prácticas, para luego presentar una propuesta de trabajo 
propia. En los diseños se analizarán sus ejes, bloques o campos de trabajo, para luego 
pensar la articulación con los deportes de lucha. Luego se explica el trabajo de otros 
investigadores del tema para ver qué propuestas de trabajo hay o posibles dificultades 
en estas prácticas (como el motivo por la falta de uso de este tipo de prácticas en el 
ámbito escolar). En base a esto, se presenta una propuesta de trabajo propia que tiene 
el sentido de que pueda ser utilizada por cualquier profesor de Educación Física, la 
cual toma como eje orientativo la iniciación y lógica del deporte. 
8 
 
 Para finalizar, las conclusiones destacarán los puntos fuertes de cada capítulo 
y articularan determinados conceptos para comprobar o no si, mediante un análisis y 
posicionamiento de las prácticas deportivas de lucha, pueden ser pensadas como 
educativas e implementadas como contenido desde la Educación Física. 
En lo que respecta al componente metodológico, la presente investigación está 
orientada sobre la hipótesis de que los deportes de lucha/combate pueden ser 
educativos y formalizados en el ámbito escolar. Como técnica de investigación se limitó 
al uso del estudio de caso con sus respectivos análisis de documentos. Este consiste 
en un “diseño de investigación orientado al análisis de las relaciones entre muchas 
propiedades concentradas en una sola unidad.” (Marradi, Archenti, & Piovani, 2007, 
pág. 117) Si bien esta técnica tuvo ciertas críticas en tanto a la calidad obtenida sobre 
un objeto, es revalorizado en los años setenta. Dentro de las posibilidades en las 
cuáles se prioriza utilizar esta técnica, podemos encontrar que se debe a 
 “La aparición de un fenómeno nuevo que excede a la teoría existente. 
Es decir, cuando los desarrollos teóricos no dan cuenta en su totalidad 
de nuevos fenómenos sociales o su aparición no fue predicha a partir de 
la teoría conocida y su impacto en la sociedad es suficientemente 
relevante como para convertirlo en objeto de observación” (2007, pág. 
119) 
 
Un objeto pudo haber sido estudiado, pero es visto desde otra teoría, por lo tanto, su 
interpretación y sentido cambia, o bien, no hay teoría sobre el caso en el ámbito social 
en el cuál se realiza la investigación La razón en la elección de la técnica radica en 
que el campo de los deportes de lucha en la Educación Física de Argentina no ha sido 
desarrollado o se han encontrado investigaciones en relación a estos y sus aportes 
educativos para la escuela en el país. Dada esta situación, la tesina se pensó como 
un inicio a la investigación de los deportes de lucha pensados desde la lógica de las 
prácticas corporales y que pueda aportar a cualquier profesor herramientaspara 
comprender el objeto, ponerlo en práctica y aprovechar sus particularidades. El caso, 
es aquí pensando como exploratorio, es decir, está “orientado a definir preguntas e 
hipótesis para estudios posteriores más amplios. Se ubica en las primeras etapas de 
la investigación y muchas veces se utiliza como prueba piloto a partir de la cual se 
desarrollan marcos conceptuales y operacionales” (pág. 120) 
Para un primer momento (capítulo I) se tomaron como unidades de análisis de 
aquellos trabajos de investigación y libros que son específicos de los deportes de lucha 
pero que no necesariamente provengan desde la Educación Física, aunque hubo 
casos en los que si ocurría. Aquí se encontraron muchas propuestas de trabajo 
provenientes de España, con mayor preponderancia en el Judo (deporte que en 
9 
 
muchos casos formaba parte de la formación de estudiantes en dicho país). El análisis 
consistía en observar la concepción que presentaban sobre estos deportes, cómo eran 
abarcados desde la Educación Física y si había un criterio de orientación entre todas 
las prácticas de lucha. Esto permitió, por un lado, presentar una definición propia de 
los deportes de lucha (tomando como paradigma la recuperación de las prácticas 
corporales), como así también establecer criterios que los ordenen y categoricen en 
base a determinados criterios. Así mismo, se analizan escritos sobre determinadas 
prácticas denominadas como Artes Marciales, para poder diferenciarlas con los 
deportes de lucha. Estos textos manejan otro tipo de terminología, pues la enseñanza 
no es un tema que se problematiza de forma directa, pero su análisis ayudó a 
establecer aspectos que identifican a estas de los deportes. 
Luego, la investigación se orientó sobre la idea de pensar a los deportes de 
lucha como educativos, por ende, se planteó una bifurcación tomando como variantes 
dos conceptos: la violencia y la educación. El primero es tomado ya que es posible que 
por las acciones que se presentan en estos deportes (golpes y agarres), al ojo común 
de la gente pueden confundirse con violentas o que quienes las practiquen serán más 
violentos. Para ello se realiza el análisis del texto producido por Elias Norbert y Dunning 
Eric, Deporte y Ocio en el proceso de civilización, quienes explican en detalle el 
concepto de violencia y su influencia en la génesis en el deporte. Por otro lado, el 
concepto de educación es analizado de acuerdo a las palabras de Buenfil Burgos Rosa 
en Análisis de Discurso y Educación, la cual establece ciertas características para 
pensar o, mejor dicho, hacer, un objeto que sea educativo; es decir, que condiciones 
debe tener un objeto para poder ser educativo. 
 Para finalizar el trabajo y cristalizar el aspecto puntual investigado sobre los 
deportes de lucha, se analizaron algunas unidades que los defienden como 
educativos, presentando propuestas didácticas (algunas puestas en práctica incluso), 
como así también trabajos que estudian el condicionamiento para la inclusión o no de 
estos deportes. Cabe aclarar que ninguno de estos trabajos es argentino. Así mismo, 
se toman los diseños curriculares de nivel primario, secundario y superior, en tanto son 
documentos jurídicos, legales y prescriptivos que presentan los conocimientos que 
debería acreditar una persona para promocionar sus estudios. Como se dijo 
anteriormente, el diseño no piensa las prácticas corporales como saberes de la 
Educación Física como contenido, sino como un medio, pues pone al sujeto, sus 
capacidades y habilidades en el centro. Aunque uno no siempre sea partidario del 
sustento epistemológico que los sostiene (a los diseños), como es este caso, su 
carácter prescriptivo fuerza a que todos los profesores de la provincia deban utilizarlos. 
10 
 
Por lo tanto, la idea del análisis de estos se basó en pensar los contenidos propios de 
los deportes de lucha y como pueden ser tras posicionados con los del diseño, de 
manera que puedan ser desarrollados bajo contenidos “legales”. Por último, 
presentando la idea de abarcar estos deportes desde los saberes específicos de la 
Educación Física, se toma como referencia al deporte, desde su iniciación hasta su 
formalización. 
11 
 
Capítulo I 
Los deportes de lucha. Un acercamiento 
conceptual 
 
I.1. Conceptualizando el término Deportes de lucha. 
 Existen muchos escritos en formas de libros y, de forma más reciente, textos 
de avance o propuestas de investigación que trabajan la temática de los deportes de 
lucha (Akilian-2009, Avelar y Figueiredo-2009, Vatrano-2015, Torres Casado-1990, 
Enares-2000, Amador-1999, entre otros). Pero haciendo una lectura de ellos se 
conforman dos grupos, uno que define el término y lo desarrolla y otro que no se remite 
a los deportes de lucha sino a la lucha en sí, como una práctica aislada a los deportes, 
pensada como innata al hombre. Abarcaré ambas situaciones para luego manifestar 
la posición teórica de esta investigación. En primer lugar, se remitirá a la lucha en sí, 
para luego abarcar el concepto de deportes de lucha/combate. 
 La mayoría de los autores entienden a la lucha como una forma de 
enfrentamiento que utiliza el hombre ante determinadas situaciones, como la 
supervivencia, rituales culturales o juegos en forma de espectáculo para la sociedad. 
Así, por ejemplo, Villamón Herrera Miguel, Molina Alventora J.Pete y Valenciano 
Valcarcel Javier en su propuesta “La enseñanza de las habilidades de lucha en el 
contexto extracurricular” manifiestan 
“la lucha es una actividad connatural al ser humano, que puede ser 
entendida como rito, preparación para la guerra, juego, ejercicio físico o 
deporte. La lucha ha sido una constante en la vida del ser humano, 
remontándose su origen a la defensa de la vida y la integridad física 
frente a aquellas situaciones que han hecho peligrar su supervivencia. 
Por ello, se afirma que los hombres primitivos practicaron ejercicios 
físicos con una finalidad utilitaria, que era la de servir de entrenamiento 
para la lucha por la existencia.” Y luego aclaran que “hoy en día, la lucha 
se conserva principalmente adaptada a las formas convencionales del 
deporte moderno.” (2006, pág. 01). 
Esto marca que la lucha ha sido algo innato en el hombre, propio de su evolución y 
necesario para su supervivencia. La gran mayoría de los autores en sus escritos 
plantean cosas similares: que el hombre hizo uso de la lucha para sobrevivir (Villamón, 
Molina y Valenciano, 2006), que fue utilizada con un fin utilitario o ritual y que cada 
civilización desarrolló formas particulares de la misma (Henares, 2000). 
12 
 
Hay otros autores o documentos que hablan de la lucha, pero si se los analiza 
se puede observar que en realidad están remitiendo a prácticas deportivas. Veamos 
el caso de los Parámetros Curriculares Nacionales de Educación Física de Brasil, el 
cual tiene dentro uno de sus bloques las Lutas (luchas), que las entiende como 
Disputas en que el (los) oponente (s) debe (s) ser subyugado (s), 
mediante técnicas y estrategias de desequilibrio, contusión, 
inmovilización o exclusión de un determinado espacio en la combinación 
de acciones de ataque y defensa. Se caracterizan por una 
reglamentación específica, con el fin de castigar actitudes de violencia y 
de deslealtad. Pueden ser citados como ejemplo de luchas desde los 
juegos de cabo de guerra y brazo de hierro hasta las prácticas más 
complejas de la capoeira, del judo y del karate (1997, pág. 37) 
 
Cómo se puede leer, somete a las luchas, no ya a una impronta de supervivencia o 
actitud innata, sino como un enfrentamiento, sometido a reglas. Si bien diferencia a las 
luchas en juegos y deportes, se podrían conjugar estos en distintos modelos de 
iniciación. Así como ese texto lo plantea, hay otros autores como Álvaro Liras 
Fernández (2006) o Guillermo Torres Casado (1990) que, entendiendo el posible 
origen de la lucha, la entienden ya como formade enfrentamiento con un objetivo que 
excede la supervivencia y se desarrolla en base a reglas. Considero que, 
aproximándose estás ideas más hacia los deportes, habría que caracterizarlos como 
tales, trabajo que ya han hecho Amador (1999) o Henares (2000). 
Al hablar de deportes de lucha encontramos a Amador Ramírez Fernando, que puede 
considerarse un fuerte referente en los trabajos de intervención pedagógica en relación 
al tema. El autor, en el libro La iniciación deportiva y el deporte escolar, Dirigido por 
Domingo Blázquez Sánchez (1999), define a los deportes de lucha como 
“juegos deportivos de confrontación bipersonal que se desarrollan en un 
espacio común y estandarizado; con interacción de oposición práxica, 
esencial y generalmente directa, y cayo (SIC) blanco es siempre el 
cuerpo del contrincante, conforme a las reglas de cada modalidad 
luctatoria” (1999, pág. 325). 
 
Esta definición ya entiende a estas prácticas como deportivas y que tienen 
características propias, como, por ejemplo, el enfrentamiento entre dos individuos. 
Otra definición puede enmarcarse en el mismo pensamiento es la ofrecida por, David 
Atencia Henares, quien en su libro Deportes de Lucha, manifiesta 
“son deportes de lucha aquellos juegos deportivos que confrontan a dos 
personas, y que se desarrollan en un espacio común y estandarizado; 
con interacción de oposición práctica y generalmente directa, y cuyo 
blanco es siempre el cuerpo del adversario, conforme a reglas de 
competición de cada modalidad específica”. (2000, pág. 11). 
 
13 
 
Al igual que en la otra definición encontramos ciertas características propias: 
enfrentamiento de dos personas, uso de reglamento de acuerdo a cada modalidad y 
el blanco es el oponente en forma de oposición directa. Por última, de forma de poner 
hacer una apreciación personal posterior, el autor Kyong Myong Lee en su libro 
“Taekwondo Kyorugi. La competición” (2001, edición en castellano) remite 
exclusivamente a la parte deportiva de una disciplina de lucha (Taekwondo WTF)1. 
Pero contiene determinados términos útiles al concepto. El autor aclara que “El 
Taekwondo de competición recibe la denominación de Kyorugi, y es una visión más 
deportiva del arte marcial”. Dicho esto, especifica 
“El Kyorugi es enfrentamiento de dos contrincantes que lucha por un 
objetivo contrapuesto, empleando habilidades específicas aprendidas en 
el dojang. Para este cometido, la distancia y el tiempo de acción son dos 
elementos fundamentales. En el Kyorugi los practicantes intercambian 
diferentes acciones de brazos y piernas propios de las habilidades 
específicas de este deporte. Se incluye además la noción de 
competición, elemento importante en cualquier deporte actual.” (Lee, 
pág. 25) 
 
Aquí se ve que el objetivo en los deportes de lucha es contrapuesto y que hay 
habilidades específicas a cada práctica. Hablar de objetivo contrapuesto remite a la 
idea de una situación adversa, en donde quien busca una acción sobre una persona, 
debe evitar que, al mismo tiempo, se le realice esas acciones sobre ella misma. En los 
deportes de lucha este objetivo puede conseguirse de múltiples formas y mediante 
diversas acciones, de acuerdo a la modalidad.2 Así, por ejemplo, en la modalidad de 
combate de golpeo, la victoria puede conseguirse, a base de la acción propia, mediante 
la sumatoria de puntos (una vez finalizado el tiempo reglamentario), por knock out (un 
competir no puede continuar el combate a causa de un golpe legal efectuado por su 
rival), knock out técnico (el juez del combate o el entrenador toman la decisión de no 
continuar con la pelea; generalmente producto de una superioridad notoria del rival); 
mientras que en las modalidades de agarre, se logra mediante la sumatoria de puntos 
o por finalización/sumisión. Esta situación implica la rendición, con consentimiento, del 
rival a causa una acción ejercida que, de ser continuada, provocaría una lesión de 
gravedad (como puede ser la ejecución de una palanca o un estrangulamiento); como 
así también alcanzar la victoria mediante la ejecución una acción determinada (como 
hacer tocar con ambos hombros el tapiz por 2 segundos en Lucha Grecorromana). 
 
1 La diferenciación entre deportes de lucha y artes marciales será trabajada en el siguiente 
apartado del presente capítulo. 
2 Los deportes de lucha pueden ser agrupados bajo distintos criterios, uno de ellos siendo por 
modalidad de combate. Este criterio, junto con otros, serán desarrollados en el tercer apartado 
es este capítulo. 
14 
 
Cada modalidad también hace uso de habilidades que le son propias, así en el primer 
caso (golpeo) se utilizan golpes de puño, patadas (si lo permite el deporte), bloqueos 
y desplazamientos/esquives; en el otro caso (agarre) se pueden observar 
lanzamientos, derribos, inmovilizaciones, vuelcos, palancas y estrangulamientos (si lo 
permite el deporte). 
Considero que la denominación que uno hace sobre algún objeto de estudio, el 
uso del lenguaje para categorizar algo, hace que pueda ser enmarcado bajo ciertas 
categorías que uno prefiere y no otras (por ejemplo, no coincido con las primeras dos 
definiciones a llamarlos “Juegos deportivos”)3. El modo en que uno crea la realidad no 
es aleatorio. Pero esta realidad construida siempre se conforma a partir de un objeto 
de estudio y en tanto se plantee una problemática específica a dicho objeto. También 
es cierto que no sólo la realidad se conforma a partir de un objeto de estudio, sino 
también el objeto de estudio se construye a partir de la mirada sobre la realidad 
construida. En las ciencias sociales, ningún objeto nunca se encontrará en estado 
acabo, completo, pues estos con construidos. En relación a esta idea, Bourdieu 
sostiene 
Basta haber intentado una vez someter al análisis secundario un material 
recogido en función de otra problemática, por aparentemente neutral que 
se muestre, para saber que los data más ricos no podrían nunca 
responder completa y adecuadamente a los interrogantes para los 
cuales y por los cuales no han sido construidos. (2002, pág. 55) 
Plantear un nuevo interrogante sobre un objeto establecido hará evidente su infinita 
incompletud. Aun así, en el mismo libro, el autor advierte la posibilidad de caer en el 
error de formar epistemológicamente un objeto bajo la experiencia propia o, por el 
contario, llenarlo exclusivamente con las palabras de otros actores que mantienen su 
propia posición. El trabajo del investigador no con consiste en desacreditar la 
información de quienes hablan del concepto, como tampoco copiarlas, sino entender 
ese posicionamiento, para luego articular con el estudio personal y construir el propio 
objeto. 
De acuerdo a la información recabado y producto del análisis de los deportes, 
entiendo a los deportes de lucha/ combate como un conjunto de prácticas 
deportivas cuyo objetivo es la superación de un rival de manera individual y 
directa, mediante la forma de un combate ficticio en el cual el cuerpo del 
adversario es el blanco necesario para cumplir el objetivo, reglamentadas de 
 
3 Se dice esto ya que el juego como saber se piensan n tanto actividades o vivencias 
generadoras de placer y que no tienen un fin más allá de sí mismo; mientras que en los deportes 
esencia es la competencia o el enfrentamiento, el cual esta reglado e institucionalizado 
(condicionando a quien lo practica). 
15 
 
acuerdo a cada modalidad luctatoria. Todas estas prácticas de lucha deben estar 
debidamente reglamentadas y reconocidas ya sea por apartados gubernamentales y/o 
instituciones de distintos niveles que las regulen. 
Nos servimos del concepto de prácticas en el sentido foucaultiano con el objeto 
de para diferenciarlo del sentido que ha adquirido el término en la Educación Física. 
En este sentido la práctica no es el hacer exclusivamente ni debe confundirse con la 
praxis, sino que abarca las formas de hacer, pensar y decir, que organiza laacción de 
los hombres. De acuerdo a Foucault, en el texto ¿Qué es la ilustración? (Qu’est-ce que 
les Lumières?-traducción de 1995) en el que considera a la práctica como ethos, como 
una actitud, que presenta tres características: 
• Homogeneidad: remite a las cosas que el hombre hace y el modo o la forma 
en lo que lo hacen, estableciendo las reglas y libertades de acción. En palabras 
del autor, son “las formas de racionalidad que organizan las maneras de hacer 
(eso que se podría llamar su aspecto tecnológico); y la libertad con la cual 
actúan en esos sistemas prácticos, reaccionando a lo que hacen los otros, 
modificando hasta cierto punto las reglas del juego” (págs. 18-19) 
• Sistematicidad: pensada desde la interacción entre el eje de poder (relación 
con otras personas), eje de la ética (relación con uno mismo) y el eje del saber 
(relación con el contenido/objeto). Es decir, se adentra a pensar en “cómo 
estamos constituidos “como sujetos de nuestro saber, cómo estamos 
constituidos como sujetos que ejercen o padecen unas relaciones de poder, 
cómo estamos constituidos como sujetos morales de nuestras acciones.” (pág. 
19) 
• Generalidad: aboca a la recurrencia en la historia de una práctica4, que se ha 
hecho presente hasta nosotros, y que ha sido problematizada, presentando una 
configuración histórica singular; es decir, se constituyen “figuras históricas 
determinadas por cierta forma de problematización que define los objetos, las 
regias de acción, los modos de relación del hombre consigo mismo.” (pág. 19) 
5 
 
 
4 El autor las compara esta recurrencia con los problemas crimen y ley, discursos de la 
sexualidad, salud, enfermedad, razón y locura. 
5 Foucault coloca una característica previa a estas tres, la cual la llama “Su reto” (en relación a 
la práctica) al cual lo entiende como las acciones que buscan “cómo desconectar el crecimiento 
de las capacidades de la intensificación de las relaciones de poder” (pág. 18) 
16 
 
Habiendo hecho una breve exposición sobre el posicionamiento en relación al 
con concepto de práctica, se puede pensar que el conjunto de los deportes de lucha 
abarca una serie de prácticas que, si bien se distinguen en su heterogeneidad, poseen 
aspectos comunes presenten en todas ellas. Estás prácticas se pueden disgregar bajo 
distintas modalidades para poder especificarlas en base a distintos criterios (los cuales 
serán desarrollados posteriormente). Más allá de las formas de organizarlos o 
disgregarlas, hay ciertos aspectos tecnológicos específicos de estas prácticas que se 
hacen presentes en todas ellas: 
• La modalidad de competencia es siempre un enfrentamiento entre dos 
competidores. 
• Cada modalidad de lucha tiene su reglamento que la caracteriza. Este 
reglamento será el encargado de especificar el espacio y tiempo de combate, 
el criterio para la sumatoria de puntos, las técnicas permitidas y zonas en las 
que estás puede ser utilizada, vestimenta, etc. 
• El blanco o el elemento para lograr el objetivo es el cuerpo rival. Ya sea que se 
usen agarres, golpes, combinados o elementos, siempre se debe de alguna 
forma generar contacto sobre el cuerpo del oponente. 
• Son prácticas deportivas de oposición unitaria y directa, es decir, se debe 
superar al rival de forma individual (no hay táctica o posibilidades de juego 
grupal) y, al no haber un objeto intermedio en pos de un objetivo, se genera un 
constante contacto corporal. 
• Los roles de ataque y defensa nunca se pueden generar de forma simultánea, 
es decir, en cuanto se está generando una acción, por ejemplo, un ataque, no 
se puede de forma paralela hacer presenta la otra, son incongruentes 
temporalmente. 
17 
 
I.2 Las Artes Marciales y su relación con los deportes de combate 
 En el conjunto de las prácticas de lucha, encontramos una serie de prácticas 
las cuales pueden presentar opiniones diversas tanto desde las personas que tienen 
o creen tener un conocimiento general como también desde los que tienen el saber de 
su práctica. Estas son las hoy llamadas Artes Marciales.6 Antes de comenzar con los 
detalles, cabe aclarar que las palabras siguientes se adentrarán en un campo 
conceptual diferente al de la presente investigación, estableciendo citas que marquen 
un dualismo mente-cuerpo o la formación de un sujeto íntegro, pero que son el 
sustento epistemológico que fundamenta la filosofía de las prácticas marciales. Al ser 
un tema de opiniones dispares y tal vez poco cuestionado, al finalizar la lectura del 
texto, considerando lo que se expondrá en cuanto a las acepciones o definiciones, es 
necesario revisar o discutir una nueva conceptualización de las prácticas actuales. A 
modo de interrogatorio ¿podemos hablar de deportes marciales, artes marciales 
deportivas o de algo distinto? ¿se debería actualizar el concepto de Artes marciales o 
distinguirlas entre antiguas y modernas, occidentales y orientales? ¿Podrían ser estas 
consideradas una práctica corporal externa al deporte? Se deja la puerta abierta ya 
que creo que es un tema que debe seguir desarrollando y discutiendo. Ya que para 
ello se requiere mayor trabajo y análisis, y dado que la investigación está pensada 
desde los deportes de lucha, este apartado se pensó sobre la base de cuestionar el 
concepto de Artes Marciales y su influencia con el deporte. 
Hay muchas legendas o historias acerca de estos estilos de lucha, y muy 
seguido algunas han sido aceptadas como verdaderas. Se coincide con mayor fuerza 
que el lugar de origen de estas ha sido en India, luego China y con un posterior 
desarrollo fuerte en Japón. Sin embargo, cabe aclarar que, si bien esta es la idea más 
aceptada, en muchos textos podemos encontrar consideraciones que son netamente 
especulativas. Se considera imposible rastrear a un único origen, pues cada 
civilización construyó sus sistemas de lucha propios. Lo cierto es que el Oriente se 
caracterizó por desarrollar determinados sistemas de combate, para uno mismo y los 
pueblos, que utilizaban el cuerpo como “arma” y que no se limitaban estrictamente a 
esa forma de defensa, sino que iba en concordancia con una filosofía que “apunta a la 
disciplina de la mente, el cuerpo y el espíritu”. (Taekwondo Olímpico. Enseñar el arte 
de jugar al deporte., 2009, pág. 17). 
 
6 Si bien al finalizar este artículo haré una aclaración en tanto si verdaderamente hoy podemos 
hablar de arte marcial de forma estricta o no, con el fin de evitar confusiones o aclaraciones 
constantes, me seguiré refiriendo a estas bajo ese concepto. 
18 
 
La RAE define a las Artes Marciales como un “conjunto de antiguas técnicas de lucha 
de Extremo Oriente, que hoy se practican como deporte” (Real Academia Española - 
recuperado en 2017). De esta definición podemos obtener ciertos hechos verdaderos 
y otros erróneos. Provienen de extremo Oriente y se originan antiguamente, no son 
exclusivamente un conjunto de técnicas, sino que abarcaban un posicionamiento o 
filosofía sobre quienes las practicaban tanto para su práctica (técnica) como para su 
relación social e individual diaria; como última observación, si bien muchas hoy 
contienen un apartado deportivo, regulado y reglamentado, no necesariamente 
estarían limitadas exclusivamente a eso, incluso algunas prácticas no tienen carácter 
deportivo (como el Aikido o el Ninjutsu), pero buscan mantener lo más fiel posible su 
condición como arte marcial. Resulta complejo buscar una lógica desde una mirada 
occidental, ya que la cultura o ideologías orientales son diferentes. La práctica de estas 
implica algo “mucho más allá del sistema de defensa personal que abarcan las Artes 
Marciales (…) mejorará nuestra calidad de vida, nos mantendrá siempre con 
pensamientos claros y positivos y, además, que gracias a estas actitudes podremos 
crear un mundo mejor” (Vatrano, 2015, pág. 5). Esta última oración marcaría el fin 
último de las artes marciales. 
El problema históricoque han enfrentado las artes marciales, fue el hecho de 
verse desplazadas por la tecnología de las armas de fuego, más eficientes, rápida y 
capaz de impactar en la distancia. La llegada de las armas de fuego genera un estado 
de atenuamiento de estas prácticas, sin tener la posibilidad de “competir” con dichas 
armas. Aun así, tiempo después y con una sociedad distinta a aquella que preconizaba 
las artes marciales, se presentó una oportunidad que las haría revalorizarse bajo otro 
fenómeno, el deporte. Torres Casado (1990), plantea que 
 “la creación del deporte moderno a mediados de este siglo (el autor en 
esas palabras remite al siglo XIX) el siguiente paso estaba dado, 
recodificar estás prácticas para ajustarlas al nuevo modelo competitivo, 
agrupando estos sistemas a las nuevas instituciones deportivas” (pág. 8) 
 
Actualmente, ciertos profesores de las llamadas Artes Marciales o, que, 
además, pertenecen al campo de la Educación Física (Villamón Herrera, Molina 
Alventora, Valenciano Valcarcel – 2006) manifiestan la suposición o idea de que, si 
hoy en día se podría hablar de Artes Marciales de forma genuina o tradicional en el 
sentido estricto del concepto, por lo menos en occidente. Veamos algunos puntos 
sobre este tema. Es todavía algo incierto o no del todo asegurado porque en occidente 
se tradujo el término de estas formas de lucha a Artes Marciales. El maestro Spinato 
Daniel Antonio en su libro “Tratado sobre las Artes Marciales”, hace un análisis sobre 
19 
 
3 kanjis (ideograma japonés), que tienen relación con la lucha: el primero de ellos es 
bugei (este kanji representa únicamente arte de combate o de guerrero/soldado, 
siendo bu guerrero y gei el arte en sentido de técnica, no de un camino cargado de 
preceptos morales y filosóficos), luego el jutsu (que remite al arte en relación a su 
técnica, habilidad o eficiencia de combate), y por el último el budo (término que se 
diferencia del bugei, en tanto este se limitó al arte de guerra, mientras que el último en 
disciplina física y espiritual, que busca el perfeccionamiento del ser humano en tanto 
mente, cuerpo y espíritu). Actualmente, se puede observar que muchas de estas 
disciplinas finalizan su nombre con el kanji Do o Jutsu (taekwondo, karatedo, aikido, 
ninjutsu, judo, jiujutsu) siendo que el primero remite a un camino bajo un orden ético y 
moral, mientras que el segundo, lo hace en base a la búsqueda de la eficiencia de 
combate. 
Las sociedades orientales adoptaron el Do como una forma de vida en su 
cotidianeidad y son lo que de manera genuina son verdaderas artes marciales en 
esencia ¿por qué es esto? La no existencia de la competencia y, por lo tanto, el 
deporte, hacía que sean un fin de auto cultivo en la vida, su fin era verdaderamente 
para uno mismo o para los demás. La pregunta sería ¿quién vive hoy estrictamente de 
esa forma en las sociedades occidentales? Se podría decir que hoy nos encontramos 
con formas de Budo moderno y que estas “se asemejan más en la técnica que en el 
espíritu a las artes marciales clásicas. Una de las causas es que las disciplinas 
modernas se centran en el individuo, en lugar de la preocupación del grupo por su 
propia protección.7 (Miguel Villamon Herrera, 2006, pág. 3). Observemos además le 
fecha de origen de las llamadas artes marciales (Judo 1882, Taekwondo ITF 1955, 
Taekwondo WTF 1973). No remiten a épocas antiguas, sino ya momentos históricos 
en los que el deporte surgía o ya estaba inscripto en la sociedad. Nacen junto con el 
deporte, por lo tanto, al incluir la competencia en estas, el sentido cambia. ¿Se podría 
decir que estás prácticas son deportes atados a códigos morales? Hasta me atrevo a 
plantear la hipótesis de que, si son estos los que han ayudado a la visión de juego 
limpio en los deportes, bajo ciertas normas morales. Los cursos de perfeccionamiento 
de estas disciplinas ¿renuevan sus aspectos actitudinales y filosóficos, o sólo se 
limitan a la actualización técnico/táctico en pos de las competencias y los reglamentos? 
Observemos el caso del Taekwondo ITF. En las competencias comunes, hay dos tipos 
de competencia: en lucha/combate y las formas (tul). Estás últimas representarían una 
lucha imaginaria con diversos adversarios haciendo uso de técnicas, es decir, sería el 
 
7 Los autores toman las palabras de otro autor llamado Draeger (1974), quien hace alusión a 
plantear que ninguna de estas disciplinas es, en sentido estricto artes marciales o formas 
marciales genuinas. 
20 
 
“jutsu” del taekwondo, el uso de técnicas no regladas para la eficiencia de un combate. 
En los torneos, se compite realizando una forma cada competidor, observando quien 
la realiza mejor en base a criterios técnicos. Son pocas veces o excepciones las veces 
que en las clases de ponen en prácticas estás técnicas con la finalidad de “auto 
defensa”, sino que se practican de manera individual y aislada, en lo que se lo podría 
comparar con una coreografía o secuencia de movimientos. En otras disciplinas 
también se compite con la misma modalidad. Es por esta razón que hoy en día 
considero que es complejo hablar artes marciales “puras”, ya que muchas prácticas se 
encuentran enmendadas por la competencia; pues el sentido que las llamadas Artes 
Marciales la excede; es más, esta no debería estar presente, sino que responden a 
una forma de entender el mundo e incorporarlo para la cotidianeidad. Considero que 
este proceso competitivo ha transformado al objeto en lo que hoy conocemos como 
deporte, dejando a un lado sus preceptos morales (DO). Cabe aclarar que menciono 
a la práctica como objeto, y no como lo viven los sujetos, ya que buscar esa realidad 
implica otro tipo de trabajo. Debo mencionar que en muchas de estas disciplinas que 
no sólo compiten en situación de combate, sino también en formas (aclarado más 
arriba) o roturas de madera (ya sea en poder o agilidad). Estas formas de competencia 
no pueden ser parte de la categoría “deportes de lucha”, ya que no cumplen con las 
características de estos (por ejemplo: el blanco no es el cuerpo del oponente, sino, por 
ejemplo, una madera a romper). Pensando en la situación en la que se encuentran 
estas prácticas y su relación con el deporte, cabe mencionar que hay excepciones, 
como pueden ser el Aikido o el Ninjutsu, que no tienen un apartado competitivo ni se 
basan principalmente en él, mantienen su esencia lo más pura posible También 
advierto que la profundidad en el análisis del tema escapa a la extensión del presente 
trabajo, para dar respuesta a este cruce epistemológico que, a mi criterio, hoy está 
asomándose en el horizonte. 
 Para cerrar este escrito, valdría la pena, cómo posible futura investigación, la 
diferenciación entre el objeto analizado (conocidos como “Artes Marciales”) y los 
sujetos que los practican, ya que no se encuentra contemplado en este trabajo. 
 
21 
 
I.3. Criterios para caracterizar a los deportes de lucha 
En la primera parte de este capítulo se hizo una aclaración central sobre los 
deportes de lucha. Estas son un conjunto de prácticas deportivas que cada una de 
ellas se distingue por su reglamento y características propias, pero así también rasgos 
comunes que permita agruparlas bajo distintos criterios. Está distinción tiene, a mi 
criterio, dos fines importantes: por un lado, ayuda a los lectores (principalmente a 
aquellos que no son conocedores del tema) a tratarlas de forma más amplia y 
diferenciarlas fácilmente de acuerdo a sus modalidades o institucionalización; en 
segundo lugar, ayuda a poder establecer secuencias de trabajo pedagógico en un 
ámbito formal, partiendo desde una postura global y que pueda, poco a poco, ir 
especificándose en base a una práctica elegida. Esto último ocurre con la primera 
forma de caracterizar estos deportes, siendo la que principalmente usamos quienes 
presentamos estos contenidos en las clases de Educación Física. Esta investigaciónmuestra tres posibilidades de agrupar los deportes de lucha: por su modalidad de 
combate, por su forma de institucionalización y por el sentido de su práctica. 
 
I.3.a. Modalidad de combate 
Este criterio es el que más se hace notar en los distintos autores, siendo la 
clasificación más clásica que podemos encontrar. Esta forma de distinción presenta 
una separación y distinguible en las prácticas deportivas de lucha, ya que se base en 
las “Situaciones de combate (golpes/toques, proyecciones/derribos, inmovilizaciones, 
luxaciones, estrangulamientos), y representan las acciones esenciales de finalización 
que diferencian las prácticas de lucha” (Figueiredo & Avelar , 2009, pág. 47) Para 
profundizar está clasificación, se hace referencia a dos trabajos. Uno es el realizado 
por Guillermo Torres Casado, quien trabaja con el concepto de Unidad Motriz 
Luctatoria (UML). Más allá de no coincidir en el uso de la palabra Motriz (podría 
reemplazarse por unidad de movimiento luctatorio o unidad motora de lucha), lo 
interesante es que hace un desglose de posibles acciones que se encuentran en los 
distintos tipos de lucha. Define a la UML como “aquellos actos motrices que han 
perdido el componente específico propio de la técnica de los deportes de lucha 
conservando su potencial educativo” (Torres Casado, 1990, pág. 13). Considero 
reemplazar la idea de que los movimientos “pierden” su técnica, pues los movimientos 
deben desarrollarse de una forma determinada (no da lo mismo realizarlos de cualquier 
forma); sino pensarlos como movimientos que tienen relación con las posibles 
situaciones de combate de manera global. El autor divide a las UML en primarias 
22 
 
(agarre y contacto) de las cuales se desprenden las secundarias (correspondiendo 
tirar, empujar, derribar, inmovilizar, volcar y caer a la primera; y tocar con miembros 
superiores, inferiores, con elementos, esquivar y parar a la segunda). El segundo 
trabajo corresponde a la investigación realizada por Bruno Avelar y Abel Figueiredo, 
quienes trabajan con el concepto de saber luchar, entendido este saber cómo “aquella 
capacidad que permite al deportista solucionar diversas situaciones que se suceden 
durante un combate, independientemente de los modelos técnicos de ejecución que 
caracterizan las diferentes modalidades y cuyo conocimiento institucional impone 
determinadas restricciones” (2009, pág. 46). Teniendo en cuenta las aclaraciones 
anteriores, según las formas de modalidades de combate que hay podemos encontrar 
cuatro aristas. 
 
• Deportes de lucha de agarre: se consideran de esta forma a aquellas 
prácticas luctatorias que se caracterizan por hacer uso de movimientos que se 
desprenden de la categoría de agarre, siendo estos los derribos, las palancas, 
volcar, lanzamientos, estrangulamientos, inmovilizaciones e inversiones. El 
combate, dependiendo de la práctica, desenvolverse tanto con los luchadores 
de pie (ambas plantas o una planta del pie tocando el suelo) o “en el suelo” 
(otra parte del cuerpo que no sean los pies apoyada sobre el área de lucha). 
Cada práctica, de acuerdo a su reglamento, pondrá las condiciones para el 
desarrollo del combate en el suelo (por ejemplo, en Judo, la lucha en suelo se 
desarrolla durante un minuto). En algunos casos, como el Judo o el Jujutsu8 
brasilero (BJJ), el uniforme, llamado Kimono o Gi, puede ser utilizado como 
elemento de ataque y defensa. El objetivo de este tipo de luchas se consigue 
por tres vías: sumatoria de puntos (de acuerdo a situaciones y uso de técnicas 
permitidas por el reglamento), por sumisión o finalización (el uso de una técnica 
que, por su validez o por si su continuidad pone en peligro al oponente, 
teniendo este último, en este caso, que manifestar su rendición, tocando más 
dos veces o más al adversario, el suelo, al árbitro o mediante un grito), termina 
el combate antes del tiempo reglamentario. A modo de ejemplo se citan dos 
situaciones: un lanzamiento en Judo en el cual el oponente toca con ambos 
hombros sobre el área de lucha – situación conocida como Ippon; o en Jujutsu 
brasilero una palanca en la zona del codo que, en caso de continuarse, puede 
 
8 En Argentina es muy común identificarlo como JiuJitsu Brasilero. En el presente trabajo se lo 
intenta identificar como Jujutsu, siendo que este fue el término japonés inicial (Ju: suavidad, 
jutsu: eficiencia técnica) 
23 
 
provocar una lesión), o por descalificación del oponente (acciones 
antirreglamentarias y antideportivas, poner en peligro al oponente con 
movimientos no permitidos, reiterados llamados de atención y faltas menores). 
La distancia de combate en este tipo de prácticas luctatorias es caracterizada 
como “corta” o “nula”, en las cuales el contacto con el oponente es constante y 
necesario para cumplir el objetivo. A modo general, existen ciertas acciones 
que no están permitidas: no se puede utilizar ningún tipo de golpe de manera 
intencional, generar presión sobre zonas sensibles (cómo los ojos o los 
genitales), realizar luxaciones sobre la zona cervical, no se puede hablar 
durante el combate. Dentro de las prácticas más reconocidas culturalmente y 
en el ámbito de la lucha se encuentran el Judo, la Lucha Grecorromana 
(derivada de la Lucha Libre Española), Jujutsu Brasilero, 
Submission/Grappling. 
 
• Deportes de lucha de golpeo: las prácticas de lucha de este tipo se 
desprenden de la categoría de contacto y utilizan para su combate el uso de la 
distancia media, es decir, que existe una separación entre ambos oponentes 
de manera tal que el contacto se produzca con las extremidades del cuerpo 
(brazos y piernas). Esto se debe a que, en este tipo de prácticas, el blanco 
debe ser impactado con las extremidades del cuerpo, ya sea los puños, pies 
(patadas), codos, rodillas o tibia. La situación de combate se lleva siempre con 
ambos luchadores de pie (ambas plantas o una de ellas tocando el suelo), en 
el caso de producirse una caída, la lucha se detiene para que ambos 
luchadores se encuentren de pie. Cada práctica con su respectivo reglamento 
marcará que golpes pueden ser realizados, con qué parte del cuerpo (por 
ejemplo; en el caso del Boxeo es sólo con los puños, en Taekwondo (TKD) 
WTF se pueden utilizar las piernas) y a qué zona (continuando el ejemplo 
anterior, el Boxeo sólo permite golpes de la cintura hacia arriba en la zona 
frontal, mientras que el TKD WTF puede impactar con sus patadas en la zona 
dorsal, pero los golpes de puño son exclusivamente en la zona del pecho). El 
objetivo de dichas prácticas puede lograrse de tres formas: por sumatoria de 
puntos (generados por el uso correcto de los golpes permitidos en zona 
válidas), por Knock Out – KO – (situación en la cual se hace uso de un golpe 
de forma tal que el oponente no pueda continuar con el combate) o por 
descalificación (golpes en zonas no permitidas, acciones de peligro, agarres 
intencionales, actitud antideportiva). Así como en las prácticas de agarre, hay 
24 
 
ciertos aspectos generales que no están permitidos en estas prácticas de 
lucha: no se puede golpear en la zona genital, la cabeza no puede utilizarse 
como medio de ataque, si un oponente cae el ataque debe cesar, los agarres 
no son permitidos (salvo raras excepciones poco conocidas – como el K1- o el 
“clinch” de Boxeo), los peleadores no pueden hablar durante la pelea (en caso 
de querer manifestar algo se debe levantar la mano y mirar al árbitro). Dentro 
de estas prácticas podemos encontrar el Boxeo, Taekwondo ITF, Taekwondoo 
WTF, Kick-Boxing/Full contact/ Muay Thai (si bien no son iguales, comparten 
la mayoría de sus aspectos y tienen un origen común), Karate-Do 
 
• Prácticas de lucha mixtas: existe una tercera modalidad que combina 
características de los criterios antes mencionados. Las distancias de combate 
hacen una variación constante entre la distancia nula y media. Cada luchador 
tiene permitido ejecutardeterminados movimientos derivados de golpes y 
agarres dentro del mismo combate, tanto de pie como en el suelo. Dependiendo 
del deporte, una vez que la acción es llevada al suelo, se hace uso tanto de 
golpes como agarres, o de agarres únicamente. Las prácticas más conocidas 
actualmente son las Artes Marciales Mixtas o, de forma resumida, MMA 
(terminología que considero que debe ser puesta en cuestión, pues dicha 
práctica deportiva tiene muy poca identificación con las ideas o pensamientos 
de las artes marciales), el Jujutsu japonés/tradicional o el Sambo de Rusia. 
Aquí la forma de lograr el objetivo abarca todas las posibilidades de las dos 
modalidades anteriores, es decir, sumatoria de puntos, knock out, knock out 
técnico o finalización/sumisión. 
 
• Prácticas de lucha con elementos: este tipo de prácticas se caracterizan por 
derivarse de la categoría de contacto, en este caso, con elementos o 
implementos. Su distancia de combate es larga, ya que el contacto se genera 
con un elemento que es externo al cuerpo de los luchadores. Los elementos 
utilizados cumplen el rol de ser un arma simulada. En muchos casos, se usa 
cantidad mayor de protección, conformada por chalecos y mascarás, ya que el 
uso de elementos contundentes hace que los golpes sean de mayor riesgo si 
se generase un impacto limpio. En el caso de estas prácticas, no fueron motivo 
de investigación por dos razones: por una parte, mi saber es muy limitado con 
respecto a las mismas ya que no han sido practicadas un tiempo ínfimo; y, por 
25 
 
otro lado, a grandes rasgos, no se observa una valoración cultural significativo 
en nuestra sociedad como para abordarlas desde la formación en Educación 
Física. 
 
I.3.b Institucionalización 
 Como se dijo anteriormente, la clasificación precedente es la más utilizada por 
los distintos autores y la que, a mi criterio, hace más comprensible las distintas formas 
de lucha que hay dentro del conjunto de las prácticas de lucha. De todas formas, 
existen otras formas de clasificarlas. Cesar Páez (profesor de Judo, INEFC – 
Barcelona) y Joan Carreras (Licenciado en Educación Física) presentan, en una 
investigación expuesta en 1997, la posibilidad de hacer otra clasificación, posterior a 
haber presentado la ya mencionada. En este caso, su trabajo consistía en buscar 
contenidos para la nueva asignatura: actividades y deportes de lucha. Manifiestan en 
su artículo que 
ante la imposibilidad evidente de impartir todas las actividades y los 
deportes de lucha existentes, ha sido indispensable hacer una selección 
de estas y por eso hemos buscado las que nos puedan aportar un mayor 
“valor educativo” (…) independientemente que cualquier modalidad 
adecuadamente concebida e impartida puede alcanzar un elevado valor 
pedagógico” (1997, pág. 108) 
 
De esta forma, generaron una clasificación que, podría decirse, abarca las prácticas 
desde un estado de institucionalización, por lo que las dividen en tres posibilidades. 
Cabe aclarar que las prácticas que se mencionan al finalizar cada clasificación 
corresponden con la incidencia que pueden tener en nuestra cultura, y no son 
necesariamente las mismas que el artículo. Además, las prácticas de lucha 
(principalmente el Judo) muchas veces forman parte de los curriculum de España. Es 
importante destacar que este estudio marca un puntapié importante ante la selección 
de los deportes de lucha en su heterogeneidad, priorizando el reconocimiento olímpico, 
la demanda social y la incidencia de las artes marciales, pudiendo diferenciar: 
• Prácticas de lucha Olímpicas: los juegos olímpicos son una tradición de 
incidencia mundial, los cuales confieren al deporte el status más alto para 
muchas culturas. Todas las prácticas deportivas que se hacen presente en 
dicha tradición pueden ser consideradas de tener un fuerte valor cultural, 
motivo por el cual considerar que están sean ensañadas e impartidas en las 
distintas modalidades y niveles educativos (incluida la formación docente) es 
necesario. Dentro de las prácticas mencionadas anteriormente que 
26 
 
corresponden a este criterio encontramos el Judo, Boxeo, Taekwondo WTF, 
lucha Grecorromana. 
 
• Deportes de lucha de demanda social significativa: aquí se encuentran 
aquellas prácticas si bien no se encuentran dentro de la institucionalización 
olímpica, su práctica es recurrente y son conocidos por la sociedad en general. 
Actualmente su práctica por parte de los practicantes se puede remitir a saber 
un deporte de lucha pero que no mantenga la filosofía de las artes marciales, 
saber defenderse o realizar una actividad para el fitness, es decir, el estado 
físico. Aquí podemos nombrar el Kick Boxing, Full Contact, Jujutsu Brasilero, 
Submission/Grappling. 
 
• Artes Marciales (kobudo / arte marcial moderna): tienen su origen como 
prácticas antiguas en Oriente, en las cuales el hombre utilizaba su cuerpo para 
combatir y mantenían un criterio filosófico de vida para quienes lo practicaban. 
Si bien ya se ha realizado un apartado sobre Artes Marciales y su diferenciación 
con los Deportes de Lucha, el estudio sobre el cual se sustenta está 
clasificación distingue las Artes Marciales y aclara que con la aparición de lar 
armas de fuego muchas se han extinto o dejado de practicar, pero que aquellas 
que han “subsistido” se conservan de forma pura. Así mismo, adhiere 
principalmente a aquellas de origen japonés, pues sostiene que son aquellas 
que más se han refinado. Es destacable que no involucra muchos deportes que 
para el público en general se ven como artes marciales (como el Taekwondo 
Olímpico), salvo con el Judo. Nombra prácticas que podrían mantener su 
marcialidad lo más fiel posible, como e Kenjutsu o el Sumo, entre otras. De 
todas formas, como desconozco por el momento de manera extensiva estas 
prácticas, sólo se hace la mención. 
Cuadro resumen 
 Institucionalización 
Modalidad 
Olímpico Otros deportes de 
lucha 
Artes 
Marciales 
Agarre Judo - Lucha 
Libre olímpica / 
Grecorromana 
Jujutsu Brasilero- 
Submission/Grappling 
Aikido 
Sumo 
27 
 
Golpeo Boxeo- 
Taekwondo 
WTF 
Full contact - Kick 
Boxing - Muay Thai- 
Taekwondo ITF 
Ninjutsu 
Con elemento9 Esgrima Kali - Kendo 
Mixto M.M.A. - Vale tudo- 
Sambo 
Jujutsu 
Japonés 
I.3.c Sentido de su práctica 
 Como tercera alternativa, tal vez un poco más aislada a lo que se buscó en la 
investigación pero que dé a conocer otros aspectos de las prácticas de la lucha, es el 
estudio por el sentido que se le otorga según quienes las practican. Dicha clasificación 
se puede percibir del estudio realizado por Raul Sanchez Garcia, quien mantiene una 
mirada más que desde el deporte como eje central, desde la sociología, haciendo una 
relación entre el concepto de habitus y clase social en Bourdieu con las prácticas de 
lucha (mencionadas por el autor como deportes de combate). Si bien este estudio 
indaga los deportes de lucha desde los sentidos que le pueden atribuir quienes los 
practican, más allá de ver si hay posibilidades educativas en estos, resalto la idea de 
que 
si el habitus se entiende como una especie de relación natural (el estar 
a gusto) con la propia corporeidad, partimos del hecho de que para que 
alguien practique alguna actividad (en este caso, deportes de combate), 
debe existir cierta coherencia entre el habitus del participante que entra 
en la actividad y lo que allí encuentra (…) en el caso de la práctica de los 
deportes de combate, debe haber sintonía en lo referido a los niveles de 
contacto físico aceptable” (Sánchez García, 2008, págs. 105 - 106) 
Esta idea ayuda a entender el gusto o adhesión no sólo a las prácticas lucha, sino a 
cualquier práctica en general; si el habitus no coincide con la práctica que se presenta 
ocurrirá el abandono, o en el caso de situaciones prescriptivas, como los ámbitos 
educativos formales, la costosa predisposición para asimilar la práctica.De acuerdo a 
este estudio, se pueden presentar cuatro modelos de entender a las prácticas de lucha; 
cabe destacar que los modelos no son excluyentes a las prácticas, es decir, pueden 
existir prácticas que se encuentren en más de un modelo. 
 
• Amateur: prácticas que se instauran como deporte para aficionados, en las 
cuales la competencia no es remunerativa. Se engloban principalmente 
 
9 La práctica conocida como “Lucha Medieval” no es tomada dentro de este cuadro debido a 
su reciente surgimiento 
28 
 
aquellas prácticas de carácter olímpico. El deporte amateur es que a veces 
puede presentar ciertas dificultades para los deportistas ya que su meta es 
alcanzar al deporte profesional, influyendo sobre la agresividad de los 
peleadores. 
 
• Deporte profesional y espectáculo: se caracterizan por la competencia 
remunerada y reconocidos regularmente en los medios masivos de 
comunicación, dando la posibilidad al luchador de hacer del deporte su fuente 
de trabajo. Es importante que responda a la demanda de los espectadores, ya 
que son quienes “consumen” y sienten la “tensión” de los combates. 
 
• Prácticas utilitarias y/o Artes Marciales “Jutsu”: refiere a las prácticas cuyo 
objetivo es la eficiencia en los combates no reglados, cuyo objetivo es 
estrictamente la defensa personal, ya sea en el ámbito civil, policial o militar. 
 
• Prácticas de “autocultivo” y/o las llamadas Artes Marciales “Do”: el autor 
las refiere a “deportes para todos” o “fuente de disfrute”, son aquellas prácticas 
cuyo fin es acompañar a la formación del sujeto y que forme parte de él. A 
diferencia del amateur, no se condiciona por su apartado competitivo 
exclusivamente ni busca un fin utilitario, sino tener un saber sobre la práctica. 
El autor plantea que generalmente en estos casos encontramos gente con un 
elevado capital cultural y estabilidad económica. 
29 
 
Capítulo II 
Tríada 
Violencia – Educación - Deportes de lucha 
 
II.1. La concepción de violencia en los deportes 
Se considera que uno de los aspectos que tal vez más condiciona este tipo de 
prácticas en la cotidianeidad de los ámbitos educativos formales es su tácita relación 
con la violencia que pueden manifestar en su hacer. Si bien habría que hacer un trabajo 
más profundo sobre la interpretación que pueden tener los profesionales de la 
educación en general, y de educación física en particular, sobre la violencia en relación 
a estas prácticas. De todas formas, este primer apartado busca marcar de forma 
conceptual que la violencia que se presenta en estas prácticas corresponde a un solo 
tipo de violencia (concepto que muchas veces es generalizado o siempre prejuiciado), 
y que ésta se encuentra regulada por los reglamentos de competencia. Para poder 
abarcar la temática desde este enfoque, se toma como guía principal el trabajo 
realizado por Elias Norbert y Eric Dunning en “Deporte y ocio en el proceso de 
civilización” (1986). En una primera parte, se busca esclarecer los distintos 
mecanismos de violencia que encontramos para luego ver la relación que se pueda 
establecer entre con los deportes de combate, su diferenciación con formas de lucha 
de tiempos anteriores y los factores que pueden hacer que una práctica deportiva de 
combate pueda tener más aceptación que otra. 
Dunning sostiene que uno de los temores más grandes que se presentan a las 
sociedades actuales es el miedo a pensar que cada grupo y estrato social presenta un 
nivel mayor de violencia en relación a años anteriores y tiene la tendencia a superarse 
años posteriores. El autor manifiesta que “una parte no insignificante de la creencia de 
que vivimos en una era excesivamente violenta es el sentimiento generalizado de que 
la violencia aumenta cada día más en y en relación con los deportes” (1992, pág. 271), 
por lo tanto abre la puerta a la hipótesis de que el deporte es un agente más de la 
cultura afectado por la violencia, y no que el deporte se torna más violento por una 
“evolución propia”, influenciado tal vez por las condiciones económicas, las presiones, 
la no regulación del “enfrentamiento ficticio” entre otros. En el caso del concepto de 
violencia, se deben realizar diversas distinciones que permitan abarcarlo en su 
30 
 
complejidad. Entre las distinciones más relevantes a la investigación encontramos: la 
violencia real (que haya formas de asalto físico directo) o expresiva/simbólica (gestos 
verbales o no verbales); que la violencia se manifieste como juego (ritual) o seria (real/ 
no ritual); que la violencia sea legítima (se sostenga sobre un código de reglas, normas 
y valores) o no; que la violencia sea racional (utilizada como un medio para asegurar 
un logro) o que el fin sea la violencia misma (es decir, que esta sea generadora de 
placer). 
Hecha la distinción, y de forma de hacer una simplificación propia a fin al 
trabajo, se podría llegar a plantear dos tipos de violencia: por un lado, hay una violencia 
que es ficticia, ritual, jugada que se rige bajo ciertos parámetros socialmente aceptados 
en base a cierto nivel de tolerancia; por otro, hay una forma de violencia intencional y 
seria, que puede ser real o expresiva/simbólica, cuyo fin es la violencia misma, alejada 
de los valores socialmente aceptados. 
La primera forma mencionada es la que encontramos no sólo en los deportes 
de lucha, sino en todas las prácticas deportivas, ya que todas suponen un 
enfrentamiento ficticio con un individuo o grupo opositor de acuerdo a una determinada 
estructura o patrón. Elías alude a que una de las principales causas de la manifestación 
del deporte en la sociedad corresponde a un “un proceso civilizador”. De forma general 
y sucinta, este proceso es marcado por el hecho de que la sociedad comienza a inhibir 
y sancionar los impulsos violentos en la resolución de conflictos. Esto se ramifica en 
otros ámbitos de la sociedad, como ocurre con el caso de los juegos. Es entonces que 
ocurre un proceso no planificado, en el que los individuos buscan mantener el equilibrio 
entre la buena conducta y la necesidad de estar en un estado de tensión (podría 
decirse adrenalina) y que no influya o traspase las normas de convivencia vigentes. 
Por tal motivo, poco a poco, comienza a fomentarse la competencia y reglamentación 
en distintas prácticas (como la caza de zorros, los juegos y las luchas mismas). Las 
prácticas que prevalecieron, de forma intencional o no, fueron adaptándose a los 
niveles de violencia tolerados por los nuevos estándares civilizadores. En el caso 
puntual de los deportes de lucha, Dunning nombra sólo al Boxeo, juntos con el rugby 
y el futbol, “la violencia en forma de lucha en juego o de batalla fingida entre dos 
individuos o grupos, es un ingrediente central. Tales deportes son espacios para la 
expresión ritualizada y socialmente aceptada de la violencia física” (1992, pág. 274). 
Tanto luchadores y, principalmente, espectadores, son conscientes que quienes 
compitan intercambiarán distintas formas de golpes o situaciones de agarre el uno con 
el otro. Es muy difícil creer que luchadores que reciban miles o millones de dólares por 
una contienda, sean verdaderamente “enemigos”, sino más bien, rivales del juego. La 
31 
 
gran mayoría de estas prácticas hoy se ven sumamente influenciadas por dicho 
“proceso civilizador”, lo que ha hecho que tanto desde el espectáculo como la cantidad 
de personas que las practican sea elevado. Dentro de los aspectos que podemos 
nombrar como “civilizadores” encontramos: 
o La presencia de un reglamento escrito formal que regule y controle las 
competencias, de manera que el cuidado del individuo sea una prioridad (uso 
de guantes, permitir zonas puntuales para realizar los golpes, evitar palancas 
en zonas de riesgo, no golpear al adversario caído, por nombrar algunas) 
o El reglamento manifiesta las sanciones que se establecerán en la competencia 
en caso de infligir, romper o violaruna regla. Las sanciones son 
correspondientes a la peligrosidad en la que se pone al rival en caso de una 
ruptura reglamentaria, estableciendo niveles (en Taekwondo ITF, por ejemplo, 
hay sanciones leves ocasionada golpes no permitidos sin intención, sanciones 
intermedias por golpes realizados a zonas no permitidas de forma intencional, 
y la descalificación directa en el caso del “exceso de contacto”) 
o La presencia de distintas instituciones que centralice, elabore, modifique y haga 
cumplir el reglamento. 
o En el caso particular de los deportes de lucha, se podría plantear la hipótesis 
de que la influencia de las Artes Marciales o Budo, con su corriente oriental, o 
mejor dicho, la presencia de prácticas deportivas con influencia marcial, han 
ayudado a que sean vistos como lo que son, una lucha ficticia, y no como una 
pelea real en la que el objetivo sería lastimar. 
De todas formas, como sostiene Dunning con el rugby, adhiero a que si bien 
están prácticas poseen un nivel de violencia aceptado y se encuentran en un estado 
“civilizado”, no dejan de ser prácticas “agresivas” en su forma o más intensas que otras. 
Aclaro esto por dos motivos: puede presentarse con más frecuencia alguna lesión, 
generalmente en forma de accidentes, como en toda práctica deportiva, pero es 
factible ya que el blanco es la persona; y que, también como cualquier deporte, no 
escapa a la posibilidad de que esa violencia ritual se convierta en no ritual, más que 
en el ambiente profesional, se podría observar en el ambiente amateur que, más que 
buscar el autocultivo, tiende a alcanzar el profesionalismo, de forma que el oponente 
es el bloqueo o la prueba al “ascenso”. Para cerrar y reforzar a este tema, me gustaría 
citar a Dunning en un apartado que manifiesta los condicionantes a que la violencia se 
vea desbordada. 
32 
 
…en las sociedades con una elevada presencia de lazos funcionales, los 
deportes altamente combativos como el rugby, el fútbol y el boxeo 
forman un enclave social con formas de violencia concretas socialmente 
permitidas. Tales deportes son luchas fingidas ritualizadas y civilizadas 
en las que el empleo de la fuerza física queda circunscrito por reglas y 
convenciones a más de ser controlado, de manera inmediata, por 
funcionarios como los árbitros y, en un nivel superior, por los comités y 
tribunales establecidos por los organismos de dirección pertinentes 
nacionales e internacionales. Sin embargo, a medida que aumenta la 
presión competitiva en estos deportes, sea porque quienes los practican 
compiten por recompensas extrínsecas como una remuneración 
económica o el honor de ganar un trofeo, sea porque los grupos locales 
o nacionales a quienes representan los presionen para ganar, la 
importancia de la victoria tenderá a crecer y, consiguientemente, también 
lo hará la tendencia de los jugadores a romper las reglas como una 
táctica deliberada. Como parte de esta táctica, tenderán a usar la 
violencia indebidamente en aquellas situaciones en que crean que es 
baja la posibilidad de que los descubran o tras calcular que el riesgo de 
ser castigados por las faltas cometidas no disminuirá significativamente 
las posibilidades de conseguir sus objetivos a largo plazo, sean 
personales o del equipo en general. (1992, pág. 287) 
 
 Aclarados los primeros dos puntos de este apartado (concepciones de violencia 
y su relación con los deportes de combate), se proseguirá a marcar las 
diferenciaciones que tenían las formas de lucha antiguas con lo que conocemos hoy. 
Si bien entiendo que Elías considera un error buscar en un origen ancestral a los 
deportes, ya que estos como agente o artefacto cultural surgen en el siglo XVIII, la 
gran mayoría de los escritores del tema tienden a marcar un origen de estas 
características, principalmente en aquellos de incidencia oriental; por ello creo que 
puede ayudar a entender que los combates antiguos poco tienen que ver con los 
deportes de lucha hoy, más sólo, tal vez en algún aspecto de su hacer. Hay que 
centrarse en que las formas de lucha previa a los deportes era eso mismo, formas de 
combate cuya función era principalmente más técnica o utilitaria en relación a una 
demanda social (guerra, juegos tributarios, búsqueda de armonía en la dualidad 
mente-cuerpo). Podemos encontrar muchas formas de lucha antiguas, siendo algunas 
formas el pancratio, la culisis o el Jujutsu, Kendo, Soo Bak Gi. Vale la pena realizar 
algunas aclaraciones. Resulta imposible mencionar todas las formas de lucha 
antiguas, pues se supone que cada civilización desarrolló su propia forma de lucha o 
sistema de defensa. Sin embargo, es propenso decir que cada sociedad asignaba un 
valor o sentido diferente a la lucha. La cultura occidental antigua, que tiene su cuna en 
Grecia, utilizaba las luchas como parte de entretenimiento del pueblo (pancratio, por 
ejemplo); los combates se desarrollaban con mínimas o ninguna reglamentación y se 
presentaban heridas de gravedad, mientras más violentos eran los luchadores, mayor 
atracción existía. La cultura oriental desarrolla sistemas de lucha pensados para la 
33 
 
defensa de sus tierras o emperador. Más allá de que hay documentación de algunas 
competencias (en las cuales también había enfrentamientos de tiro de arco u otros), el 
sentido de la lucha era de defensa, pero como servicio (aunque eso no eximía que 
hubiese disputas que se resolviesen en un enfrentamiento, como ocurría con los ronin 
–samurái sin Shogun-). Pero la cultura oriental ve en sus sistemas de defensa una 
forma de reconocimiento y de identidad, atado a principios de “honor” o “ética”10, es 
decir, quienes combatían debían respetar ciertos valores en su cotidianeidad. 
Independientemente de que en lo que respecta a su implementación pueden 
presentar diferencias, también comparten ciertas características similares en su forma. 
En las luchas griegas los combates no eran simulados, sino reales, pues no había 
reglamentación (o lo era muy rudimentaria de acuerdo a costumbres de cada ciudad), 
como tampoco un tercero regulador del combate (árbitro). Los ataques eran permitidos 
con cualquier parte del acuerdo y hacía cualquier parte del cuerpo, y las lesiones 
graves e incluso la muerte eran frecuentes. Se confiaba más en la fuerza y masa que 
en las técnicas, pues había roturas de dedos, cortes utilizando las uñas y hundimiento 
de los ojos con los dedos, condiciones impensadas hoy en día. Existía una forma de 
rendirse (levantando el dedo índice o dos dedos hacía el oponente), pero a veces, era 
preferible la muerte. Los combates eran aguerridos, de corta distancia, ya que 
retroceder daba a entender cobardía. En el caso de las formas de lucha orientales, de 
manera muy global, tomamos el uso del jujutsu japonés, el kendo o kenjutsu. Si bien 
las raíces de los sistemas de lucha orientales se supone que se originan en India, para 
luego desarrollarse en China, se estima que es en Japón donde llega a un nivel de 
desarrollo mayor, tanto en su hacer. Hay que recordar que el término jutsu remite a un 
sistema que debe ser efectivo en su utilización. El uso de las armas blancas, conocido 
como kendo o kenjutsu (el kanji final marca su intencionalidad), también formó parte 
importante en sus formas de lucha. Los guerreros samurai utilizaban estos dos 
sistemas. Estimando que el Kenjutsu se desarrolló primero, los guerreros luego 
tuvieron que generar una forma de lucha que sea acorde al uso de las armaduras, por 
lo que el jujutsu consistía en técnicas concisas, determinamos golpes de pie y mano, 
con cierto uso de llaves, para continuar la lucha una vez desarmado. En la época de 
Japón feudal las luchas podían ocurrir, principalmente por dos motivos: en la defensa 
del Shogun o Emperador en las guerras, o en rivalidades individuales, sean 
espontaneas o no. Esta breve explicación permite tres aspectos de las formas de lucha 
 
10 Se los coloca de esta forma ya que el Jutsu

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