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El proceso creativo - Rose Marquez

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UNIDAD 2
	La creatividad para la solución de problemas
	Lectura 6
	WASBURD, GILDA
Creatividad y transformación
Trillas, México. 1996.
(pp. 52-55)
	« El proceso creativo»
	
El proceso creativo supone la aparición de un producto original de una relación que surge, por una parte, de la unicidad del individuo y por la otra, de los materiales, acontecimientos, personas y circunstancias de su vida.
CARL ROGERS
En el proceso creativo, el arte de saber ver y escuchar es esencial. A mayor y mejor información que tengamos acerca de un problema, mejores oportunidades tendremos de poder resolverlo.
"El proceso creativo es lo que vivimos, sentimos y experimentamos al bailar, pintar, escribir y, en general, con la manifestación de nuestro ser cuando nos expresamos y somos capaces de plasmar esta expresión. Pero. ..¿de dónde provienen las ideas? Provienen de 'perder el tiempo jugando' con experiencias, materiales y posibilidades.
Para poder 'perder el tiempo jugando' con nuestra experiencia, primero hay que adquirirla. Experiencia es todo aquello que penetra en nosotros por medio de los sentidos ", y a través de ellos seguiremos aprendiendo durante toda la vida.
Es posible que cada persona viva de manera distinta la secuencia del proceso, pues al ser cada uno diferente y manifestarse en forma distinta, el proceso creativo puede variar entre unos y otros.
Debemos "destacar tres momentos constantes en las distintas definiciones: preparación o recopilación de datos y experiencias; fases de inspiración, ilusión o explosión y, por último, un análisis conceptual de lo realizado, a partir del cual vamos a aprender" Conocer el proceso creativo nos permite identificar en qué momento nos encontramos en nuestras vidas. Al conocerlo y comprender que contiene etapas, somos capaces de aceptar si estamos abiertos a nuevas experiencias, o perdiendo el tiempo jugando, recopilando datos, o cerrados en introspección y gestación.
Debemos darnos cuenta de que son momentos transitorios y de que el tiempo da una perspectiva distinta a los sucesos y a las situaciones por las que una persona tiene que ir pasando.
Eduardo de Bono es el creador del concepto del "pensamiento lateral". Éste consiste en un acercamiento sistemático al pensamiento creativo, mediante técnicas formales que pueden utilizarse en forma deliberada. Estas herramientas se relacionan directamente con el comportamiento del cerebro humano.
El deseo de la persona de crear algo, según E. de Bono, tiene que ver con la capacidad de centrarse durante el proceso creativo y, por un tiempo, en algún punto para activar al pensamiento lateral. Dicho de otro modo, se destaca la necesidad de invertir tiempo en el proceso para encontrar una nueva idea.
La información es indispensable para generar nuevas ideas en torno de un problema específico. A mayor información, mayor será también la posibilidad de acercarse a una solución creativa.
El proceso creativo se basa, asimismo, en la capacidad de generar hipótesis, en la capacidad de jugar. Es el niño juguetón que todos llevamos dentro, el que se atreve a innovar, a arriesgarse a buscar nuevos caminos y alternativas.
La motivación de vivenciar procesos creativos es muy importante, ya que esta motivación significa la voluntad de dedicar parte de la vida a hacer cosas mejores, a alcanzar una meta o un objetivo.
El proceso de centrar la atención en algo concreto, la voluntad de hacer, la perseverancia, son ingredientes indispensables en el proceso.
Cuando el proceso es vivenciado conscientemente, el aprendizaje se vuelve significativo, es decir, resistente al olvido.
Como hemos visto, el proceso creativo es un ciclo que se abre y se cierra. El cerrar procesos es tan necesario como la apertura para crear.
En cada etapa de la vida hay procesos de cierre naturales como lo son la niñez, la adolescencia y la edad adulta.
También existen procesos de cierre de proyectos, afectos, resentimientos; cierre de hechos pasados con personas queridas. El hecho de ir cerrando procesos, desde los más sencillos a los más complejos, nos conduce a una vida mental más sana de integración, de aceptación y, en ocasiones, de perdonarse y de perdonar al otro.
Cuando los procesos quedan inconclusos es difícil enfocar y canalizar la energía hacia nuevos proyectos de vida, y se vive en una división interna constante.

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