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QUÉ SIGNIFICA HABLAR_-BOURDIEU - Javier Alejandro Solís Roque

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Maquera: RAG
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en to do a en parte, una obra literaria, artfstica a cientifica fijada
en cualquier tipo de soporte sin la precepriva autorizacion.
PIERRE BOURDIEU
GQUE SIGNIFICA
HABLAR?
1.' edicion: 1985
2.' edicion: 1999
3.' edicion- 2001
© Ediciones Akal, S.A., 1999: 2001
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - Espana
Tel.: 91 8061996
Fax: 91 804 40 28
ISBN: 84-7600-050-2
Deposito legal: M-40.574-2001
Imprcso en Materprinr, S.L.
Colmenar Viejo (Madrid)
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INDlCE
INTRODUCCION 6
1. ECONOMIA DE LOS INTERCAMBIOS LINGDISTl-
COS 9
1. La produccion y reproduccion de la lengua legitima 17
2. La formaci6n de precios y la prevision de beneficios . 40
II. LENGUAJE Y PODER SIMB6LICo 63
1. Ellenguaje autorizado: las condiciones socia1esde la
eficacia del discurso ritual 67
2. Los ritos de instituci6n 78
3. La fuerza de la representaci6n 87
4. Describir Y prescribir: las condiciones de posibilidad
y los limites de 1a eficacia politica 96
III. ANAuSIS DE DlSCURSoS 105
1. Censura y formalizaci6n 109
2. El discurso «importante»: algunas reflexiones socio-
logicas sobre «Algunas observaciones criticas en tor-
no a "Leer el Capital"» 134
3. La retorica del cientifismo: contribuci6n a un anali-
sis del efecto Montesquieu 152
5
INTRODUCCION
En. el ensayo. para. introducir en Filoso/fa el concepto de magnitud
negativa, Kant imagma un hombre de diez grados de avaricia que se
esfuerza en doce grados en amar a su projimo mientras que otro, avaro
de tres grados, y capaz de una intencion similar de siete grados, pro-
duce una accion generosa ?e cuatro grados; para concluir que el pri-
mero es moralmente supenor al segundo aunque.snedido por el acto
-dos, grados contra cuatro-, sea indiscutiblemente inferior. Quiza
?ebenamos som~ter ~ un,a?aIisis aritrnetico semejante los meritos para
juzgar los trabajos cientificos ... Las ciencias sociales, sin lugar a du-
das, estan al lade del avaro de diez grados y seguramente se tendria
una apreciacion mas justa de sus meritos si se supiera tomar en cuen-
ta, como Kant, las fuerzas sociales sobre las que deb en triunfar. Lo
q~e nunca ~s tan.cierto como cuando se trata del objeto de esa disci-
plina cuyo impeno se ejerce sobre el conjunto de las ciencias sociales
esa lengua una e indivisible, fundada, segun Saussure en la exclusion
de ~oda vari~ci6n social in~erente, 0, segun Chomsk;, sobre el privi-
legio concedido a las propiedades formales de la gramatica en detri-
mento de las coerciones funcionales.
Por haber emprendido, un poco antes del acme de la moda un
trabajo acadernico -que afortunadamente no llego a publicarse
nunca- donde me apoyaba en una «lectura» rnetodica del curso de
lingiiistica ~enera.t para !ntent~r fundar una «teoria general de la cul-
tura», h~ ~Ido.quizas mas sensible que otros a los efectos mas visibles
d.el do~mlO ejercido ~or esa disciplina soberana, tratese de transcrip-
clones literales de escntos teoricos, de transrnisiones mecanicas de con-
ceptos tornados en su valor parcial 0 de simples imitaciones que, al
dlsocl~r el opus operatum del modus operandi, conducen a reinter-
pretaciones mesperadas, a veces estrafalarias. Pero esta resistencia a
las mod~s mun~anas no ~iene nada que ver con una negativa que pue-
da autonza~ la rgnorancia: siempre he creido que la obra de Saussu-
re, y, postenormente, cuando para mi resulto manifiesta la insuficien-
6
cia del modelo de la palabra (y de la practica) como ejecucion, la de
Chomsky, que reconoce un determinado ranga a las disposiciones ge-
neradoras, plantean ala Sociologia cuestiones fundamentales.
Lo que no es obice para que todas esas cuestiones solo alcancen
sus maximas potencialidades a condicion de salir de los limites inscri-
tos en la propia intencion de la linguistica estructural como teoria pu-
ra. En efecto, todo el destine de la linguistica moderna se decide en
el acto de fuerza inaugural par el cual Saussure separa la «linguistica
externa» de la «lingiiistica interna», y, reservando a esta ultima el ti-
tulo de linguistica, excluye de esta disciplina todas las investigaciones
que relacionan la lengua con la etnologia, excluye la historia politica
de los que la hablan 0 incluso la geografla del ambito en que se habla,
ya que no aportaria nada al conocimiento de la lengua considerada
en si rnisma. Nacida de la autonomizacion de la lengua con relacion
a sus condiciones sociales de produccion, de reproduccion y de utili-
zacion, la lingiiistica estructural, al convertirse en la ciencia dominante
en las ciencias sociaIes, necesariamente tenia que ejercer un efecto ideo-
logico, dando apariencias de cientificidad a la naturalizacion de esos
productos de la historia que son los objetos simbolicos: la transmi-
sion del modele fonologico fuera del campo de la linguistica tiene por
efecto generalizar al conjunto de los productos simbolicos, taxinomias
de parentesco, sistemas miticos u obras de arte, esa operacion inau-
gural que ha hecho de esta ciencia la mas natural de las ciencias socia-
les separando el instrumento linguistico de sus condiciones sociales
de produccion y de utilizacion,
Es obvio que las diferentes ciencias estaban desigualmente predis-
puesta a recibir este caballo de Troya. La relacion particular que une
al etn6logo con su objeto, la neutralidad de «espectador imparcial»
que confiere el estatuto de observador ajeno , convertian a la etnolo-
gia en victima elegida. Por supuesto, con la tradicion de la historia
del arte 0 de la literatura: en este caso, la importacion de un metodo
de analisis que implica la neutralizacion de las funciones no hacia mas
que sancionar el modo de aprehension de la obra de arte que desde
siempre viene exigiendo el experto, es decir, la disposicion «pura- y
puramente «interna» can exclusion de toda referencia «reductora» a
«10 externo»: asi como el oficio religioso, perc en otro ambito, la se-
miologia literaria ha elevado el culto de la obra de arte a un grado
de racionalidad superior sin modificar sus funciones. En todo caso]
la puesta entre parentesis de 10 social que permite tratar la lengua u
otro objeto simbolico como finalidad sin fin, ha contribuido no poco
al exito de la lingiiistica estructuralista, otorgando el encanto de un
juego intrascendente a los ejercicios «puros» de un analisis puramen-
te interno y formal.
Par tanto, el hecho -tall cuidadosamente rechazado par los lin-
guistas y sus imitadores- de que «la naturaleza social de la lengua»
sea «uno de sus caracteres internos», y de que la heterogeneidad sea
inseparable de ella, es algo de 10 que debemos sacar todas sus conse-
cuencias con perfecta conciencia de los riesgos que semejante empre-
7
~~~. -~~..~ -~---------
I
ONOMIA DE LOS INTERCAMBIOS
Be LINOufsTICOS
sa entrana, entre otros esa apariencia de tosquedad que afecta a los
mas sutilcs y rigurosos analisis capaces -y culpables_ de laborar POt
Ia vuelta de 10 reprimido, peligrn que no es precisamente el meno-
de todos: en suma, hay que escoger el pagar por Ia verdad un precio
mas elevado can un beneficia de distincion mas pequefio*.
• La.segunda pane de este libro recoge en forma mas 0 menos profundamente modi.
ficada diversos textos aparecidos ya: para el capitulo I, EI Lenguaje Autorizado. Nota
sobre las condiciones sociales de la eficacia del discurso ritual, Acres de la recherche
en sciences sGciales 5, 6, noviembre de /975, pags. 183-190; para eI capitulo 2, Los
ritos de institucion, Actes de ta recherche en sciences sociates, 43, junio de /982, pags,
58-63 (transcripcion de una comunicacion presentada en eI coloquio sobre «los ritos
de paso hoy», de Neuchiitel en Octubre de /981); para el capitula 4, Describir y prescri.
bir, Acres de la recherche en sciences sociales, 28 de mayo de 198/, pags. 69.74.
La tercera parte recoge los siguiente: para el capitulo 2, la lectura de Marx:algunas
observaciones crlticas respeczna «Algunas observaciones criticas en rorno a leer el Ca-
pita">, Ac/es de fa recherche en sciences sociales, 5-6, noviembre /975, pags. 65-79;
para el capitulo 3, EJ norte y cl Mediodia. Contribucion a un analisis dcl efecto Mon-
resquieu, Acres de fa recherche en sciencies soc/ales, 35, noviembre 1980, pags, 21-25.
8
II
I
La Sociologfa s610 puede liberarse de las formas de dominaci6n
que la Iingiiistica y sus conceptos ejercen todavia hoy sobre las cien-
cias sociales a condicion de hacer patentes las operaciones de cons-
truccion del objeto en que esta ciencia se ha fundado, y las condicio-
nes sociales de produccion y circulaci6n de sus conceptos fundamen-
tales. Si el modelo linguistico se ha transportado tan facilmente al te-
rreno de la etnologia y de la sociologia, ella se ha debido a una consi-
deracion esencialista de la linguistica, es decir, a la filosofta intelec-
tualista que hace del lenguaje, mas que un instrumento de acci6n y
de poder, un objeto de inteleccion, Aceptar el modele saussuriano y
sus presupuestos, es tratar el mundo social como un universe de in-
tercambios simbolicos y reducir la accion a un acto de comunieaci6n
que, como la palabra de Saussure, esta destinado a ser descifrado par
medio de una cifra 0 de un codigo, lengua 0 cultura 1.
Para romper con esta filosofia social, hay que mostrar que, por
Iegitimo que sea tratar las relaciones sociales -y las propias relacio-
nes de dominaci6n- como interacciones simbolicas, es decir, como
relaciones de comunicacion que implican el conocimiento y el reco-
nOcimiento, no hay que olvidar que esas relaciones de comunicacion
por excelencia que son los intereambios lingiiisticos son tambien reia-
ciones de poder simbolico donde se actualizan las relacionesa de fuer-
za entre los locutores y sus respectivos grupos. En suma, hay que su- ,
perar la alternativa corriente entre el eeonomismo y el culturalismo,
para intentar elaborar una economia de los intercambios simbolicos,
Todo acto de palabra y, mas generalmente, toda accion, es una
,lEn otro libro he intentado analizar el inconsciente epistemol6gico del estructu-
rahs~o, es decir, los presupuestos tan lucidamente introducidos por Saussure en la cons-
truccI6n del objeto propio de la lingiiistica, pero que han sido olvidados 0 rechazados
p~r los utilizadores posteriores del modelo saussuriano (ver P. Bourdieu, Le sens pra-
tIque, Paris, Editions de Minuit, 1980, Paris, PP. 51 y siguientes),
11
coyuntura, un encuentro de series causales independientes: por un la-
do, las disposiciones, socialmente modeladas, del habitus Iingtiistico,
que implican una cierta propension a hablar y decir determinadas co-
sas (interes expresivo) y una cierta capacidad de hablar definida a la
vez como capacidad lingiiistica de infinita creacion de discursos gra-
maticalmente semejantes y como capacidad social que permite utili-
zar adecuadamente esta competencia en una determinada situacion;
por otro, las estructuras del mercado lingiiistico; por otro, las estruc-
turas del mercado linguistico, que se imponen como un sistema de san-
ciones y censuras especificas.
Este modelo simple de produccion y de circulacion lingiiistico co-
mo relacion entre los habitus lingiiistico y los mercados en que se ofre-
cen sus productos no tiene como objeto ni recusar ni sustituir el ana-
lisis propiamente linguistico del codigo; pero permite comprender los
errores y fracasos a que la lingiiistica se condena cuando, a partir
de uno solo de los factores en juego, la competencia propiamente lin-
guistica, que se define en abstracto al margen de todo 10que esta com-
petencia debe a sus condiciones sociales de produccion, intenta dar
razon del discurso en su singularidad coyuntural. En efecto, en tanto
en cuanto ignoren ellimite que es constitutivo de su ciencia, los lin-
giiistas no tienen otra eleccion que buscar desesperadamente en la len-
gua 10 que se inscribe en las relaciones sociales donde funciona, 0 de
hacer sociologia sin ellos saberlo, es decir, con el peligro de descubrir
en la grarnatica misma 10 que la sociologia espontaneo del linguista
ha importado inconscientemente.
La gramatica solo define muy parcialmente el sentido, y la deter-
minacion completa de la significacion del discurso se produce en la
relacion con un mercado. Una parte de las determinaciones que cons-
tituyen la definicion practica del sentido, y no la menor, se produce
,ren el discurso automaticamente y desde fuera. EI origen del sentido
, objetivo que se engendra en la circulacion lingiiistica hay que buscar-
10 en primer lugar en el valor distintivo resultante de la relacion ac-
tuada por los locutores, consciente 0 inconscientemente, entre el pro-
'l'ducto lingiiistico ofrecido por un locutor social caracterizado y los pro-
, ductos simultaneamente propuestos en un determinado espacio social.
Sucede tarnbien que el producto lingiiistico solo se realiza cornpleta-
mente como mensaje cuando es tratado como tal, es decir, cuando
f
Ces descifrado. Asimismo, los esquemas de interpretacion que los re-
ceptores ponen en practica en su apropiacion creadora del producto
\ propuesto pueden estar mas 0 menos alejados de los que han orienta-
Ldo la produccion. A traves de esos efectos, inevitables, el mercado
contribuye a crear no solo el valor simbolico sino tambien el sentido
del discurso.
La cuestion del estilo se podria considerar desde esta perspectiva:
esa «separacion individual con respecto a la norma linguistica», esa
elaboraci6n particular que tiende a conferir al discurso propiedades
distintivas, es un ser percibido que solo existe en relacion con sujetos
percibientes, dotados de esas disposiciones diacriticas que permiten
12
, . jormas de decir diferentes, entre artes de h~-
hacer ~i~tlfl.clOnes e~t~~de se deduce que el estilo, tratese d~ la poesia
blar dlstmtlvOS. De d la diccion de una elase (social, sexual
comparada con la prosa dO ceon la de otra c1ase solo existe en rela-
. I) eompara a ' . .,
o generaClOna dos de esquemas de percepci6n ~ de ~prec~a~lOn
cion a agentes dota '1 omo conjunto de diferenclas slsremaucas.
it constituu' 0 c I' .., .que perml en h did Lo que circula en el mercado inguisu-, . nte apre en 1 as. . d
sincretICame . discursos estilisticamente caractenza os,
co no es «Ia lengua», ma la vez dellado de la produccion, en la ~e­
discursos que s~ c~lOC~ r se hace un idiolecto con la lengua comu~,~,lI
dida en que ca a ocu. ~ en la medida en que cada receptor contn-
y dellado de l~ recepcion, ue percibe introduciendo en el todo 10
buye a pr?dUClr el ~~~~:~~ii singular Ycolectiva. Lo que en princi-
que constltu~e su ~efdiscurso poetico es decir, su cualidad -cuando
pio solo se a~lrma d 1 ar al maxim~ grado la posibilidad de provo-
esta cOnS~gUl?O- ~ ~l~: segun los diferentes individuos, seria exten-
car expenencI~s v~nad discurso A diferencia de la denotacion. que ,
sible a cualquier tipo ~ bl com'un a todos los locutores» 2, la con- "\
repre~~nta «la partf e~ a ufaridad de las experiencias individuales, 10 I
notacron re~~~~~ ~u~ sJ~~ se constituye en una relacion ,soci~lmetne \
que quiere nde los receptores ponen en juego la dlversldad de "
caractenzada do . ., rmbouca La paradoja de la comu-v
sus instrumen!os de aproplaclOn Sl im lica 'un medio comun, solo se
n~~a~~~~ con~:~~ ~~e~~e~e~~~~r:ram~nte en el.caso limite e~ que s.e
irata de tra~smitir emociones como suele ocurrrr c~n la P?esIa, SUSCI-
tando resucitando experiencias singulares, es decir, s?cIalme~te. ca-
racteri~adas. Producto de la neutralizacion ~e las re.laclO~es pracucas
en ue funciona, la palabra de los diccionarios no tle~e nmguna eXIS-
ten~ia social: en la practica, solo existe sumerglda e~ sltuac~o~es, has~a
el punto de que el nucleo de sentido que se mantlene re anvamen e
invariante a traves de la diversidad de los mercados pued~:asar
inadvertido 3. Como observaba Vendryes, si la~ pala~)fas reci l~ran
siempre todo su sentido a la vez, el discurso ~ena un juego CO~~I~ra~
de palabras; massi, como en el caso de alquilar -locare Y
" ' , ecede de A vez-vous Ii Chari, Pa-
2 Ver G. Mounin, La commUniCatIOnpoet/que, pr
ris, Gallimard, 1969, PP, 21-26, , id de una mis~a pa-
3 La aptitud para captar simultaneamentc los dlf~rent~s se~tI os a ortiori la apti-
labra (aptitud que suelen medir los test llamados de mteh~encla)IY' ,fi ifi : 'n ordi-
, , ' (por ej I reactIvando a slgm Icaclo
tud para manipularlos practIcamente por ejemp 0, I file fos) constituyen una
naria de las palabras corrientes, como les gusta ha~er a os I. OSO , , rom er la rela-
buena medida de la aptitud tipicamente culta de salirse de la SItUaC,IOdn YI P 0 de sus
, , " al b t to practice encerran 0 a en unCIOn practica que une una para a un con ex , d ' Ilugar, , ' ' si misma es eCIr, como e
sentidos, para considerar la palabra en Slmlsm~ y p<,>r "0otros tantos
geometrico de todas las posibles relaciones con snuaciones trata~as~,s; co~ ariedades
«casos particulares de 10 posible», Si esta aptitud para ~anejar I er~ ~s v as desi-
linguisticas, sucesiva y sobre todo simultaneamente, es sin dUd?fa una e a,sdmades II'n-
, "Id .' de las 1 erentes vane
gualmente repartIdas, eso qUlere declr que e o~I1Imo, ' 'I den adquirirse
giiisticas y sobre todo la relacion con el lenguaje que Imphca so 0 pue
13
. s arcial 0 totalmente diferentes: es decir, evi-
tes dotados de m~~::ptante todo de la lucha politica Iegitima, pe.ro
dentemente, en e . es y en las interacciones de la vida cotidia-
. , en las transaclOn . d d I' les otamblen .' , entre clases (0 en las socie a es co oma e
L comumcaclOn ' . . , lticana. a. t etnias) representa siempre una situacion en
semicolomales, e~.reda cualquiera que esta sea. En efecto, tiende a
para la lengua u~~~~aal ~entido mas abiertamente cargado de conno-
pr~vocar u~ r~s: «cuando se pronuncia la palabra campestno ante al-
ta~lOnes SOCiaba de abandonar el campo, nunca se sabe como esa per-
guien que aca I Consideradas asi las cosas, no hay ya palabras
va a tornar 0». . I ente
~ona E te efecto objetivo de desvelamlento rompe a apar
m~cent~s'lle~ uaje corriente. Cada palabra, cada locucion pue~e re-
unidad e n~dos antag6nicos segun la manera en q~e el ermsor y
vestir dos se a tomarla. La 16gica de los autornatismos verb~les
el receptordvayannte acompanan a la lengua en su utilizacion cornen-
que solapa arne ifi . a
todos los valores y prejuicios apegados a este tra ICO, enc.1C~rr
~~' Ce~~ ro permanente de la «metedura de pata»,. capaz de volatilizar
enPun fnstante un consenso sensatamente mantenido a costa de preca-
idas estrategidas reciprocas. . . ,. I
VI Pero no se comprenderia cabalmente I~ eficacia simbolica de os
lenguajes politicos 0 religiosos si se la redujera al efecto de malenten-
did producidos por individuos totalmente opuestos a reconocerse
e~ ~smismo mensaje. La eficacia de los discursos cul~os: p~ocede de
la oculta correspondencia entre la estruc~~ra del espacio s,o~IaI en que
se producen -campo politico, campo religioso, campo artl~tlco 0 cam-
o filosOfico- y la estructura del campo de las clases sociales en que
~e sinian los receptores y con relacion a l~ cu~l interpreta el mensaje.
La hornologia entre las oposiciones constitunvas de los camp?s espe-
cializados y el campo de las clases sociales origin~ una. anflb,?logla
esencial que puede verse especialmente cuando, al difundirse fuer~ del
campo limitado, los discursos esotericos experimentan una especie de
universalizaci6n automatica y dejan de ser excluslvamente pala?~as
de dominantes 0 de dominados en el interior de un campo especffico
para convertirse en palabras validas para todos los.do~inantes 0 to-
dos los dominados. Lo que no obsta para que la ciencia deba tomar
nota de la autonomia de la lengua, de su logica especifica, de sus re-
glas propias de funcionamiento. En particular no se pueden compren-
der los efectos simbolicos del lenguaje sin tener en cuenta el hecho,
mil veces atestiguado, de que el lenguaje es el primer mecanismo for-
mal cuyas capacidades generativas no tienen limites. No hay nad~ que
no pueda decirse y puede decirse la nada. En la lengua, es decir, en
los lirnites de la gramaticalidad, se puede enunc~ar t~do. De~de Frege
sabemos que las palabras pueden tener un sentido sin refenrse a na-
da. Lo que es tanto como decir que el rigor formal puede ocultar :1
despegue semdntico. Todas las teologias religiosas y todas las .teodl-
ceas politicas han sacado partido del hecho de que las c~pa~l~~des
generativas de la lengua puedan exceder los limites de la intuicion 0
de la verificacion empirica para producir discursos formalmente co-
15
\,165446
bar -lauda:e-, tod?s los sentido~ que pudiera recibir fueran com-
pletam~nte I?~ependlentes, ,c~alqU1~r juego de palabras (en particu-
lar los ideologicos) resultana irnposible 4. Los diferentes sentidos de
una pala?~a se define~ ell relacion entre el nucleo invariante y la logi,
ca especifica de los diferentes mercados, estes objetivamente situa-
dos con relacion al mercado en que se define el sentido mas comun,
S610 existen simultaneamente por la conciencia culta que les hace surgir
rompiendo la solidaridad organica entre la competencia y el mercado.
Los mayores efectos ideologicos de la religion y la politica se deri-
van de las posibilidades que encierra la polisemia inherente a la ubi-
cuidad social de la lengua legitirna. En una sociedad diferenciada, los
nombres llamados comunes, trabajo, familia, madre, amor, reciben
en realidad diferentes significaciones, significaciones incluso antago.
nicas, debido a que los miembros de la misma «comunidad lingiiisti-
ca» utilizan, mejor 0 peor, la misma lengua y no varias lenguas dife-
rentes -la unificacion del mercado linguistico es asi causa de que ca-
da vez haya mas significaciones para los mismos signos 5. Bakhatine
recuerda que, en las situaciones revolucionarias, las palabras corrien-
tes reciben sentidos opuestos. De hecho, no hay palabras neutras: la
investigacion, muestra, por ejemplo, que los adjetivos mas corriente-
mente utilizados para expresar los gustos suelen revestir sentidos di-
ferentes, incluso opuestos, segun las diferentes clases: la palabra «es-
~erado» elegida por los pequefios burgueses, se ve rechazada por los
mtelectuales para quienes, justamente, utilizar esa palabra resulta pe-
quefio burgues, pobre, mezquino. La polisemia dellenguaje religioso
y el efe~t? ideologico de unificacion de los contrarios 0 de negacion
de las divisiones que produce s610 se mantiene a costa de las reinter-
pretaciones que implican la produccion y recepci6n dellenguaje co-
~un por locutores que ocupan posiciones diferentes en el espacio so-
cial, locutores, por tanto, con intenciones e intereses diferentes. Su-
cede asi que ese lenguaje pueda hablar a todos los grupos y que todos
los ~rupos puedan hablarle, contrariamente a 10que ocurre con ellen-
guaje matematico que s610 puede asegurar el caracter univoco de la
palabra grup~ ~ontrolando.e~trictamentela homogeneidad del grupo
de los maternaticos. Las religiones que llamamos universales no 10son
en el mismo sentido y en las mismas condiciones que la ciencia.
El recurso a un lenguaje neutralizado se impone siempre que se
trate de establecer un consenso practice entre agentes 0 grupos de agen-
14
en,ciertas condiciones de existencia capaces de autorizar una relacion separada y gra-
tUlta.co~ ellenguaj~ ~ver en P. Bourdieu y J. C. Passeron, Rapport pedagogique y com-
mum~atl.o.n,.el analisis d.elas varia~iones segun el origen sodal de la amplitud del regis-
1:0 .1~n~Ulstlco, es decir , en que grado son dominadas las diferentes variedades
hngUlstlcas).
4 J. Vendryes, Le langage. Introduction linguistique al'Histoire. Paris Albin Mi-
chel, 1950, P. 208. '
. 5 Los imper~tiv?~ de la produccion, e incluso de la dorninacion, imponen un mi-
rumo ~e comumca~lO~ entre las clases y, por tanto, el acceso de los mas desprovistos
(por eiernplo, los inmigrados] a una especie de minimo vital Iingiiistico.
rrectos, pew sernanticarnente vacios. Los rituales representanhasta
ellimite extrema todas las situaciones de imposicion en las que, a tra-
ves del ejercicio de una competencia tecnica que puede ser muy im-
perfecta, se ejerce una competencia social, la del locutor legitimo, auto-
rizado para hablar, y para hablar conm autoridad: Benveniste hacia
obser~ar que, en las lenguas indoeuropeas, las palabras que sirven para
enunciar el derecho se vinculan a la raiz decir. El bien decir, formal-
mente correcto, pretende por eso mismo, y con posibilidades de exito
no desdenables, expresar el derecho, es decir, el deber ser. Quienes,
~omo Max Webe.r, han opuesto al derecho magico 0 carismatico del
ruramemo colectivo 0 de la ordaIia, un derecho racional fundado en
l~ calculabilidad y la previsibilidad, olvidan que hasta el derecho mas
nsurosamenre racionalizado es solo un acto conseguido de magia
SOCIal.
El disc.urso juridico es pal~bra creadora, que confiere vida a 10
que enuncia. Es el extremo hacia el que pretenden todos los enuncia-
dos performativos, bendiciones, maldiciones, ordenes, votos 0 insul-
tos; es.dec~r, la palabra divina, la palabra de derecho divino que, co-
mo la IntUlt.US ongln~nus que Kant atribuida aDios y contrariamente
a los enunc~ados denvados 0 comprobativos, simples registros de un
dat? pre~existente, dan existencia a aqueIIo que enuncian. No se de-
beria olvicar nunca que la lengua, por su infinita capacidad generati-
va, pe~o tambien originaria en el sentido de Kant, originalidad que
I: ~onfiere ~I poder de producir existencia produciendo su representa-
CIOn colectivarnenre reconocida, y asi realizada, es sin duda el sopor-
te por excelencia del suefio del poder absoluto.
16
CAPITULO I
PRODUCCION Y LA REP,RODUCCION DE LA
LA LENGUA LEGITIMA
U t d 10 ha dicho, caballero. Deberiamos tener leyespara pro-« s e irider los conocimientos adquiri os.
tegveamos, por ejemplo, eI caso de uno de nuestros bue~os alum-
d to diligente que desde sus clases de gramatica ha co-nos, mo es , '. .
menzado a rellenar su cuadermllo de expres~ones. .
Un alumno que, durante veinte anos pendle~te de los labios de
sus profesores, ha acabado por ~rear una especie de pequeno pecu-
lio intelectual: l.acaso este peculiono Iepertenececomo Iepertene-
cia, una casa 0 el dinero?»
P. Claudel, el Zapata de saten
Respecto a las «riquezas que implican un~ posesion simultdnea sin
experimentar ninguna alteracion», el lenguaje crea ~aturalmente una
plena comunidad en la que todos, aprovechandose hbremen.t~ d~1 te-
soro universal, colaboran espontaneamente en su ~onservac~o.n '.~I
describir la apropiacion simbolica como una especie de partrcipacion
mistica universal y uniformemente accesible, que .e.xcI~ye por tanto
la desposesion, Augusto Comte brinda una expreslOn ejemplar de ~a
ilusion del comunismo lingiiistico que ha obsesionado a t~d~ la teona
lingiiistica. Asi, Saussure resuelve la cuestion de las ~ondlclOnes eco-
nomicas y sociales de la apropiacion de la lengua sin IIega~ a plan-
tearsela nunca recurriendo, como Augusto Comte, ala metafora del
tesoro, aplicada por el a la «comunid~d» 0 al indivi~u~: habla de un
«tesoro interior» de un «tesoro depositado par la practica de la pala-
bra en los sujetos que pertenecen a la misma comunidad», de «una
suma de tesoros individuales de lengua» 0 incluso de una «suma de
acerdos depositados en el cerebro». Chomsky tiene el mer ito de atri-
buir explicitamente al sujeto hablante en su universalidad la perfecta
, competencia que la tradicion saussuriana Ie atribuia en forma tac~ta:
«la teoria lingiiistica se ocupa fundamentalmente de un locutor-audlto!
ideal, inserto en una comunidad linguistica completamente homoge-
nea, que conoce su lengua perfectamente y al abrigo de los :fect?s
gramaticalmente no pertinentes como Iimitaciones de la memona, dl~­
tracciones, deslizamientos de atencion 0 errores de resultado en la apli-
cacion de su conocimiento de la lengua. Tal fue, en mi opinion, la
posicion de los fundadares de la Iingiiistica general moderna, y no hay
ninguna razon convincente para modificarla 2». En suma, desde este
I A Cornte, Systeme de politique positive, T. II, Estadistica social, 5. a ed. Paris,
Sede de la Sociedad Positivista, 1929, P. 254 (subrayado por el autor).
2 N. Chomsky, Aspects of the theory of Syntax, Cambridge, M.LT. Pr~s, 1965,
P. 3; O. tambien N. Chomski y M. Halle, Principes de phonologie generative, trad.
de P. Encreve, Paris, Ie Seuil, 1973, P. 25 (subrayado por e1 autor).
17
\
punto de vista, la competencia Chomskiana no es mas que otro nom-
bre de la lengua saussuriana 3, A la lengua concebida como «tesoro
universal», poseida en propiedad indivisa por todo el grupo, corres-
ponde la competencia lingiiistica en tanto que «deposito» en cada in-
dividuo de este «tesoro» 0 como participacion de cada miembro de
la «comunidad lingiiistica» en ese bien publico. El cambio de lengua
oculta lafictio juris por medio de la cual Chomsky, convirtiendo las
leyes inmanentes del discurso legitimo en normas universales de la prac-
tica lingiiistica correcta, escamotea la cuestion de las condiciones eco-
nornicas y sociales de la adquisicion de la competencia legitima y de
la constitucion del mercado donde se establece e impone esta defini-
cion de 10 legitimo y de 10 ilegitimo 4.
LENGUA OFICIAL Y UNlOAD POLlTICA
Para que se comprenda hasta que punta los lingiiistas no hacen
mas que incorporar a la teoria un objeto pre-construido cuyas leyes
sociales de construccion olvidan y cuya genesis social en todo caso
enmascaran, no hay mejor ejemplo que los parrafos del curso de lin-
guistica general en que Saussure discute las relaciones entre la lengua
y el espacio 5. Queriendo probar que no es el espacio 10 que define
la lengua, sino la lengua 10 que define su espacio, Saussure observa
que ni los dialectos ni las lenguas conocen iimites naturales, puesto
que las innovaciones foneticas, la sustitucion, por ejemplo, de la s por
la c latina, determinan el espacio de difusion por la fuerza intrinseca
de su logica autonorna, a traves del conjunto de sujetos parlantes que
aceptan hacerse sus portadores. Esta filosofia de la historia que hace
de la dinamica interna de la lengua el unico principio de los limites
3 EI propio Chomsky ha lIevado a cabo explicitamente esta identificacion, al me-
nos en tanto en cuanto la competencia es «conocirniento de la grarnatica» (N, Chomsky
y M. Halle, Loc. Cit.) 0 «grarnatica generativa interiorizada (N. Chomsky, Current
Issues in Linguistic Theory, London, The Hague, Mouton, 1964, P. 10).
4 Cuando Habermas consigue librarse del efecto ideologico de la absolutizacion de
10 relativo inscrito en los silencios de la teoria chomskiana de la competencia (1, Ha-
bermas, «Toward a Theory of Communicative Competence en H.P. Dritzel Recente
Sociology, 2, 1970, PP. 114-150), no se debe a que corone su teoria pura de la «cornpe-
tencia comunicativa», ami/isis esencial de la situacion de cornunicacion, con una decla-
racion de intenciones respecto a los grados de represion y al grado de desarrollo de
las fuerzas productivas, Aunque fuera decisoria provisional, y destinada soIamente a
«hacer posible» el estudio de las «de formaciones de la pura intersubjetividad», Ia idea-
iizacion (perfectamente visible en el recurso a nociones tales como «dominio de los uni-
versos constitutivos del dialogo» 0 «situacion de palabra, determinada por la subjeti-
vidad pura») tiene por efecto evacuar practicamente de las relaciones de comunicacion
las relaciones de fuerzas que se realizan alii en una forma transfigurada: prueba de ello
es la utilizaci6n no critica de conceptos como eI de illocutionary force que tiende a co-
locar la fuerza de las palabras en elias mismas -y no en las condiciones institucionales
de su utilizaci6n.
5 F. de Saussure, Cours de Linguistique generale, Paris y Lausanne, Payot 1916,
5.' ed. 1960, PP. 275-280,
18
-
propiamente politico de unificacion
de su difusion, oc~l~ne~~t~~~~~ado conjunto de «s~j:tos parlantes»
al terrnino del cu~, ente a aceptar la lengua oficial. ,
esta obligadopracUc~rn ese codigo a la vez legislativo Yc?munIca-
La lengua sauss~r~atna~l margen de sus utilizadores (<<suJetos par-
tivO que existe Ysu ifi~a~iones (<<palabras»), tiene de ,h~cho todas l~s
lantes») y de sus ~t te reconocidas a la lengua oficial. Por OpOSI-
d rnunmen ' ' institucipropieda es co fid de las necesarias condIcIOnes msti UCl(~-
cion al dialecto, ~~f~~~~O~I: irnposicion generalizadas. Asi ,rec~nocI­
nales para ~u co 1,1 0 menos completamente) en todo el ambito de
da y conoclda ~rnaJ rf a contribuve de rechazo a reforzar la auto-
una cierta autonda dPO1 ~c 'I'o'n' asegura en efecto, entre todos los
f da su ommac., . d' .
ridad que un id d lingiiistica» -desde BloomfIeld, tra ~CIO-
rniembros de ~a.«comu~l1 a po de gentes que utilizan el mismo siste-
nalrnent,edefI~,Ida..~0::~~:(6~~Uese minimo de comuntcacicn que con~­
rna de signos ,l1.t~Ul~ la pr~duccion economica e incluso de la domi-
tituve la condlcIOn e
nacion simbolica- ln nin una otra precision como hacen los
, ~ablar de la lengu~~it~~~~t: la definicion oficiai de la lengua ofi-
hngUlstas, es a~ep~ar t~'f . la lengua que en los limites terntonales
cia/ de u~a unidai pOo~~c:todOS los subditos como la unica leg,itima,
de esa u~I~ad, se ~~p ente euanto mas oficial es la circunstancIa (I?a-
tanto mas ImJ?e,ra 1Va~raduce con toda precision elforma/ de los Iin-
l~~ra esta, oflclal ~uel a) 7 Producida por autores que tienen auto-
;;::~~a~~real~~:~~bli~~~jad~ y codificada por ~o~ gramMicos y prof:=
~~~~s,:~~~Ji~~o~~a~~~~~eoi~ff~~~~~uJ?~~~~~I~~t~b\:~~~i~~i~;~~~
cias ~ntre sonidos y sentidos, sin~ tamblen como SIstema e n
que regulan las practicas linguisticas-
La lengua oficial se ha constitudio vinculada al Estado,resto t~~to
en su genesis como en sus usos sociales.E,s ,en el proceso e,~~n~: ~~
cion del Estado cuando se crean las condIcIOnes de la crea~I~ . bli-
mercado lingiiistico unificado y dominado por l~ leng~~ oficial: 0 1
gatorio en las ocasiones oficiales y en los espacIOs ofIclalesl(escueldae," , " ' " OlI'tI'cas etc) esta enguaadministraciones publicas, msUtucIOnes P " " bi, , que se miden 0 JetIva-Estado se convierte en la norma teonca con "I
" I' ..,' Se supone que nadie ignora amente todas las practicas mgUlstlcas. , ,
, ..,., d ' istas los gramatIcos Ysusley linguistica, que tiene su cuerpo e juris , '
All i958 P 29 Asi como la teo-
6 L. Bloomfield, Language, Londres, George. en,. " . u ropia fuerza
ria saussuriana de la lengua olvida que esta no ~C?lo se I~P?ne .~or s ct~ arbitrario Y
y que debe sus limites geograficos a un acto pohuco de mSUtu~lOn" abloomgieldiana
desconocido como tal (y por la pro pia ciencia ~~ la lengu~~, la e~)fI~'t . nales de la
de la «comunidad linguistica» ignora las condiciones politicas e ins I UCIO
«intercomprensi6n», . ., . do or 0 osici6n a fa-
7 El adjetivo formal aplicado a un lenguaje vlglla?te, cl;uda ,~., ~l sentido del
miliar, relajado, 0 a una persona afectada y for~ahsta, tiene tar lenl formas enadjetivQ frances oficial (a formal dinner), es decir, que se cump e en as ,
buena y debida forma, en las reglas (formal agreement),
19
\
agentes de irnposicion y de control, los maestros de ensefianza prima-
ria, investidos de un poder especial: el de someter universalmente a
examen y a la sancion juridica del titulo escolar el resultado linguisti-
co de los sujetos parlantes.
Para que una forma de expresion entre otras (en el caso d bili
..' I d I I e I Ill-guismo una engua, un uso e a engua en el caso de la so . d d di .
did I ) . cie a IVI-
I a en cases se imponga como Ia iinica legitima .
d I' .,.. . , , es precIso que elmerca 0 IllgUlStICO se unifique y que los difer t di I
(de cIase, de religion 0 de etnia) se midan en I en e~ /a ectos de cIase
de la lengua 0 segun usa Ie ., , .~ prac rca por el rasero
nidad r ... ti giumo. La inrezracron en la misma «cornu-
tant,e~~~~~I:e~::;du~~~:~~~f;s~~~~~~~:sI~a~~~:;~~if~:~~~:c~~~~s­
~~~~mi~~~ou~~~7~~s~~dree::~~On;e~ad~o~~~~~~i~~nl~~gt~~t!acondici~~
rca.
EL LENGUAJE STANDARD: UN PRODUCTO «NORMALIZADO»
tria~:sl~~::~e~~~:::sq~:1ha~~~~:~:~~e:~si~~~fa~e~~nu:I:~indus­
~~t:s<~~~~~~st~:tf:~:~;~~o~~e;~r;~os>d.hfstael si~~o X~I1I I~~sv~~
de una feligresion a otra A . os ia ectos regionales diferian
. . sr, como muestran los males de los di I
~~~~i~~ ~~:I~s:s~se~~o~o~~~i~o;~c~~~~O~~giCOSllexicolo~c~~ s~ad~~~
bles y que solo muy accidentalmente seu .an pe ectam.en~e superponi-
cunscripciones administrativas 0 religi~~~:~a~anleofselcltmoltes de las ci:-
de una obi ti . . I' . , en ausenCIa
juridica c;:r~r:~~nae?a~o~~t~~~u~~:'d~o~~:\~~o, de}~ ~oldllificaCi6n
guas» solo existen d" . gua 0 iciai, as «len-
linguisticos al meno~n ::~~I~practlco, es decir, en forma de habitus
les de esos habitos 9: ~ientras ~~~~ ~~~~stadfs { de producciones ora-
nimo de intercomprension en los enc I a a a engua aseg~rar un mi-
ros) entre pueblos ., uet,J-tros (por 10 demas muy ra-
tal 0 cual forma deP~~~~:os 0 entre regiones, nadie piensa en erigir
como norma de otra (aunque en las dife-
8 S610.un transfert de la representaci6n de la I ' ".
sar que existan dialect os regionales ell ' e~~ua ~aclOnal podria inducir a pen-
subdivididos, idea terminantemente des;::n~~smos IIV~?ldOS en ~ubdialectos, a su vez
toire de la langue francaise des origines iJnos a por a 1~lectologla (ver F. Brunot, His-
No es ninguna casualidad que los nacionalis~ours, Pans, A. C?l~n, 1968, PP, 77-78),
puesto que, una vez victoriosos estan d os sucumban ca~1 siempre a esta ilusion
cac~6n cuyos efectos denunciaban, con enados-a reproducir los procesos de unifi-
Lo que se ve claramente a traves d I difi I
lucien, la traduccion de los decretos: c~ma~ II ICU tades qu~ suscito, durante la revo-
vocabulario politico Ydividida en diaiectos ha~engua pr~ctIca estaba despr?vista de
h~cen hoy los defensores de las lenguas d 6 ul 0 quel forjar una lengua media (comocion y estandarizaci6n de la ortografia e f' os cUd~f~s, producen, sobre todo la fija-
res corrientes). ,una engua I icilmenn, accesible a los locuto-
20
rencias percibidas no deje qe encontrarse el pretexte de.afinnaciones
de superioridad).
Hasta la revoluci6n francesa, el proceso de unificaci6n lingiiistica se con-
funde con el proceso de constnlcci6n del Estado monarquico: los «dialectos»,
dotados a veces de algunas de: las propiedades que se atribuyen a las «len-
guas» (la mayor, parte de las C\Iales son objeto de un,uso escrito, aetas nota-
riales, deliberaclOnes comunales, etc.) y las lenguas hterales (como la lengua
poetica de los paises de Oc), especie de «lenguas de hecho» diferentes de cada
uno de los dialectos utilizados en el conjunto del territorio en donde circulan,
van siendo progresivamente sustituidos -al menos en algunas provincias cen-
trales del pais de Oil- por la lengua comun que se elabora en Paris en los
medios cultivados, lengua que, promovida al estatuto de lengua oficial, se
utiliza en la forma que le han conferido los usos cultos, es decir, escritos.
Correlativamente, debido ala paralizacion (vinculada al abandono de la for-
ma escrita) y a la desagregacion (por imitacion lexica 0 sintactica), producto
a su vez de la devaluaci6n social de que son objeto, los usos populares y pu-
ramente orales de los dialectos regionales asi reemplazados quedan reducidos
al estado de habla de lugarefios: utilizados exclusivamente por los campesi-
nos, esos usos se definen, en efecto. negativa y peyorativamente en oposici6n
a los usos distinguidos 0 letrados (como 10 atestigua, entre otros indices, el
cambio de sentido asignado a la palabra «patois» que, de «lenguaje incom-
prensible», va a acabar calificandose como «lenguaje corrompido y grosero,
lenguaje del pueblo bajo». Diccionario de Furetiere (1690).
En los paises de la lengua die Oc la situaci6n Iingiiistica es muy diferente:
habra que esperar hasta el siglo XVI y a la progresiva constituci6n de una
organizaci6n administrativa Iigada al poder real (que traera consigo la apari-
cion de multitud de agentes administrativos de rango inferior, lugartenien-
tes, oficiales,jueces, etc.) para que el dialecto parisiense sustituya, en los ac-
tos piiblicos, a los diferentes dialectos de lengua de Oc. La imposicion del
frances como lengua oficial no tuvo por efecto la abolicion total del usa es-
crito de los dialectos, ni como lengua administrativa 0 politica ni siquieraco-
mo lengua literaria (con la perpetuaci6n en el antigo regimen de una literatu-
ra); en cuanto a sus usos orales, siguieron siendo predominantes. Se tendi6
a instaurar una situaci6n de bilingiiismo: mientras que los miembros de las
clases populares, y particularmente los campesinos, quedaron reducidos al
habla local, los miembros de la aristocracia, de la burguesia comerciante y
de negocios, y, sobre todo, de la pequefia burguesia letrada (los mismos que
responderan a la encuesta del abate Gregorio y que, en diversos grados, ha-
bian frecuentado esa institucion de unificaci6n linguistica que son los cole-
gios jesuitas) pudieron acceder en muchas mas ocasiones a la utilizaci6n de
la lengua oficial, escrita 0 hablada, sin perder el dialecto (utilizado todavia
en la mayor parte de las situaciones privadas 0 incluso publicas), 10 que les
cualificaba para cumplir una funci6n de intermediarios.
Para los miembros de esas burguesias locales de sacerdotes, medicos 0 pro-
fesores, cuya posicion social se basaba en el dominic de los instrumentos de
expresion, la politica de unificacion Iingiiistica llevada a cabo por la Revolu-
cion s610representaba ventajas: la promoci6n de la lengua oficial al estatuto
de lengua nacionalles otorgaIba el monopolio de hecho de la politica y, mas
generalmente, el de la comunicaci6n con el poder central y sus representan-
tes, la que definia, en todas las republicas, a los notables locales.
La imposicion de la lengua legitima frente a los idiomas y las jergas forma
parte de las estrategias politicas destinadas a asegurar la perennidad de las
21
. . e la Revoluci6n por la producci6n y reproduccion del hombre
adqUlsIOneS d . de CondiIlac que convierte a la lengua en un metodo, per-
nuevo La teorra .' I . I". 'd' 'f' la lengua revolucIOnana con e pensamiento revo ucionano:
mite I enti rear . I d I . . d d
f la lengua Iiberarla de los usos vmcu a os a a antigua SOCle a ere orrnar '. "1' d d. nerla asi purificada, es rmponer un pensarm ento e rrusmo epura 0 y
l~~~icado. Seria ingenue imputar la politica de unificacion linguistica exclu-
~ivamente a las necesidades tecnicas de la cornunicacion entre las diferentes
partes del territorio y, especialmente, entre Paris y la provincia, 0 ver en ella
el producto directo de un centralismo decidido a aplastar los «particularis-
mos locales». EI conflicto entre el frances de la intelligentsia revolucionaria
y los idiomas 0 las jergas es un conflicto por el poder simbolico en el que
se ventila laformacion y re-formacion de las estructuras mentales. En suma,
no se trata solo de comunicar, sino de hacer reconocer un nuevo discurso de
autoridad, un nuevo discurso con un nuevo vocabulario politico, con sus ter-
minos de identificacion y referencia, sus metaforas, sus eufemismos y la re-
presentacion del mundo social que vehicula. Por estar vinculada a los nuevos
intereses de los nuevos grupos, resulta indecible para las hablas locales mo-
deladas por usos ligados a los intereses especificos de los grupos campesinos.
Asi, pues, s610 cuando aparecen los usos y funciones ineditas que
implica la constitucion de la nacion, grupo completamente abstracto
y fundado en el derecho, se hacen indispensables la lengua standard,
tan impersonal y anonima como los usos oficiales a que debe servir
y, al mismo tiempo, el trabajo de norrnalizacion de los productos de
los habitus linguisticos. Resultado ejemplar de este trabajo de codifi-
cacion y normalizaci6n, el diccionario acumula mediante la anotaci6n
culta la totalidad de los recursos linguisticos acufiados a 10 largo del
tiempo y en particular todas las posibles utilizaciones de la misma pa-
labra (0 todas las expresiones posibles del mismo sentido), yuxtapo-
niendo usos socialmente extranjeros, e incluso exclusivos (sin perjui-
cio de senalar a aqueIIos que traspasan los Iimites de la aceptabilidad
con un signa de exclusi6n tal como Aut., Pop. 0 Fam.). Asi, el die-
cionario proporciona una imagen bastante exacta de la lengua en el
sentido saussuriano de «suma de tesoros individuales» predispuesta
a cumplir las funciones de ese c6digo «universal»: la lengua normali-
zada es capaz de funcionar al margen de la coerci6n y del apoyo de
la situaci6n e id6nea para emitirse y descifrarse por cualquier emisor
y receptor, ignorantes el uno del otro, de acuerdo con las exigencias
de la posibilidad y calculabilidad burocraticos, que implican funcio-
narios y clientes universales sin otras cualidades que las asignadas por
la definici6n administrativa de su Estado.
En el proceso que conduce a la elaboraci6n, legitimacion e impo-
sicion de una lengua oficial, el sistema escolar cumple una funci6n
determinante: «fabricar'las similitudes de donde se deriva esa comu-
nidad de conciencia que constituye el cemento de la naci6n». Y Geor-
ges Davy continua con una evocaci6n de la funci6n del maestro de
escuela, maestro del habla que, por eso mismo, es un maestro del pen-
sar: «EI (el maestro) actua diariamente a traves de su funci6n sobre
la facultad de expresi6n de cualquier idea y emoci6n: actua sobre el
lenguaje. AI ensefiar a los nifios la misma lengua, una, clara e inamo-
22
, la conocen confusamente 0 que incluso habla!1
vible, nifios.que sol? as les induce ya naturalmente aver y sennr
dialectos 0 Jerg~~~~~~n~ra; y trabaja asi en la ~dificaci6n.de la c?n-
las cosas de la m ., 10» La teoria whorfIana -0, SI se quiere
. in de la nacion . . ., d I
ciencla c?mu II d I lenguaie en que se apoya esta VISIon e a ac-
humbolu ana- ~ t mento de «integracion intelectual Y ~oral,»
ci6n escol.ar com~;~~~m, presenta cierta afinidad con la f~lo~ofIa
en el senudo de t atestiguada por 10demas con el corrirmento
del consenso de ~~te f: o;{abra codigo del derecho a la Imgulstica: el
que ha tran~fen(~O d~ cifra que rige la lengua escrita, y que se iden-
c6digo, en e sen 1 eta en ~posici6n a la lengua hablada (conver~a­
tifica a la lengu~ corre .derada impIicitamente como inferior, adquie-
tionallanguage/, consi I sistema de ensenanza 12. El sistema de en-
re fuerza de ley e~ ~ por eanando en extension e intensidad a todo 10
sefianza i c~~a ~~:~ vcao~tribuye sin duda directamente a la devalua-largo de SIg~odos d~ expresi6n populares, rechazados ~I estado de
cIOn de los. . 0 dicen las anotaciones margmales de los
«jerga» Y«Jengo~za» (~o~ del reconocimiento de la lengua legiti-
t ) Y a la imposicron ., d Imaes ros , I I mas importante en la devaluacIOn e os
~a. No obstaf;e'i~ ~:~:aci6n de la nueva jerarqui~ de usos
dlalect~s Y Pd' d da a la relaci6n dialectica entre la
I· .., t os 14 correspon e sm u . .[ngurs IC I ~ercado de trabajo 0, mas precisamente, en~re ~a ut.I~fIca­
e~~uela y e d I (y Iingiiistico), vinculado ala tnsutucion de
~:~u~o~ela:~~~i~O~s~~:rvalor nacion~~I~si~dre:~~~~~~~ed~~ls~~~~~
oficialmelnte-:f~eI~s, prdoePIIemd:~ce:ds~de trabaj; (que conIIeva, entre
dores, y a urn IcaCIOn
10 G. Dovy, Eteme~ts de sociologie. paris'dV~~~ e~f~~~~b;~~ion de la «autenti-
II La teoria linguistica de Humboldt, enge~. r d la areja lengua-nacion, mantie-
cidad» linguistica del pueblo vasco y la ex~~ta~of ~isign unificadora que Humboldt
ne una relacion inteligible con la concep~lOn : a. 'dad de Berlin.
confirio a la Univer~idad en la fundacion de a .uservicio el poder de certificacion.
12 A traves del sistema escolar, q.ue pone idics . si a vecessucedeque la grarnatica
la gramatica obtieneuna verdadera .eflcac~~bt>n 11~~~erdo del participio pasado conju-
y el ortografo (por eJemploa Fran~la, e~ d ;e~os ello se debe a que, a traves de l~s
gado con eI verbo AVOlr) sean obieto e ec it conseguir la gramatica y el orto-
exarnenes y los titulos que estos examenes. perrm en . I '
grafo dominan el acceso a puest~s y POSI~IO~e\~~~lae~sdecir muchoantes de la ofi-
13 Asi, por ejemplo, .~n FranCIa, a pa;ur e de es~uelas d~ ninos escolarizados y,
cializaci6n de la obligacion escolar,.el nu.~eron el espacio del personal docente se in-
correlativamente, eI volumen y la dispersron e
crementan continuamente:. b t el alejamiento lingiiistico de las di-
14 La paradojica relacion que se 0 se~va ~~ re ue aportan a la funcion publica en
fer~ntes regiones del siglo XIX y la :o~r~uc~o~s~ logica: los mismos departamentos
el slglo XX, hay que comprenderla Sill u a e V· tor Durny en 1864 contaban, en el
que, seg~n la i~vestigacion I~evada a cabo P~~e ~~ultos que no habl~ban el franc~s y
sengudo Impeno, con las mas elev~das tasa. 'b' desde la primera mitad del slglo
de niiios de 7 a 13 aiios que no s~blan leer ~I e~cr~~~te elevadode funcionarios, feno-
XIX, vienen su~inistrando un nu~ero paruc~I:~ada tasa de escolarizacion en la ense-
meno a su vez villculado, ya es sabldo, a una
iianza secundaria.
23
\
otras cosas el desarrollo de la administraci6n Yde los cuerpos de fun-
cionarios). 'Para obtener poseedores. ~e competencias lingiiisticas do-
minadas que colaboren a la destruccIOn de sus mstrumentos de expre-
sion esforzandose par ejemplo en hablar frances «ante sus hijos» 0
exigiendo de ellos que hablen «frances» en familia, con la intenci6n
mas 0 menos explicita de aumentar su valor en el mercado escolar
fue preciso que el Estado se considerara como el principal medio de
acceso, incluso el unico, para puestos administrativos tanto mas bus-
cados cuanto menor era la industrializaci6n. Conjunci6n que se reali-
zo mas en las comarcas con «dialecto» e «idioma» -a excepci6n de
las regiones del Este- que en las regiones de «patois» de la mitad
norte de Francia.
LA UNIFICACION DEL MERCADO Y LA DOMINACION SIMBOLICA
.. De hech?~ no ,~ay q~~ olvidar I~ contribucion que la intenci6n po-
litica de unificacion (VISible tambien en otros ambitos, como el del
derecho) aporta a lafabricacion de la lengua que los linguistas acep-
tan como un dato natural ni imputarle toda la responsabilidad de la
generalizaci6n del uso de la lengua dominante -dimensi6n de la uni-
ficaci6n del mercado de bienes simb6Iicos que acompafia a la unifica-
ci6n de la economia- y a la producci6n y circulacion culturales. Es-
to se ve claramente en el casu del mercado de intercambios matrimo-
niales, donde los productos hasta ese momenta condenados a circu-
lar en el recinto protegido de los mercados locales, obedeciendo a sus
propias leyes ~.e formaci6~ d7 precios, se devaluan brucamente por
la .g~nerahzacIOn de los cnten.os dominantes de evaluaci6n y el des-
credito de los «valores campesinos», que impIican el hundimiento del
v.alor de los campesinos, frecuentemente condenados al celibato. Vi-
sl?17 en todos los terrenos de la practica (deporte, canci6n, vestido,
hab~tat, et~), el pr?ceso de unificaci6n y producci6n y el proceso de
la circulacion de bienes econ6micos y culturales implica la obsoles-
cencia progresiva del antiguo modo de producci6n de los habitus y
de sus productos. Asi se comprende, como tantas veces han observa-
do los sociolingiiistas, que sean las mujeres quienes antes adoptan la
lengua 0 la pron~nciaci6n.'egitima: condenadas a la docilidad respec-
to a los usos ~~clales dommantes por la division del trabajo entre los
sexos, ycondlclOJ.ladas por la logica del matrimonio, via principal para
el.las, Sl no exclusiva, del ascenso social, las mujeres estan siempre pre-
dispuestas a aceptar -ya desde la escuela- las nuevas exigencias del
mercado de bienes simb6licos. •
Asi, los efectos de dominaci6n correlativos a la unificaci6n del mer-
c~do s610 se ~j~rcen a traves de un conjunto de instituciones y meca-
lll,smosespec.lflcos ent.re los cuales la politica propiamente lingiiistica
e incluso las mtervenciones expresas de los grupos de presi6n s610 re-
prese!1~an ~~ aspec.t? mas superficial. Y el hecho de que presupongan
la unificacion politica 0 economica que contribuyen de rechazo a re-
24
-
r no implica en absoluto que el progreso de la lengua oficial ha-
forz~e imputarlo a la eficacia direct a de coerciones juridicas 0 cuasi
~a 9dl'cas (que en el mejor de los casos pueden imponer la adquisici6n,
juri I' d ' I ducci , .o no la utilizaci6n genera rza a rn, por tanto, a repro uccion auto-
~~~a, de la lengua ,17git~ma); ~ob.re to.do por parte de qUienes.I~ su-
fren, toda domin,a~~on sl~bohca implica ~na for~a de.compl~~lda~
ue no es ni sumision pasrva a una coercion extenor, m adhesion li-
~re a los valores. EI reconocimie~to de la legitimidad de la lengua ofi-
cial no tiene nada que ver con una creencia expresamente profesada,
deliberada Y revocable, ni con un acto intencional de aceptaci6n de
una «norma»; en la practica, se inscribe en las disposiciones que se
inculcan insensiblemente, a traves de un largo y lento proceso de ad-
quisicion, por medio de las acciones del mercado Iinguistico. Disposi-
ciones que se ajustan, pues, independientemente de todo calculo cini-
co y de toda coerci6n conscientemente sentida, a las oportunidades
de beneficio material y simb61ico que las leyes caracteristicas de for-
maci6n de precios en un cierto mercado brindan objetivamente a los
poseedores de un cierto capital linguistico 15.
Lo propio de la dominaci6n simb6Iica consiste precisamente en
que, por parte de quien la sufre, implica una actitud que desafia la
alternativa corriente de libertad - coerci6n: las «elecciones» de habi-
tus (Por ejemplo, la que consiste en corregir la R en presencia de 10-
cutores legitimos) se realizan, inconscientemente y sin ninguna coer-
cion, en virtud de disposiciones que, aunque sean indiscutiblemente
producto de determinismos sociales, se constituyen al margen de to-
da intenci6n consciente 0 coacci6n. La propensi6n a reducir la inves-
tigaci6n de las causas a una investigaci6n de las responsabilidades im-
pide percibir que hi intimidacion, violencia simb6lica que se ignora
como tal (en la medida en que no necesariamente implica un acto de
intimidacioni, solo se puede ejercer sobre una persona predispuesta
(en su habitus) a sufrirIa, en tanto que otros la ignoran. No es ya tan
falso decir que la causa de la timidez reside en la relaci6n entre la si-
tuaci6n 0 la persona intimidante (que puede negar la conminaci6n que
dirige) y la persona intimidada; mas exactamente, entre las condicio-
nes sociales de producci6n de ambas. Lo que acaba remitiendo a toda
la estructura social.
Todo hace suponer que las instrucciones mas determinantes para
la construcci6n del habitus se transmiten sin pasar por el lenguaje y
la conciencia, a traves de sugestiones inscritas en los aspectos aparen-
temente mas insignificantes de las cosas, de las situaciones 0 de las
pnkticas de la existencia comun: asi, la modalidad de las practicas,
las maneras de mirar, de comportarse, de guardar silencio e incluso
de hablar (cmiradas desaprobadoras», «tonos» 0 «aires de reproche»,
15 Lo que significa que las «costurnbres linguisticas» no se pueden modificar por
decretos como suelen creer los partidarios de una politica voluntarista de «defensa de
la lengua».
25
etc.) estan cargadas de conminaciones C '. .
t~n tan p.oderosas y dificiles de revocar' e onm~naclOnes que Sl r~sul.
ciosas e msidiosas insistentes e insi ,s precIsamente por ser silen.
, smuantes (tal es el .dique aparece explicitamente durante I . . . c.o igo secreto
dad domestica, de la adolescencia 0 ~s fn sls c~ractenstlcas de la un].
porcion entre Ia violencia de la rebeli~ a preja: la aparente despro,
procede de que las acciones 0 palabr on ~ as ca~sas que la suscna-,
tonces en su verdad de conminacion ~~ ~:s ~~o~l?as se perciben en.
to, de amonestaciones de amenaza; d 1~ldacton, de requerimien_
ta mas violencia cuanto que conti . enuncia as c0t.D0 tales Con tan.
ciencia y de la propia revuelta muan ~ctuando mas aHa de la con-
que se ejerce a traves de las co~~eys~sc~tan). El PUU"f de sugestion
al nino no 10 que tiene que hacer c e fS p.ersonas y.que diciendo
Ie lleva a convertirse permanente~ omo as ordenes,sino 10 que es,
tuye la condicion de eficacia de t e~te ~n 10que tIene que ser, consn.
que puedan eiercerse mas tarde soobros oSht.lg?S de po?er simbolico
fririos. La relacion entre dos e un altus predlspuesto a su-
aparezca una para que inmedi:~~~~puede ser tal que bast~ con que
siqurera sea necesario que la primerte/m~onga a Ia otra ~In que ni
ordene- una definicion de la sit . ~ 0 es<:e, .menos aun que 10
dada, por ejemplo) tanto mas ~b~aclOn y ?e ~I ml~ma (como intimi-
siquiera tiene que afirmarse. oluta e IndlscutIble cuanto que ni
. El reconocimiento que produce . I' ' ..
sllenciosa se expresa en decla a' esa VIO encia tan mvisible como
rniten a Labov establecer u~ crone, expresas tales como las que per-
e/ectuacion de las r es por~an~~ ~'!tutores de clases dif~rentes, cuya
cion de esa letra. Pero nunca se u: e~~?te, aparece Ia mlsma va/ora-
las correcciones -coyunturales 0 am testa tan claramente como en
p.or un d~sesperado esfuerzo hacia l~o~~~~~~i~n flue los dominados,
ciente 0 Inconscientemente sobre 1 ' ~van ~ cabo, cons-
pronunciacion, de su lexicd -c o~ aspectos estlgmatIzados de su
~ de su sintaxis; 0 en la an ustfan to as las forrnas de eufemismo_
Incapacitandoles para «enc;ntra lque I~sbhace «perder los nervios»
se vieran desposeidos de su pro;iaa~~~~a ~:s» como si stibitamente
SEPARACIONES DISTINTAS Y VALOR SOCIAL
Asi, cuando no se percibe el val . I '.
cido al usa legitimo de la len or espeCla objetlVam:nte recono-
privilegio, inevitablemente se~~a y los fundamentos soclales de este
opuestos: absolutizar inconscien~e~e~nou otro de es!o~ dos errores
lativo, y, en este sentido arbit a . ~e I? que es ObjetIVamente re-
tar esta forma de/etich/smo s ~l no, es eClr:el usa dominante, 0 evi-
o 0 para caer en la esencial ingenuidad
16 Asi, el lenguaje «desintegrado» ue re .
ses dominadas es producto de la I ~. d glstra la encuesta entre locutores de cla-
re aClOn e encuesta.
26
d I relativismo culto. En el primer caso, se busca el fundamento del
elor reconocido del lenguaje solo y exclusivamente en propiedades
v~es de Ia lengua como la complejidad de su estructura sintactica; en
el sengundo, al negar el hecho de Ia legitimidad por una relativiza-
e'on arbitraria del usa dominante, socialmente reconocido como legi-
~:mo, y no solam~n~e por los dominantes, se olvida que Ia mirada in-
genUa no es relativista,
Para reproducir en el discurso culto la fetichizacion de la lengua legitima
que se produce en la realidad, basta con describir, siguiendo a Bernstein, las
propiedad.es del «codigo elaborado» ~i? relacionar ese producto s~cial. co~
las condicIOnes sociales de su produccion y de reproduccion, es decir, sm m
siquiera vincularIo, como pod ria esperarse en el ambito de la sociologia y de
la educacion, a las condiciones escolares: asi, este «codigo elaborado» se cons-
tituye como norma absoluta de todas las practicas Iingiiisticas que solo pue-
den pensarse ya en la logica de la deprivacion. A la inversa, la ignorancia
de 10 que el usa popular y el usa culto deben a sus relaciones objetivas y a
la estructura de la relacion de dominacion entre las clases que reproducen con
su logica propia, conduce a la canonizacion de «Iengua» de las clases domi-
nadas: cuando Labov, deseoso de rehabilitar la «lengua popular» frente a
los teoricos de la deprivacion, opone el verbalismo y la pomposa verborrea
de los adolescentes burgueses a la precision y concision de los nifios de los
ghetos negros, tiende hacia esa canonizacion. Lo que equivale a olvidar, co-
mo el propio Labov ha mostrado (a traves del ejemplo de esos emigrados re-
cientesque se muestran particularmente severos a la hora de juzgar a los acentos
deformados, y, por tanto, el suyo), que «la norma» Iingiiistica se impone a
todos los miembros de una misma «comunidad Iingiiistica», muy particular-
mente en el mercado acadernico y en todas las situaciones oficiales donde el
verbalismo 0 la verborrea suelen estar a la orden del dia.
La unificacion politica y la correlativa imposicion de una lengua
oficial instauran entre los diferentes usos de esta lengua relaciones que
difieren totalmente de relaciones teoricas (como Ia relacion entre mou-
ton y sheep sefialada por Saussure para fundamentar 10 arbitrario del
signo) entre Ienguas diferentes, habladas por grupos politicos y eco-
nomicamente independientes: todas las practicas lingiiisticas se valo-
ran Con arreglo al patron de las practicas legitimas, las practicas de
los dominantes. Por eso, el valor probable que objetivamente corres-
ponda a las producciones ligiiisticas de los diferentes locutores, asi
como la relacion que cada uno de ellos puede mantener con la lengua
-y, por tanto, con su propia produccion-, se define desde dentro
del sistema de variables practicamente competitivas que se instituye
cada vez que existen las convicciones extralingiiisticas de constitucion
de un mercado lingiiistico.
. ASi, por ejemplo, las diferencias lingiiisticas que separan a los stib-
dltos de las diferentes regiones dejan de ser particu/arismos inconmen-
Surables: referidas de hecho al patron unico de la lengua «comtin»,
s~~ rechazadas al infierno de los regionalism os, de las «expresiones
vlcladas y de las faltas de pronunciacion» que los maestros de escuela
27
..
29
• 17 Reducidos al estatuto de jergas dialectales 0 vulgares, irn.
eastIgan . . f . I
propias tambien pa~a las ocaSIOnes 0 ICla. ~s, l.os us?s. populares de la
lengua ofieial expenmentan una devaluacion sistematica. Se tiende asi
a constituir un sistema de oposiciones lingiasticas sociologicamenr-
pertinentes que no tienen nada de comtin con el sistema de oposicio,
nes linguisticas pertinentes lingiiisticamente. Dicho con otras palabras,
las diferencias reveladas por la confrontacion de las hablas no se re.
ducen a las que el linguista construye en funcion de su propio criterio
de pertinencia: por grande que sea la parte de funcionamiento de la
lengua que escapa a las variaciones, en el orden de la pronunciacion
del lexico e incluso de la gramatica, existe todo un conjunto de dife.
rencias significativamente asociadas a diferencias sociales que, sin irn-
portancia para el linguista, son pertinentes desde el punto de vista del
sociologo puesto que entran en un sistema de oposiciones lingiiisticas
que constituye la retraduccion de un sistema de diferencias sociales.
Una sociologia estructural de la lengua inspirada en Saussure pero
construida frente a la abstraccion que Saussure lleva a cabo, debe fi-
jarse como objeto la relacion que une sistemas estructurados de dife-
rencias linguisticas socilogicamente pertinentes y sistemas tambien es-
tructurados de diferencias sociales.
Los usos sociales de la lengua deben su valor propiamente social
al hecho de que tales usos tienden a organizarse en sistemas de dife-
rencias (entre las variantes prosodicas y articulatorias o lexicologicas
y sintacticas) que reproducen en eI orden simbolico de las separacio-
nes diferenciales el sistema de las diferencias sociales. Hablar, es apro-
piarse de uno u otro de los estilos expresivos ya constituidos en y por
el usc, y objetivamente caracterizados por su posicion en una jerar-
quia de estilos que expresa la jerarquia de los correspondientes gru-
pos. Estos estilos, sistemas de diferencias clasificados y clasificantes,
jerarquizados y jerarquizantes, dejan su huella en quienes se los apro-
pian y la estilistica espontanea, provista de un sentido practice de las
equivalencias entre ambas ordenes de diferencias, expresa clases so-
ciales a traves de las clases de indices estilisticos.
Al privilegiar las cosntantes lingiiisticamente pertinentes en detri-
mento de las variaciones sociologicamente significativas para cons-
truir ese artefacto que es la lengua «comtin», se procede como si la
capacidad de hablar, algo mas 0 menos universalmente extendido, fue-
17 A la inversa, cuando una lengua hasta entonces dominada accede al estatutode
lengua oficial, experimenta una revalorizaci6n que tiene par efecto modificar profun-
damente la relacion quesus usuarios mantienen con ella. Asi, losconflictos Ilamados
lingiiisticos no son tan irrealistas e irracionales (10que rIOquiere decirquesean directa-
mente interesados) comocreen quienes soloconsideran en ellos losaspectos economi-
cos (en sentido restringido): el vuelco de lasrelaciones de fuerzas simbolicas y de la
jerarquiade los valoresconcedidos a las lenguas competidoras tiene efectos economi-
cosypoliticos absolutamente reales, trAtese de la apropiacion de puestos y deventajas
economicas reservadas a losposeedores de lacompetencia legitima 0 de los beneficios
simbolicos asociados a la posesion de una identidad social prestigiosa 0, al menos, no
estigmatizada.
28
p
. lmente condicionada de realizar
l manera SOCia di
. entificable con a resenta tantas variedades c<?~o con I-
ra id acidad naturat. .que p . Una competencia suflclente para
e~ta ca~ocialesde adqUI~lclon eXIste~~m rendidas puede ser completa-
clon;~cir frases suscepUbles ~~~~; fras~ susceptibles de ser escucha-
pro re insuficiente para pro ocidas como de recibo en todas las
~e; frases propias pa~a;tr ~~~nvez mas, la aceptabilidad social no
.a , ciones donde se ~. e. la gramaticalidad. De hecho, los
sttu:duce en este c.aso umcamente ~tencia legitima quedan ex~lui~os
~~;utores desprovls!OS de~a ~~~fa se exige 0 condenados al s~lenc~o.
de los universoS soclales e qacidad de hablar. que por estar. inscrita
t,o raro no es,. pu~s, ~a. c~Pes universal, y, por tanto, esenctalmente
en el patrimomo .bIOloglc etencia necesaria para hablar la lengua
no distintiva 18, sino la ~omp al depender del patrimonio social, reex-
legitima, una ~o~petencIa.~~~'en la 16gica propiamente simb6li~a de
presa las d~sunclod~fes soc.l
ales
en una palabra, en la logica propia de
las separacIOnes I erenci ,
la distincion.19. " ado lingiiistico crea las con~icion~~ de
La constltucIOn de un1merc 1 or la cualla competencIa legltlma
. id d b'etivaen acua yp d . tuna nvah a 0 ) . I li ..istico que produce, en ca am er-
puede funci.onar como c~p.lta el~7~inci6n. Como. en parte se de?e a
cambio SOCIal, un beneflcl~ dde las correspondientes competencl.~s),
la rareza de los productos dY 1 sivamente al co sto de formacIOn.
ese beneficio no correspon e exc u
. . ocion simple y socialmente neutra. In-
El costo de forma,clOn no es ~na n tradiciones escolares. las epocas y.las
cluye -en grados dlversos segun las mpll'amente el minimo «tecmca-
. ueden sobrepasar a .' tdisciplmas- gastos que P . .. de la competencIa proplamen e
mente» exigible para segurar la transmlsl.~~ dar una definicion estrictamen-
dicha (partiendo de la b~~e de que s~a POs~fi~iente para cumplir una funcion
te tecnica de la forrnacion necesarta y ti ne en cuenta que 10 que se ha Ha-
y de la pro~ia fu~cion, sobre todo Sl. sel:~uncion- se incluye cada vez ~as
mado «la distancia del rob> -~s decir , 1 a de la jerarquia de las funcio-
en la de~inicion .de esta a medida .~u~es~o~ ~:tudiOS (que constituye un .bu~n
nes). ASI, por ejemplovle dur;C\O f rmaci6n) tiende a valorarse por Sl rms-
baremo del costo ec~nomlco e a 0 e roduce (10 que determina a v~ces,
rna con mdependencia del resultad~ qu p. el alargamiento de los ciclos
en las «escuelas de elite», una especI,e de pUJas~~ excluyentes la cualidad so-
de estudios). Ademas, y am,?~s opclOnes ~oda en la mOdalidad simb6lica de
cial de la competencia adqUinda, contras a
fectos de distinci6n. Como muestra Pie-
18 Solo 10jacultativo puede dar lugar~ e. e todos pueden observar constan-
rreEncreve, en elcaso de conexionescat:~~:l~~'h~~ lugarpara el juego. Cuando l~s
temente comprendidas las c1ases popul, d'das conlasconexioens facultatl-, d 1 I a quedan suspen I ,coerciones estructurales e a engu . s efectos de distincion,
vas, el juego reaparece, con los correlatlvo(vistas (declarados 0 no) que hac~n de I:!
19 Como se ve, en el. ~~ba~e entre os n~.1 ., de la adquisicion de la capacldad de
existencia de una disposlClOn mnat~ la C??e~C~f~roceso deaprendizaje, no cabetomar
hablar, y losgenetistas quehacen hmcap~e 'ba en la naturaleza y con que el p~oceso
posicion: basta, en efecto conque no.seIfscn d rad6n para que ap~rezcan dlferen-
de adquisid6n no se reduzca ur:a simpe ::~g~os de distincion SOCial.
cias lingiiisticas capaces de funclOnar com
.1
...
las practicas, es decir, en la manera de realizar los actos tecnicos y poner en
practica esa competencia, puede aparecer como indisociablede la lentitud de
la adquisicion, puesto que los estudios cortos 0 acelerados son siempre sos,
pechosos de dejar sobre sus productos los vestigios de 10 hecho a marchas
forzadas 0 los estigmasde la recuperacion del tiempo perdido. Este consurno
ostentoso de aprendizaje (esdecir, de tiempo), aparente derroche tecnico qUe
cumpIe las funciones sociales de legitimacion, se incluye en el valor social.
menteatribuido a una competencia socialmente garantizada(esdecir, hoy «cer,
tificada» par el sistema escolar).
Dado que el beneficio de distinci6n se debe de hecho a que la oferta
de producto (0 de locutores) correspondiente a un determinado nivel
de cualificaci6n lingiiistica (0, mas corrientemente, cultural) es infe.
rior a 10que seria si todos los locutores se beneficarian de iguales con.
diciones de adquisici6n de la competencia legitima que las que disfru.
tan los poseedores de una competencia excepcional, 20 ese beneficia
se distribuye 16gicamente en funci6n de las posibilidades de acceso a
estas condiciones, es decir, en funci6n de la posici6n ocupada en la
estructura social.
A pesar de 10 que podria parecer, estamos aqui lejisimosdel modelo saus-
suriano del homo lingiiisticus que, al igual que el sujeto economico de la tra-
dicion walrasiana, es formalmente libre en sus producciones verbales (Iibre,
por ejemplo, para decir ten en lugar de tren, como dicen 10nines), pero solo
puede ser comprendido, solo puede intercambiar y comunicar a condicion de
ajustarse a las reglas del codigo comun, Este mercado, donde la competitivi-
dad pura y perfecta solo se produce entre agentes tan intercambiables como
los productos que estos agentes cambian y como las «situaciones» en que los
cambian, y todos sometidos identicamente al principio de la maximizacion
del rendimiento (y al principio, tambien, de la maximizacion de las utilida-
des), esta tan alejado del mercado Iingiiistico real como el mercado «puro»
10esta del mercado econornicoreal, con sus monopolios y oligopolios. Vere-
mos esto mas c1aramente en las paginas siguientes.
Al propio efecto de la rareza distintiva viene a afiadirse el hecho
de que, debido a la relaci6n que une el sistema de diferencias linguis-
ticas y el sistema de diferencias econ6micas y sociales, nos encontra-
mos no con un universo relativista de diferencias capaces de relativi-
zarse mutuamente, sino con un universo jerarquizado de separacio-
nes en relaci6n a una forma de discurso mas 0 menos universalmente
reconocido como legitimo, es decir, como el patron de valor de los
productos linguisticos. La competencia dominante s610 funciona co-
mo un capital linguistico que asegura un beneficio de distinci6n en
su relaci6n con las otras competencias en tanto en cuanto se cumplan
permanentemente las necesarias condiciones (es decir, la unificaci6n
del mercado y la desigual distribuci6n de posibilidades de acceso a
20 La hipotesis de la igualdad de posibilidades de acceso a las condiciones de ad-
quisicion de la competencia linguistica legitima es una simple experimentacion mental
que tiene por funcion revelar los ejectos estructurales de la desigualdad.
30
., de la competencia legitima y a los lu-
. ruIllentoSde p~~dUCClO;a ue los grupos que la detentan esten
los IllsJexpresi6n legltlIlla1p q la unica legitima en los mercados
gare~n~icionesde impon~~:o~o:c~lar, politico, administrativo) Yen
e~i~iales (Illercado
d
s ~a~n interacciones lingiiisticas en que se hallen
o r parte e
la maYo id s 21 • • .. , ti enaza
comprometl 0.' uieran defenderun capital linguis lCO am -
por eso, qmenes q Francia con el conocimiento de las lenguas
d Como ocurre hoyend una lucha total: s610 se puede salvar el0, 'ondena osadd .
antiguas, estan c ncia a condici6n de salvar el merca 0, es. ,eclf,
valor de la compete diciones politicas y sociales de producclOn de
el conju nto de las con idores Los defensores del latin 0, en otros con-
los productores-c?nsu:~ arab~ suelen actuar como si la lengua de su
textoS, del fran.ces 0 ~ valor' con independencia del mercado, es de-
preferencia tu,vler~ al?u:rinsecas (como las cualidades «logicas»); pe-
cir, por sus ~lr~u es l~enden el mercado. Si el puesto que el sistema
ro, en l~ practlca, defl las diferentes lenguas (0 a los difere?tes, co~t,e­
de ensenanza reserva a. ortante ello se debe a que esta institucion
nidos culturales) es.tandlm~ producci6n masiva de productores-
tiene el monopoho e, a. te de la reproducci6n del mercado del
id s y por consiguien , . '
consuml ore '1 . 1 de la competencia [inguistica, su capaci-
ue depende el va or socla. . ..,'
dad de funcionar como capital hngmstlco.
EL CAMPO LITERARIO Y LA LueRA POR LA AUTORlDAD LINGUISTlCA
li .., ti como sistema
Asi, a traves de la estructura del c~mp? .mgms lCO as en la desi-
de relaciones de fuerza propi~m~~te.lmgmst~casfunt~~ en las posi-
gual distribu~i6n del capital hngmstl~? (~.', s:.S~;'~~jeti;adOS)' la es-
bilidades de mcorporar los re~rsos mg~~~;creproduce en su orden
tructura del espacio de los esti os exp:es~ aran las condi-
la estructur~ de l~s diferencias qu~ObJe~v~~~~el~~tructurade este
ciones de eXlstenCia: Para compren ~ c~ a del campo de producci6n
campo, y en especial la existencra. en~? restringido cuyas propie-
linguistica, de un subcamp? ?e produf~onh de que los productores
dades fundamentales se ongman en e ec 0 d ctores hay que dis-
producen alii prioritaria~ente par~ ot~os pr~ u . m d~ un habla co-
tinguir el capital necesano para la simp e pro UCClO
. lin iiisticas quedan expresamente some-
21 Las situaciones en que las produccl~nes I. g nes escolares 0 las entrevistas para
tidas a la evaluacion, como pued~n serlo os ex~mevaluaci6n que se produce en todo
Contrataci6n de puestos de tra?aJo, recuerdan .a e ti aciones se ha demostrado que
intercambio linguistico: a tra~es de numerosas m~es ; el exito escolar, las posibilida-
las caracteristicas lingiiisticas influyen gr~ndef~\e ~rofesional la.actitud de los me-
d~s de contratacion para puestos ~~ tra~aJo, ~c~~t~s del medio burgues. s » sus pal~­
dlcos (que conceden mayor atencion a os)1 diagnosticos menos peslmlstas) Ymas
bras, formulando, por ejernplo, respecto a e os, I cooperar con el emisor, a ayudarle
generalmente en la inclmaclOn de los receptores a . .
o a conceder credito a las informaciones que summlstra,
31
. .. I citas de escritores 0 gramaticos que
22 Mejor que multiplicar hasta el.mflmto aSrdadero anaIisis hist6rico del esta:d.o
s610 cobrarian su sentido pleno me~la~~~ u~ ~~oducen, nos limitaremos cQon r~~~t~r
del campo en que, en cada cas.o par IC~ret~ de esta lucha permanente a B. ~1 204'
a quienes quieren hacerse una Idea con 15391863 Paris Didier, 1968, PP. I , t'
Les dictionnaires du jran(:ais moderne, 233 237, 239, 241, 242, 242 y.F. ~~un? '
207,210,216,226,228,229,230 m: 1,231, ha' or el control de la plan~f~c~~lOn lm-
Op Cit sobre todo T. 11-13passim ..La~uc e:permite observar una divIsIOn seme-
gUi~tica'del noruego tal como 10~escnbe aug ritores y los gramatic?s (ver. E. I:Iau-
jante de los roles y de las estrateglas entrle los.egscThe Case oj Norwegian, Cambndge,
,17' d Language P anmn ..)gen Language ConJ.lt an d PP 296 Y slgulentes .
Ha;vard University Press, 1%6, sabre to 0 .
33.
. rrnalizacion y de codificacion pa-
.. les, para ello, a un trabajo de ~~ esta forma, facilmente.reprodu-
someuendoconscientementemal~ables y~ntrar aliados entre los escnt?~es ins-
ra haceri
es
s gramliticos, que p~e en ence se atribuyen el poder de engir n?r-cibles. Es:.Oados en las acadernias, y qu codificar «razonandolo» y racio-
titu
ciona
IZ nedas tienden a consagrar y a . as! contribuyen a determinar el
ma~ ~ i~~I~, un u'so part~cu~~.r ~e lad:~~~~ifer~ntes utilizadores d~ la lengua
nahz
an
os productos linguisticos en particular los mas directa-
valorque I ibir en los diferentes merca~o~.-~o como el mercado escolar-,
pued
en
rec~tidOs a su control directo 0 !n .Irecs 'de las palabras 0 de los giros
mente. so~o el universo de las pronuncla~oned~'Purada de todos los usos po-delimltan I:' . do una lengua censura a yJuan .,
aceptables, Yecialmente de los mas r~clentes. . raciones de la relacion
pulares Y'~dones correlativas de las dlfe!ent~~~t~f~~Uenfrentan en el campo
Las van ntre las autoridades que con~ml;la. de legitirnacionmuy diferen-
de fue~ac~ion literaria en nombr~ de pnn~IPI~~rales que en las mas diversas
de pro u den disimular las invariantes es rue . tas el recurso a las mismas
t~s, n~:~~ historicas, imponen a los pro~a:~~~ar y legitimar su pretension
situaci. a los mismos argumentos par com etidores. Y, frente
eS~~;~:I~:~~bre la lengua y p~ra con~:n;:e~:n~~o~~e los~scritores de poseer
a «uso elegante» de los mun anos Ymaticos invocan siempre el uso razona-
al . cia infusa del buen usa, los gra onfiere el conocimiento de los
la ciendecir el «sentido de la lengua» que ~ de la ramatica, En cuanto
d~in~~pios d~ «razon» Yde «gusto» con;~:~~I~~~bre :o~o con el r?manticis-
~ los escritores, cuyas pretentone~aS\~ciendo profesi6n de fe de ignorar 12~S
mo, invocan el gemo co~tra ~reg liamaba altivamente los «gramanstas» .liamadas al orden de quienes ugo .
com rometidos en las luchas li-
Cabe que ninguno de 10\~ct~re~osesi~nobjetiva de las clases do-
terarias desee nunca como .ta a e~a escritores para celebrar I~ I~n­
minadas (ya se sabe que .sIemre YI idarse del diccionario» 0 irmtar
gua «barriobajera», por ejemp 0, ~ mid. que tal desposesi6n este rela-
las hablas populares). Lo que no rmpi e
de
profesionales objetivamen-
. . de un cuerpo ..
cionada con la existencia . d I legitimo de la lengua legitima,
te investidos con el monopolio e usa lengua especial predispuesta a
que producen para su propio us.~ una . I de distinci6n en las relacio-
cumplir por anadidura una funcion SOCIa n en el ambito de la lengua.
nes de clases y en las luc~~s que ~~se~fs~~~ciade una instituci6n como
Y que se relaciona tambien con .. ado para sancionar, en nombre
el sistema de ensenanza que, CO~llS~~~OSy para inculcar la norma ex-
de la gramatica, los productos ere I
rriente mas 0 menos legitima y el capital de instrumentos de eXPre_
sion (que suponen la apropiacion de los recursos depositados objeti_
vamente en las bibliotecas, los libros, yen especial los «clasicos», las
gramaticas y los diccionarios) necesario para la produccion de un dis_
curso escrito digno de ser publicado, es decir, oficializado. Esta pro_
duccion de instrumentos de produccion tales como las figuras g
rall1a.ticales y de pensamiento, los generos, las maneras 0 los estilos legiti_
mos y, mas generalmente, todos aquellos discursos destinados a «crear
autoridad» y a ser citados como ejernplo del «buen uso», confieren
a quien 10 ejerce un poder sobre la lengua y, a traves de el, sobre los
simples utilizadores de la lengua y sobre su capital.
La lengua legitima solo contiene en si misma el poder de asegurar
su propia perpetuacion en el tiernpo en la medida en que detenta ei
poder de definir su extension en el espacio. Solo esta especie de crea_
cion Continuada que se produce en las incesantes luchas entre las di.
ferentes autoridades enfrentadas, dentro del campo de produccion es-
pecializada, en la competicion por el monopolio de imposicion del mo-
do de expresion legitimo, puede asegurar la permanencia de la lengua
legitima y de su valor, es decir, del reconocimiento que se Ie concede.
Una de las propiedades genericas de los campos consiste en que la lu-
cha por ese monopolio especifico disimula la colusion objetiva res-
pecto a los principios del juego; y, mas concretamente, tiende conti-
nuamente a producir y reproducir ese juego y 10 que en el se ventila
originando constantemente, primero entre los

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