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La visión de negociación y cooperación de la Asociación de la ASEAN

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MINISTÉRIO DA EDUCAÇÃO
UNIVERSIDADE FEDERAL DA INTEGRAÇÃO LATINO-AMERICANA 
La visión de negociación y cooperación de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático: ASEAN y China y su implicancia en la Asociación Económica Integral Regional (RCEP)
Bill Eglinton Flores Maricahua[footnoteRef:1] [1: Estudiante de Relaciones Internacionales e Integración de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA)] 
RESUMEN
En este artículo se aborda la visión de negociación y cooperación de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático: ASEAN y China y su implicancia en la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Por consiguiente, se persigue el objetivo de describir la creación de la ASEAN, la participación de China en el espacio asiático, así como la implicancia de esta hegemonía para la concretización del acuerdo expuesto en la RCEP y la incidencia geopolítica de esta a nivel internacional, especialmente en el espacio Asia-Pacífico. Por consiguiente, se recoge información bibliográfica de especialistas en Asia y se visualiza algunas noticias actuales sobre las relaciones internacionales que involucra al RCEP. 
Palabras clave: Negociación y cooperación de la ASEAN, ASEAN y China, RCEP. 
THE VISION OF NEGOTIATION AND COOPERATION OF THE ASSOCIATION OF SOUTHEAST ASIAN NATIONS: ASEAN AND CHINA AND ITS IMPLICATION IN THE REGIONAL COMPREHENSIVE ECONOMIC ASSOCIATION (RCEP)
ABSTRACT
This article addresses the negotiation and cooperation vision of the Association of Southeast Asian Nations: ASEAN and China and its implications for the Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP). The aim is therefore to describe the creation of ASEAN, China's participation in the Asian space, as well as the implications of this hegemony for the realization of the agreement set out in the RCEP and its geopolitical impact at the international level, especially in the Asia-Pacific space. Consequently, bibliographical information is collected from specialists in Asia and some current news on international relations involving the RCEP is visualized.
Keywords: ASEAN, ASEAN and China negotiation and cooperation, RCEP. 
1. INTRODUCCIÓN 	
1.1. Rasgos históricos de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) 
En los estudios de las Relaciones Internacionales, especialmente en los espacios académicos de América Latina es notorio el interés por los estudios anglosajones y europeos; puesto que, muy pocas veces se ven estudios del espacio africano, árabe y especialmente asiático. Sin embargo, en la última década con la participación protagónica de China en el escenario internacional, el espacio asiático se presenta como un contexto de interés regional para los objetivos de desarrollo de América Latina. Por consiguiente, en este artículo se aborda el estudio de la visión de negociación y cooperación del Bloque Comercial Transpacífico: ASEAN y China con la finalidad de describir sus características y perspectivas dentro del escenario global. 
En suma, para comprender el desarrollo de este bloque de cooperación y negociación, iniciamos por un recuento histórico; por ende, es necesario saber que “(…) la cultura fue más un factor de división en la región, separando las culturas chinas del noroeste de Asia de las culturas predominantemente malayas del sureste asiático (con excepción de Singapur), que una fuerza para unificación” (RATNER, 2012, p. 321). Por ello, la diferencia de las cooperaciones enfocadas en la colaboración abierta de cuño económico, según las condiciones del mercado, la Asociación de las Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) surgió en el año 1967 con el objetivo principal de proteger las estructuras políticas, sociales, culturales y económicas de sus miembros fundadores a través de la “contención de disputas intrarregionales y promoviendo tanto la estabilidad de la región como la doméstica” (RATNER, 2012, p. 322). 
El punto de partida de esta cooperación regional fue la negociación de puntos congruentes entre Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia a través de la firma de la Declaración de Bangkok que estaban exentas de egoísmos partidarios de los estados miembros, debido a que objetivaban la negociación dinámica y simétrica. Por ello, tras el término de la Guerra Fría, el grupo de la ASEAN estuvo interesada en el reconocimiento de una interdependencia mundial, así como “la concepción de que la promoción de cooperación entre Estado vecinos contribuye para asegurar la paz, libertad, justicia social, y bienestar económico” (RATNER, 2012, p. 322). 
Esta idea contrapone a la consideración de que los países de la ASEAN solo estaban vinculados por lazos culturales, debido a que la respuesta a esta aseveración subyace a la cooperación económica lanzada en el Área de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA). En este punto, como dato histórico desde el punto de vista de Tan (2004) el sureste asiático en los años 1960 se encontraba atravesando cambios estructurales después de condicionar su desarrollo como espacio ex colonial, así no era extraño observar crisis territoriales como la Guerra de Vietnam, la Revolución Cultural China de 1967 que confluyó en una unificación de intereses mutuos y no de asociarse a países hegemónicos. En este sentido, la asociación del sureste asiático, cuyos países miembros Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, buscaban la independencia geopolítica y la concatenación de mercados para el desarrollo de los pueblos, una idea de cooperación internacional basada en la interdependencia. 
Así tras la Guerra Fría, los Estados miembros de la ASEAN iniciaron una consolidación de defensa de intereses asociados a la contraposición de un ambiente complejo para asegurar poder de interacción, autosuficiencia y autodefensa en el establecimiento de políticas económicas, sociales, especialmente de política externa. Por ello, “en el Preámbulo de la Declaración de Bangkok bien como en otras manifestaciones posteriores, la preocupación con la independencia y la libertad de los Estados miembros” (RATNER, 2012, p.323) es notorio. Por consiguiente, en el inicio del siglo XX, los países miembros de la ASEAN intentaron consolidar una unión política asentada en la autoridad supranacional central y de libre cooperación aunada por la estructuración económica. 
Por otro lado, en 1971 los países miembros del ASEAN establecieron una Zona de Paz, Libertad y Neutralidad para enfrentar los intereses hegemónicos y expansionistas de los países del norte, especialmente de Estados Unidos de América. En este sentido, el Tratado de Amistad de 1976 sufrió de reestructuraciones que incidió en el Protocolo de 1987 con el objetivo principal de solucionar disputas ideológicas y políticas de los países miembros. En este sentido, interesados en la implementación y la cooperación económica, el objetivo principal “era, y aún es, fortalecer y ampliar los lazos económicos con terceros países en la economía global” (RATNER, 2012, p.324). Así, se puede notar un dinamismo realista en el proceso de concretización de la integración de la ASEAN en contraposición de los intereses globales estadounidenses, chinos y rusos.
A través de este posicionamiento internacional, los Estados miembros se concentraron en la seguridad internacional en el sureste asiático y el rol de los Estados Unidos se presentó como una ambigüedad, debido a que “contribuyeron al desarrollo de la ASEAN en el gerenciamiento de los conflictos regionales, bien como en la balanza de poder con la China y el Japón” (RATNER, 2012, p.326). Sin embargo, cabe destacar que los estadounidenses tuvieron un rol diplomático eficiente en la tercera guerra de Indochina y las disputas geopolíticas en Vietnam y Camboya, “consiguiendo separar los conflictos en medio de las tres mayores potencias militares actuantes en la región” (YAHUDA, 2004, p. 82-85). Aunque toda la formulación de seguridad entre los Estados miembros son propias de los intereses regionales en el área de interacción surasiática. 
En suma, los objetivos de la ASEAN estuvieron circunscritasa la “política, dada la preocupación con la seguridad de Estados relativamente nuevos y pequeños en un escenario de grandes y superpotencias” (RATNER, 2012, p.324). Así, la orientación era contrarrestar el avance del comunismo en la región. Por ello, los objetivos de la cooperación, adscritas al Tratado de la Amistad y la Cooperación en el Sureste Asiático y la Declaración de Concordancia de la ASEAN, firmados en la Conferencia de Bali en 1976, sistematizaron los intereses de los países miembros en relación a la autonomía y la interdependencia. Asimismo, el Tratado de Amistad de 1976, en aspectos económicos, “refuerza en su capítulo III, los principios de Bangkok, con énfasis para los aspectos de la estabilidad económica, además de la política, y del estímulo a la cooperación multilateral y bilateral en diversos ámbitos” (RATNER, 2012, p.324). En este sentido, era imprescindible que cada Estado fortaleciera sus mercados internos como la industria, agricultura y tecnología con la intención de construir una cooperación equilibrada y alejada de las asimetrías comunes de los bloques regionales. 
Por otro lado, el Tratado de Amistad de Bali, es un elemento fundamental para comprender los principios fundamentales de la ASEAN que indica lo siguiente sobre los Estados miembros:
Respeto mutuo por la independencia, soberanía, igualdad, integridad territorial e identidad nacional de todas las naciones: el derecho de cada Estado a liderar su existencia nacional libre de interferencia, subversión o cohesión externa, no interferencia en los asuntos internos de cada uno, resolución de diferencias por medios pacíficos, renuncia a la amenaza o al uso de la fuerza, cooperación efectiva entre sí (RATNER, 2012, p.324-325). 
Aquí la independencia de los Estados está vinculada a la creación de mecanismos internos de cuño político y económico, las economías pretenden consolidar una autonomía basada no solamente en las commodities, sino en la creación de productos con valor agregado que permita la competición a gran escala. A su vez, cada Estado se compromete a crear políticas de libertad de interacción en el escenario global para que la asociación sea capaz de contrabalancearse con las hegemonías globales. Sin embargo, es clave la idea de que las disputas geopolíticas tienen que resolverse de forma pacífica y multilateral sin ninguna intromisión de otros Estados, que afecten la autonomía de las partes en conflicto. 
En el aspecto económico, la visión de negociación y cooperación propone una “cooperación acerca de commodities básicas, industria y comercio, abordaje conjunto a problemas económicos internacionales, y, en la cuestión organizacional, reuniones ministeriales regulares sobre asuntos económicos (…), e intercambiar informaciones con la finalidad de armonizar el desarrollo regional” (RATNER, 2012, p. 325). Por ello, la asociación apela a una cooperación económica eficiente y libre de barreras arancelarias a partir de la concordancia política mutua y el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas. En contraste, el ámbito social se entendió como una idea de desarrollo integral, centrados en los problemas de las poblaciones rurales, “de baja renta, de las mujeres, de la juventud, del crecimiento poblacional y del uso y tráfico de drogas ilegales” (RATNER, 2012, p. 325). Además de este aspecto, la identidad del sureste asiático está adscrita a una integración regional de concatenación de intereses desde lo cultural hasta lo económico, transversalmente sistematizados en sus principios constitucionales. 
En este sentido, la ASEAN se estableció a través de órganos institucionales a partir de la Declaración de 1976 con una validación significativa de sus objetivos fundacionales en 1967, “la ASEAN fue definida con la siguiente composición organizacional: el Encuentro Ministerial de la ASEAN, un Comité Duradero, Comités ad hoc y permanentes, y un Secretariado Nacional en cada uno de los Estados miembros” (RATNER, 2012, p.327). Así, la Declaración de Bali configuró los intereses políticos, económicos, social, cultural, de protección regional y de perspectivas globales en un marco de cooperación multilateral y bilateral.
En suma, los proyectos industriales de la ASEAN construido en 1976 pasó por una crisis estructural debido a los nacionalismos nacientes en la región; sin embargo, las iniciativas de los Acuerdos Comerciales Preferenciales de la ASEAN especificada en 1977 llevaron a una protección de las economías internas con la intención de construir caminos de cooperación basado en el fortalecimiento de mercados internos a través de la promoción del comercio y la inversión entre los países miembros. 
En 1980 a través del Esquema de Complementación Industrial, los Joint-Ventures Industriales y el Esquema de Complementación Marca a Marca (1988) produjo un aumento de productos, inversiones y accesos a mercados, pero con una reducción paulatina de la burocracia y un aumento significativo del sector privado. Además de este contexto, “en los años 1980, el Sureste Asiático envolvía a los Tigres Asiáticos y después a los Nuevos Tigres, agresivos comerciantes mundiales, con sistemas productivos basados en industrias de transformación, que se convirtieron en modelos de inspiración, con sus altas tasas de crecimiento”(RATNER, 2012, p. 335). Por ello, los mercados asiáticos se convirtieron en espacios propicios para la inversión y la expansión de sus productos, dada la globalización, confluyeron en una oportunidad de estructuración de las políticas económicas asiáticas. 
Posteriormente, en 1990 la ASEAN concretizó a sus Estados miembros tal como señala Ratner (2012, p. 335):
En primer lugar, para completar su actual composición, pues, con excepción de Brunei Darussalam, que se adhirió en 1984, los demás, Vietnam, Laos, Mianmar, y Camboya, ingresaron entre 1995 y 1999. En el inicio de tal período, al mismo tiempo, se verifica dos fuertes ocurrencias en el escenario internacional: de un lado, indicaban consolidación de los tres bloques regionales occidentales, Unión Europea (UE), Área de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y mismo el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), estimulando todavía más procesos de integración, sea en la forma de estructuras básicamente económicas, sea en niveles más profundos. 
Así, con la globalización a cuestas, se ampliaron las oportunidades de la ASEAN para desarrollar sus objetivos fundacionales en términos económicos, eliminando barreras arancelarias, enfocando la construcción de industrias de telecomunicaciones y de transporte, así como de la construcción de una estructura de protección y seguridad, a través del establecimiento de un Programa militar centrado en la conversación de la paz en la región; a su vez, para fortalecer las monedas nacionales y promover una balanza de pagos positivos, los países de la ASEAN establecieron tratados y acuerdos internacionales en diversos espacios de interacción económico; por ende, no es extraño observar sus vínculos con la Organización Mundial del Comercio (OMC). 
La característica principal a partir de los años 90 es la conformación de acuerdos regionales por medio de una visión de negociación y cooperación multilateral flexible que se sintetizaron en la ASEAN +3 con la participación de China, Corea del Sur y Japón. De esta forma, “los japoneses y chinos utilizan los mecanismos de integración regional como el ASEAN y el ASEAN +3 para perpetuar su política en la región como forma de alcanzar el poder, presentar cuáles son sus objetivos, beneficios e intereses en convertirse en líder regional” (SIMÕES, 2012, p. 10) por medio de una política exterior dinámica y de inversión económica de gran escala. 
Por otro lado, la ASEAN interesado en la conformación de un bloque que equilibre el escenario internacional liderado por Estados Unidos de América, estableció un Área de Libre Comercio ASEAN-China (ACFTA), el Área de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA) y el Fórum Regional de la ASEAN (ARF). Este último elemento tenía el objetivo de construir diálogos de cooperaciónentre China y Estados Unidos de América en relación a temas de seguridad multilateral. Por ello, “la China consideraba interesante que los Estados Unidos de América estuvieran vinculados, pero limitados a un canal con la región, testeando su influencia” (RATNER, 2012, p. 337) para conducir sus inversiones en infraestructura, apoyo militar, y promover el uso del idioma chino en el espacio geopolítico estratégico de la ASEAN. 
Así, “de su parte, los Estados Unidos de América veían el ARF como otra forma de suscitar la integración de la región, principalmente de China a ella de manera pacífica” (RATNER, 2012, p. 337), evitando cualquier confrontación militar y de competencia económica, debido al liderazgo chino en este espacio geopolítico. En adición, la ASEAN +6 conformada por los nuevos tigres asiáticos: Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam, y seis países más de la región Asia-Pacífico: Australia, República Popular China, India, Japón, Corea del Sur, y Nueva Zelanda. 
Aunque en la última década, “la aproximación con China es un punto crucial para el desarrollo de la ASEAN, especialmente con la institución de la AFTA y el proyecto de ACFTA. En cuanto la China lentamente asimila, a su modo, los compromisos asumidos con su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC)” (RATNER, 2012, p. 342). Sin embargo, es necesario que la ASEAN busque una independencia económica estructural, siendo coherente con sus principios fundacionales, debido a que China tiene intereses expansionistas como fortalecimiento de su moneda, inversiones de gran escala, cooperación intrabloques y contrahegemonía en detrimento de los intereses globales de Estados Unidos de América. En este sentido, a continuación presentamos el rol de China en el espacio asiático y las implicancias que llevaron a la firma del acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) este 15 de noviembre de 2020, considerado en la actualidad el Tratado de Libre Comercio más grande del mundo. 
2. CHINA Y SU PARTICIPACIÓN EN ASIA
2.1. China y su importancia en Asia
La República Popular China es una economía consolidada en el escenario asiático, debido a que tiene participación asidua en mercados internacionales como el africano, estadounidense y latinoamericano, así como posee un poderío militar significativo y un mercado nacional capaz de competir con las hegemonías internacionales dentro del comercio intrabloques. A su vez, China en la última década ha mostrado un crecimiento de la industria tecnológica con la creación de productos como Huawei y el fortalecimiento de sus inversiones en proyectos como la nueva ruta de la seda con la asidua participación china en mercados de Asia, África y Europa, y los consumados préstamos a economías en desarrollo como Venezuela, Perú, Chile, Sudáfrica, entre otros. 
Por consiguiente, China es el mayor mercado para los países de la ASEAN; puesto que, la mayoría de productos son industrializados en China y, posteriormente, vendidos a todo el mundo. Así, “concentra la mayor inversión de varios países asiáticos. China asimismo está cambiando el motor de crecimiento de su economía de las exportaciones e inversión al consumo interno. La apreciación de su moneda el yuan ayuda en este sentido” (AQUINO, 2013, p. 7). En este sentido, es claro que la economía China está en proceso de expansión y se “espera que China se convierta en uno de los motores, el mayor, de la economía mundial” (AQUINO, 2013, p. 7). 
Cuadro 1. World economic growth by regions and countries (Year over year, percent change)
Fuente: World Economic Outlook Update, July 16, 2012, from Table 1 http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2012/update/02/index.htm
El cuadro 1 indica que el intercambio comercial entre China y los países asiáticos desde el 2010 es significativo. Por ello, Japón en el 2010 con su integración a la ASEAN +3 tuvo un crecimiento porcentual de 4,4 %. A su vez, el desarrollo asiático tuvo una participación asidua de China, India, la ASEAN +5, con un crecimiento de 10,4%, 10,8% y 7,0% respectivamente. 
Por otro lado, los mercados asiáticos son imprescindibles para China para posicionarse geopolíticamente, así como una oportunidad para mostrarse como un líder mundial. Por consiguiente, los intercambios comerciales y la firma de Tratados de cooperación como el RCEP, del cual nos ocuparemos en páginas siguientes, son una muestra del interés chino en Asia. Así, “tenemos entre China y sus vecinos de Asia, una red internacional de producción resultado del comercio en partes y componentes a lo largo de una cadena de suministro. Arreglos de producción vertical significa comercio de componentes usados en la producción de bienes finales” (AQUINO, 2013, p. 10). Por ende, los intercambios comerciales solidifican los mercados internos y sitúa a China como principal mercado de la ASEAN. 
En suma, además de los acuerdos comerciales de cooperación intrarregional, los acuerdos de Libre Comercio entre China y los países asiáticos provoca un dinamismo de capitales, aumento de la inversión, protección de la capacidad alimentaria, balanza de pagos equilibrada, que “confluye en la ALC entre China y los miembros de la ASEAN” (AQUINO, 2013, p. 10). Por ello, la cooperación con China subyace a la independencia económica, sin resultar en países satélites preocupados en contribuir a la expansión China a nivel mundial. 
En contraste, China muestra una participación global a través de una política externa exenta del tradicionalismo europeo, debido a que apela a una visión de negociación y cooperación multilateral donde todos contribuyan a fortalecer las economías nacionales y regionales; puesto que, las inversiones chinas deben servir para crear mercados independientes e interconectados y no dependencias estructurales. En este sentido, la visión China en relación a la ASEAN es formar una relación socioeconómica compleja donde confluyan las diferencias socioculturales, nacionales, lingüísticas e históricas para crear una identidad asiática eficiente y dinámica. A partir de esta perspectiva, la República Popular China creó un sistema de estrategias concatenados con sus intereses geoeconómicos. Por ello, el país asiático dentro de la ASEAN y en otros espacios de cooperación económica, pretende mostrarse como un país capaz de confrontar el avance estadounidense, ruso, y el fortalecimiento de la Unión Europea. En este sentido, China de forma sistémica se orienta dentro del escenario internacional, especialmente asiático a través de las siguientes estrategias: 
“i. La continuidad de un discurso como país en desarrollo y de preferencia por las relaciones sur-sur. 
ii. La participación en agrupamiento de poderes emergentes: los BRICS (Brasil, Rusia, China y Sudáfrica, como el paraguas de protección para sus políticas de expansión global” (GARCÍA, 2005, p. 157-158).
La región de la ASEAN junto a China componen un bloque económico independiente, capaz de integrarse a otros espacios de cooperación multilateral donde la comunicación entre los Estados miembros sea espontánea y horizontal, evitando cualquier confrontación bélica y promoviendo el intercambio comercial intrafirmas a través de inversiones directas de empresas nacionales y extranjeras dentro del mercado asiático. A su vez, la enorme capacidad económica, militar y política China permite que los miembros de la ASEAN propongan otros caminos de integración, no solamente el económico; puesto que, es importante la cooperación dinámica, debido a que China “empieza a poner un peso adicional sobre el intercambio regional y a determinar sus relaciones en un sentido más centrípeto, augurando un mejor futuro a la inconclusa integración del pasado” (GARCÍA, 2005, p. 157-158). 
La interacción económica dentro del espacio asiático con participación activa de China está asociado a los siguientes ejes: Japón-Corea-China, el bloque de Asia Oriental con Oceanía: Australia, Nueva Zelanda y otras islas y la India. “Por supuesto, el conjunto de países ubicados al sur de China y organizados en la Aseanforman parte importante de este nuevo circuito geoeconómico” (GARCÍA, 2005, p. 157-158). Estas relaciones son importantes para el fortalecimiento de la economía China, así como el dinamismo del PIB per cápita de los países miembros de la ASEAN como muestra la figura 1. 
Figura 1. PIB per cápita de la ASEAN
 
 Fuente: ASEAN Finance and Macroeconomic Surveillance Unit (FMSU) Database
En sus inicios fundacionales, la ASEAN trajo consigo un crecimiento significativo del PIB per cápita, así en 1996 se aprecia un índice de 1,505 de dólares americanos que contrapone las crisis económicas de los años 80. Por otro lado, en el nuevo milenio, existe una reducción elocuente pero que no contradice la asimilación de la ASEAN por otros grupos económicos; por ende, el 1,128 de dólares del 2000 se mantuvo subyacente entre un punto porcentual después de 2003 que mostró un creciente 1,267 de dólares americanos lo que a largo plazo provocaría un buen desempeño “productivo y comercial que les ha permitido a sus miembros reafirmar el propósito que tienen de construir la Comunidad Económica de la ASEAN” (GARCÍA, 2005, p. 167-168). 
A su vez, el rol de China exige una integración industrial que supere las limitaciones de las economías internas de los países de la ASEAN, además de un tránsito dinámico de empresarios y trabajadores, con un desafío monumental en relación a las condiciones laborales y el uso de mano de obra no calificada, incluido los problemas institucionales internos como la corrupción de funcionarios, los cobros aduaneros innecesarios, la imagen China en relación al respeto de los derechos humanos y la eliminación de las disputas geopolíticas dentro del escenario asiático provocado por Estados Unidos de América y su aliado estratégico: Japón. Así, la cooperación con China involucra un desafío para la ASEAN y; a su vez, una oportunidad para fortalecer su participación en las relaciones internacionales. 
La figura 2 muestra el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en relación a los precios desde el 2008 al 2018, con significativo crecimiento de Singapur, Brunei Darussalam, Malasia y una incidencia contrapuesta de Thailandia, Vietnam, que en la década expuesta en la figura, han tenido una reducción catastrófica para sus economías, debido a la dependencia que estos países están estructurando hacia China. 
En este sentido, los Tigres asiáticos están atravesando una contrapolación en términos económicos, debido a que enfrentan la expansión de una superpotencia y la asimilación de un estilo de economía y quehacer comercial. Por consiguiente, el reto de los miembros de la ASEAN está en configurar un espacio de equilibrio geopolítico y geoeconómico en el espacio considerado la industria del mundo. A su vez, los países de la ASEAN precisan de un establecimiento de mercados internos, fomento de la inversión de microempresas, que puedan contraponerse a la fuga de capitales provocada por la inyección de capital externo directo y de pago de impuestos fuera de los países participantes de la ASEAN. 
Figura 2. ASEAN countries: Gross domestic product (GDP) per capita in current prices from 2008 to 2018.
 
 
 Fuente: Statista 2020. 
Sin embargo, es importante mencionar que las economías de los países miembros de la ASEAN están fortaleciendo sus lazos con otros mercados tales como Perú, Chile, Colombia, México, países participantes de las Alianza del Pacífico (APEC). De esta manera, la transferencia de recursos, el intercambio de bienes y servicios, y la contribución infraestructural comprenden la necesidad de la ASEAN de ejecutar sus objetivos de independencia económica. 
En este sentido, los índices de crecimiento positivo dependen de la capacidad de cada economía de los Estados miembros para enfrentarse a la expansión mundial China o cooperar con ella, a través de acuerdos comerciales que integren las economías y no desaparezcan las firmas de los países miembros de la ASEAN. 
3. ASOCIACIÓN ECONÓMICA INTEGRAL REGIONAL (RCEP)
3.1. RCEP en proceso de desarrollo
La Asociación Económica Integral Regional (RCEP) tiene sus inicios en los tratados de la ASEAN +1 y en la actualidad cuenta con el liderazgo de China a través de negociaciones con ASEAN y la concretización de un Tratado de Libre Comercio, considerado el más grande del mundo que se contrapone al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Así, la ASEAN se convierte en un área pivote central para contrarrestar la expansión hegemónica de los Estados Unidos de América. 
Por consiguiente, los procesos de conformación de la RCEP están adheridos a los Tratados de la ASEAN +1, ASEAN +3 y ASEAN +6, así el RCEP compone un esquema económico flexible, exento de cualquier barrera arancelaria, laborales, culturales, institucionales. En este sentido, es un acuerdo con mayor flexibilidad que el TPP. 
Los inicios de la RCEP están en la 21 Cumbre de la ASEAN en Phnom Penh (Camboya) en noviembre de 2012 con la finalidad de alcanzar un acuerdo en los inicios del 2015. Un acuerdo que en plena pandemia del Covid-19, el año 2020 recién concluyó con las negociaciones, a pesar de la no adhesión de la India. 
La ronda de negociaciones iniciales en el año 2013 en Brunei Darussalam establecieron las directrices de negociaciones por medio del Comité de Negociaciones Comerciales y tres grupos de trabajo concatenados para salvaguardar los mercados internos: Bienes, Servicios e Inversión. 
Los acuerdos de la RCEP implicarían una grandilocuente propuesta de acuerdos económicos promocionados por los países de la ASEAN y China, así como líderes estratégicos de la región Asia-Pacífico. En este sentido, la RCEP además de promover acuerdos multilaterales es una nueva propuesta de regionalismo asiático que deja de lado el rol protagónico de Estados Unidos de América en el comercio internacional y; a su vez, establece un área de libre entendimiento en temas como la energía, el comercio, la protección alimentaria, tecnología, mercados, aranceles y; especialmente, de promoción de tratados de libre comercio entre los Estados miembros. En suma, “implica el mayor acuerdo comercial del mundo, ya que, entre sus miembros se encuentra tres de las economías más grandes del planeta: China, India y Japón” (FERRANDO, 2013, p.5-6). 
Por consiguiente, Ferrando (2013) ya argumentaba que el acuerdo se establecería adecuadamente porque el bloque permitiría lo siguiente:
· 9 el 49% de la población total;
· 9 el 30% del PIB mundial;
· 9 el 29% del comercio mundial;
· 9 el 26% del flujo de IED.
En esta línea de argumento, la RCEP es un acuerdo que garantiza la participación dinámica de los miembros, siguiendo la esencia de la ASEAN en un marco económico regional sistemático e integrado. Sin embargo, a diferencia de la estructurada propuesta del TPP, los acuerdos de la RCEP permiten que cada país desarrolle industrias capaces de flexibilizar la inversión y la creación de capitales financieros capaces de posibilitar la ejecución de proyectos de infraestructura que visen la expansión de nuevos mercados, así como el fortalecimiento de los mercados de cada país miembro, aunque las grandes economías participantes como China, India y Japón tengan una mayor incidencia en los mercados de los demás miembros. 
Además de la creación de mercados dinámicos, la RCEP propicia el comercio de bienes, servicios, inversiones, transferencia tecnológica, protección intelectual, fomento de la calidad empresarial y técnica y la resolución de conflictos por medio del diálogo y la conservación de la paz en la región. 
Por ende, no es extraño que algunos analistas internacionales consideren el RCEP como una oportunidad para “regionalizar las sofisticadas redes mundiales de producción que hacen que Asia sea la fábrica del mundo. (…) RCEP debería reducir la superposición de normas y disposiciones originadas por los numerosos acuerdos comerciales preferenciales dentro de Asia y desenmarañar el confusonoodle bowl” (WIGNARAJA, 2013). Las normas de comercio deberían situarse en una visión de libre mercado, y no en solo tratados o acuerdos contrapuestos entre sí. Este es el reto de la RCEP, así como la estructuración de normas laborales eficientes que no afecten los derechos humanos esenciales. 
Gráfico 3. El Noodle bowl asiático
Nota: este mapa presenta los acuerdos preferenciales establecidos o en procesos de confirmación de enero de 2006 de la ASEAN, sus miembros, China, Corea y Japón basados en el trabajo de Baldwin Richard E. (2007). 
Fuente: Baldwin Richard E. (2007).
Por ende, la RCEP tiene el reto de establecer líneas generales de cooperación que eviten numerosas firmas de tratados aumentando el noodle bowl asiático, debido a que el objetivo es dinamizar las economías y no necesariamente crear incertidumbre dentro de las interacciones comerciales. Asimismo, al asumir un acuerdo global, se eliminan las barreras al comercio dentro del espacio Asia-Pacífico confluyendo en acuerdos acordes a las exigencias de los acuerdos de la OMC. 
Así, es claro que respecto a bienes e intercambios de mercaderías, el objetivo clave es la eliminación de barreras de cuño aduanero. Por ende, el Acuerdo en el comercio de Bienes debe dinamizar la integración de los procesos productivo-industriales en todo el espacio de la RCEP. Por otro lado, en relación a los Servicios se hace necesario la reducción de las medidas proteccionistas de algunas economías para que el comercio de servicios sea estructurado y los países participantes puedan crear políticas públicas capaces de interferir en la mejora de la calidad socioeconómica, así “los compromisos a acordar se basarán en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (GATS) de la OMS y en los ACP actuales entre la ASEAN y sus socios externos” (FERRANDO, 2013, p.6).
En contraste, los aspectos de inversión promueven un ambiente de liberalización de capitales en proyectos productivos. Por consiguiente, existen pilares básicos para las inversiones: promoción, protección, facilitación y desestatificación de las leyes internas de cada país miembro. 
En este sentido, a pesar de que se pretenda una masificación de la cooperación multilateral, aún no existen reglas generales de cooperación; puesto que, la presencia de China apela a una expansión geoeconómica y geopolítica y no necesariamente a la firma de tratados de larga data. Incluso, el problema de la flexibilización de las normas laborales es un factor que impacta las nuevas relaciones de cooperación internacional.
Entonces, la visión de negociación y cooperación de la ASEAN con la participación China se caracterizan de la siguiente forma, según los aspectos abordados en líneas arriba sobre RCEP:
· Los procesos son precedentes a otros tratados; por ende, existe una planificación a largo plazo que respeta la esencia de los objetivos de la ASEAN. 
· Los socios estratégicos son imprescindibles para mantener la solidez económica.
· El Acuerdo de Libre Comercio entre los miembros de la ASEAN y los socios inmiscuidos en las negociaciones (China, Corea del Sur, India, Japón y Australia/Nueva Zelanda) es transversal; por ello, exige la flexibilización de los mercados. 
· Concatenación de viejas propuestas de acuerdos de libre comercio como el East Asian Free Trade Agreement, Asociación Económica Panasiática donde “el RCEP sería el puente entre estas dos propuestas, adoptando un esquema de adhesión abierta” (FERRANDO, 2013, p. 2). 
· La independencia de China en relación a los otros países participantes del acuerdo presenta una paradoja de interacción internacional. 
3.2. Proceso de negociación y vínculos geopolíticos 
El proceso de negociación y la visión de la RCEP están integrados a una idea de ampliación de mercados. Por ello, desde el 2012 China a aprovechado este espacio para importar y exportar productos en la región, mejorando su balanza de pagos y promoviendo la inversión en otros bloques regionales, así como contrarrestando la influencia de Estados Unidos de América desde Asia-Pacífico liderado en aquel entonces por Barack Obama. 
Por consiguiente, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica o TPP donde participan México, Chile y Perú, sin incidencia de China se presenta como un rival a vencer por parte de la RCEP, debido a que las materias primas serían controladas por los mercados estadounidenses con una presencia asidua en América Latina. En consecuencia, la disputa geopolítica que subyace a la firma del RCEP es indispensable para comprender las relaciones internacionales actuales. 
Así, el fortalecimiento del RCEP aumentó tras la llegada de Trump al poder; puesto que, el presidente republicano retiró a Estados Unidos de América del TPP, así este espacio sufrió de una severa acefalía, debido a que era el mayor mercado de los demás países participantes. Además de esta situación, la guerra comercial actual protagonizada por Estados Unidos de América y China, donde Trump era un promotor asiduo con las injerencias económicas a los productos chinos a través de esa idea desvelada: America first, fue un elemento clave para el desinterés estadounidense hacia Asia, que confluyó en el impulso y la solidez de RCEP, y el rol protagónico de Pekín en temas comerciales que contraponen los planes económicos de Washington. 
En este sentido, la posición geopolítica China se solidifica debido a que es el mayor mercado de exportaciones de los países participantes de la RCEP, así los mercados chinos se contraponen a las inversiones estadounidenses, incluso ahora China es un rival militar inevitable para los intereses de Washington. Este panorama presenta a China como el más beneficiado en las cooperaciones comerciales, a pesar de que el acuerdo tiene objetivos relacionados a la independencia y protección de mercados de la ASEAN; sin embargo, en la coyuntura actual, Pekín expandió su influencia en Asia-Pacífico y no es extraño que su visión expansionista también involucre el control de las interacciones comerciales en América Latina como un aval para controlar la colaboración preexistente entre Estados Unidos y Japón. 
En suma, las implicancias geopolíticas de la RCEP son las siguientes:
· Apropiación de los mercados de Asia-Pacífico, así como presencia militar estratégica para la protección de los intereses chinos en la región. 
· Reconfiguración del tablero internacional con el posicionamiento chino como líder económico en detrimento de Estados Unidos de América. 
· La eliminación de barreras comerciales permite la transferencia de tecnología china y; por consiguiente, la asimilación de estas por parte de las economías emergentes. 
· Creación de una zona pivote en Asia para contrarrestar la hegemonía estadounidense en el Pacífico. 
4. CONCLUSIONES
La visión de negociación y cooperación multilateral y sin barreras de cuño social o legal en el espacio Asia-Pacífico tras el establecimiento del RCEP está transformando las relaciones económicas en el siglo XXI, así los países que carezcan de economías sólidas pueden encontrar en el liderazgo chino la oportunidad para recibir la transferencia de capitales y tecnología que los acerque al crecimiento y desarrollo económico. Sin embargo, se está vislumbrando un nuevo proceso de dependencia estructural si los países que participan de este acuerdo no solamente vean a China como un gran mercado, sino que está en la aplicación de políticas públicas eficientes, la afirmación del objetivo principal de la ASEAN, la liberación de las economías y la protección de las estructuras nacionales sin la erradicación de la democracia y el respeto a los derechos humanos. En síntesis, la RCEP es una oportunidad inmensa para los mercados emergentes, pero también un reto para una economía social y sin fomento de la informalidad a nivel mundial. 
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